Francia sí. Llevarían a prisión al actor Gérard Depardieu acusado de violencia sexual. Un logro del #Metoo

*Escrito por Arantza Díaz.

28.03.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- Luego de un juicio que parecía lejano y una serie de comitivas evidentes que revelaban un sólido pacto patriarcal entre la sociedad francesa y el actor Gérard Depardieu, este jueves 27 de marzo la Fiscalía francesa ha exigido una pena de 18 meses de prisión al actor, esto luego de agredir sexualmente a dos trabajadoras quienes se desempeñaban en el área de realización durante el rodaje de la película Les volets verts en 2021.

En añadidura, el fiscal que corre el caso pautó una multa de 20 mil euros como medida reparatoria a las víctimas, asimismo, se le ha cerrado toda veda política, por lo que en los próximos 5 años Depardieu no podrá aspirar a ningún cargo público en el país.

A pesar de que Gérard Depardieu se defendió ante el Tribunal Correccional de París sosteniendo que todo se trataba de una serie de calumnias y mentiras que pretendían marcar su carrera, el proceso por agresiones sexuales comienza a zanjarse con una sentencia condenatoria latente que se hará pública el próximo 13 de mayo.

Las declaraciones que enterraron a Depardieu

El proceso de Depardieu arrancó el pasado lunes 24 de marzo, entre girones inesperados, declaraciones violentas y la defensa incisiva de otras estrellas francesas que han acuerpado a Depardieu en este presunta lucha que «sólo pretende manchar» a un actor dorado del cine francés.

A lo largo de la semana, el actor narró que en algún momento del rodaje había tomado de las caderas a una de las mujeres que laboraba en la producción, asimismo, sostuvo que -sin ser malintencionado- había negado la «capacidad profesional» de otras más. Y si bien, su defensa aceptó que el actor había cometido estos actos, se ha mantenido sólida en referir que esto no constituye, de ninguna forma, el acoso y mucho menos, una agresión sexual.

Ante el tribunal de París, una mujer de nombre «Amelie» narró que, no sólo se trató de que el actor la tomara de las caderas (supuestamente, para evitar que «resbalara»), sino más bien, Depardieu ejerció conductas violentas en más de una ocasión, le tocó los senos de forma reiterada y también, los glúteos cada vez que el actor se cruzaba en su camino.

Las mujeres agredidas tienen 54 y 34 años respectivamente; una es decoradora y la otra asistente. El día miércoles, la víctima más joven contó frente al tribunal lo que había vivido en 3 ocasiones con el actor de 76 años quien, presuntamente, habría tocado su cuerpo con ambas manos.

Según declaró, la primera ocasión se dio mientras acudían al set de grabación y el actor puso sus manos sobre sus glúteos. Posteriormente, fue acorralada de frente y le tocó los senos, a esto, la mujer le pidió detenerse y le sostuvo: «¡No!». Esta acción sucedió nuevamente poco después.

La mujer externó estas violencias a su superior, lo que alertó a las personas de producción sobre el comportamiento inapropiado del actor. De forma inminente, éste se enteró y se volvió aún más violento.

La víctima decidió emprender acciones legales luego de enterarse que otra compañera había vivido acciones similares y que estaba enfrentando un proceso en contra del actor; juntas empezaron esta lucha que, está próxima a cumplir los 3 años y que, entre tropiezos y una ira constante de algunos sectores franceses por haber señalado a Depardieu, el caso comienza a ver la luz con el fin del juicio este 27 de marzo.

Entre los principales claroscuros del caso estaban los cuestionamientos mediáticos que apuntaban a una revictimización de las víctimas bajo la premisa de que buscaban la obtención de fama a través de señalar a una figura como Depardieu. Sin embargo, en el paso de los días, estos apuntes terminaron apaciguados luego de que a las audiencias aparecieran más mujeres y testigos que dieron fe a las agresiones sexuales vividas.

Otra de las trabajadoras se presentó el día de ayer, miércoles, y narró que en algún momento, encontró a Depardieu acorralando a una de sus compañeras; «la tenía atrapada entre sus piernas». Ella al igual que las víctimas, alertó a las direcciones de la película sobre lo que había visto, sin embargo, a pesar de que ya existían registros contundentes -y todos similares entre sí- sobre las acciones violentas del actor, la película nunca frenó y tampoco, se desarrolló ningún protocolo de seguridad por la protección de las víctimas.

¿Quién es Gérard Depardieu y qué representa el caso para Francia?

Hablar de lo sucedido esta tarde, no sólo implica un caso de violencia sexual entre las estrellas actorales y de la dirección del cine, este asunto va más allá y trastoca las fibras más sensibles del pacto patriarcal. Se convierte en un fenómeno donde, uno de los personajes históricos más venerados en Francia cae con fuerza, ello, a pesar de que ha cultivado una carrera donde ha sido señalado por ser violento y agredir verbalmente a las mujeres, hecho que se puede constatar en su propio documental lanzado en 2018.

Gérard Depardieu no sólo cuenta con una férrea defensa legal que pretende blindarlo para que no pise cárcel, sino detrás de él, también existe un sórdido respaldo patriarcal que, como ya se advirtió, se ha encargado de defender al actor desde las primeras acusaciones.

Entre ellas, la actriz Ardant Fanny, una amiga entrañable del actor y quien ha sostenido que, aunque su par podía parecer «grosero y vulgar», nunca le vio cometer algún acto violento en contra de alguna mujer, ni nada «impactante».

Y si bien podría resultar comprensible el hecho de que otras personas del gremio salgan a la defensa entre sí -un pacto de colusión entre la misma esfera-, resulta evidente que, las mujeres que señalaron a Depardieu atravesaron otras estructuras y evidenciaron los pactos patriarcales vigentes.

El mismo -entonces- presidente Emmanuel Macron declaró a finales del 2023, cuando las acusaciones apenas habían reventado que, él era un gran admirador del actor y sostuvo que sería incapaz de retirarle la Legión del Honor -un condecoro que el Estado le había dado como reconocimiento a su carrera-.

Además, explicó que él, como funcionario, no estaba para impartir moral y además, mandó un mensaje soez: Nunca me verán en las cacerías de hombres. Lo detesto.
Hoy, con una sentencia en puerta, la discusión sobre la presunta cacería de hombres se ha colocado nuevamente en coyuntura. La discusión va más allá de la violencia sexual cometida por Gérard Depardieu y que ha sido documentada por al menos 6 mujeres con la llegada del MeToo a Francia, esto ha cimbrado la colusión patriarcal y la forma en que ha operó históricamente el sistema para que este actor, desde hace décadas, ejerciera conductas violentas en total impunidad.

Celia Amorós, refiere en «Feminismo: Igualdad y diferencia» que hay un pacto entre varones: “… una especie de pacto interclasista, metaestable, por el cual se constituye en patrimonio del genérico de los varones en cuanto se auto-instituyen como sujetos del contrato social ante las mujeres –que son en principio las “pactadas”.
La Gaceta de la Universidad Autónoma de México, (UNAM) refiere en su portal que este pacto se manifiesta cuando los hombres callan ante un acto de violencia, acoso sexual, “chistes y bromas” sexistas, violaciones, la difusión de contenido sexual sin autorización de la mujer implicada; cuando minimizan, ridiculizan y deslegitiman denuncias para que la violencia machista se continúe perpetuando.

“Romper con eso, es darles voz a las mujeres, es creer en su palabra, es la posibilidad del Estado de darse cuenta que hay una brecha de desigualdad que permite la violencia hacia las mujeres. Pero también, romper el pacto exige que: dejen de existir complicidades entre los hombres, dejen de justificar las violencias de otros hombres, de hacer como que no ven o no saben, de callarse y volverse cómplices ante el acoso de sus iguales a las mujeres, de guardar silencio ante los delitos cometidos y las violencias ejercidas por otros hombres; implica, creerles a las víctimas, señalar y castigar al agresor. (Gaceta UNAM)

Algo que, a la sociedad francesa ha puesto en jaque, al verse involucrado uno de los hombres más emblemáticos del país que, durante casi medio siglo, gozó de la protección patriarcal, del privilegio de un nombre aplaudido, del escudo político y que hoy, a regañadientes, ha aceptado frente al Tribunal: «He aprendido mi lección».