Gaza enfrenta el riesgo de una generación perdida sin acceso a educación: ONU

Children and their families wait in Al Nuseirat, in the central Gaza Strip, for the green light to begin their journey back home to Gaza City and the northern areas, after 15 months of displacement.

El sistema educativo en la Franja de Gaza se encuentra al borde del colapso total. Tras más de dos años de ofensiva militar israelí, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alertó este 25 de octubre que cientos de miles de niños palestinos podrían convertirse en una “generación perdida” si no se restablecen las clases en febrero de 2026.
Edouard Beigbeder, director regional de UNICEF para Medio Oriente y el norte de África, advirtió que Gaza atraviesa su tercer año consecutivo sin educación formal. “Si no iniciamos una verdadera transición para todos los niños en febrero, entraremos en un cuarto año sin clases y entonces podremos hablar de una generación perdida”, declaró desde El Cairo.

Según estimaciones de la ONU, el 92% de los edificios en Gaza han sido destruidos, incluidos más de 436 mil hogares. Las escuelas, bibliotecas y centros comunitarios han sido arrasados o convertidos en refugios improvisados. A pesar del alto el fuego negociado por Estados Unidos a principios de octubre, solo una sexta parte de los niños ha logrado acceder a centros de aprendizaje temporales.

UNICEF y sus socios han instalado aulas provisionales en tiendas de campaña y estructuras móviles, pero la capacidad es limitada y las condiciones son precarias. La falta de electricidad, agua potable y materiales escolares agrava la situación. Además, muchos docentes han sido desplazados o han perdido la vida durante los bombardeos.
En paralelo, las facciones palestinas Hamas y Fatah anunciaron desde El Cairo un acuerdo para establecer un organismo temporal de tecnócratas que administre Gaza. El objetivo es facilitar la reconstrucción institucional y garantizar el acceso a servicios básicos, incluida la educación.

La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, calificó la situación como una “afrenta a nuestra humanidad compartida”. En un comunicado emitido el 8 de octubre, denunció que los niños gazatíes llevan más de 700 días siendo víctimas de asesinatos, mutilaciones y desplazamientos.

La comunidad internacional enfrenta un dilema urgente: sin una intervención coordinada y sostenida, Gaza podría perder no solo su infraestructura educativa, sino también el futuro de toda una generación.