¡Goya! ¡Viva la UNAM!

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/ Francisco Cabral Bravo /

Con solidaridad y respeto a Ricardo Ahued Bardahuil e Ing. Eric Patrocinio Cisneros Burgos
Quiero nuevamente subrayar que según el ranking mundial de universidades, QS  de Inglaterra, la UNAM ocupa el lugar 105 de 300 universidades de 97 países. En América Latina es líder punto con la Universidad de Buenos Aires. Los criterios implican la relación de profesores/estudiantes; reputación académica; profesores y alumnos internacionales, entre otros. Es decir, hablamos de calidad académica. No de número de estudiantes, sino de como se forma a los futuros profesionistas. Esa es la misión de universidades.
Han transcurrido varias décadas y las heridas del 68 siguen sangrando. No repitamos los errores del pasado y aprendamos de la historia.

El Ejecutivo federal está jugando con fuego,  tocar a la universidad es un asunto  muy delicado. El alma de los jóvenes Pumas es una fibra muy delicada y sensible; es un nervio en extremo peligroso. La autonomía y la libertad de cátedra son baluartes del ejercicio libre del pensamiento universal. Es Intocable, mueve montañas. Más vale respetarlas.

El 68 empezó con un incidente y enfrentamiento menor y por incomprensión y descuido de autoridades menores, se fue extendiendo y creciendo como una bola de nieve, hasta  incendiar los ánimos de miles de jóvenes estudiantes de la UNAM y del Politécnico.
El costo político fue mayúsculo para el gobierno y para nuestro país. La muerte ensombreció a México y recorrió el mundo el fantasma de su desprestigio.

Han transcurrido varias décadas las heridas siguen sangrando. El espejo de Tezcatlipoca aún refleja el rostro de la ignominia y la muerte del alma joven nacional. No repitamos los errores del pasado, reconozcamos nuestras debilidades y tropiezos y aprendamos de la historia para no incurrir en los mismos desencuentros qué lesionan nuestra capacidad de futuro.

El desencuentro con la UNAM será una batalla perdida para el gobierno. La gran mayoría de la opinión pública estará a su favor. La rebeldía de los jóvenes convocará a grandes sectores en su apoyo y en la defensa de sus causas propias. No se tiene la razón, no es justo calificar a esta noble institución de conservadora, es un agravio que no se merece. Es un contrasentido, los jóvenes por su edad son revolucionarios por naturaleza, soñadores de la vida y emocionados por la transformación y el cambio del establecido. Son rebeldes en su esencia humana.

El horno no está para bollos. El país está dividido, la polarización política está en su punto, los enfrentamientos verbales a diario, la arena política en efervescencia y la disputa por México en pleno apogeo. Con todo respeto, es un grave error político que el jefe del Estado mexicano se enfrente a la comunidad Universitaria y, aún más peligroso que rete a los jóvenes a manifestarse en su contra; cuidado, si le toman la palabra y los jóvenes salen y toman la calle planteando una huelga en defensa de la UNAM, exigiendo respeto a la autonomía y a la libertad de cátedra, mayor presupuesto y una disculpa pública del gobierno por el agravio y la ofensa a la UNAM, es seguro que muchos sectores y universidades del país se pueden sumar a ese movimiento.

En este momento que vive el país con un complejo y delicado juego de intereses nacionales e internacionales y una confrontación ideológica entre “conservadores” y “revolucionarios” un conflicto estudiantil pondría en riesgo y contra la pared la democracia de la República.

Hay quienes afirman que las expresiones públicas del Presidente no corresponden a una ocurrencia ni a un distractor y que va direccionado a buscar transformar a la UNAM en una universidad de masas en donde se faciliten, sin mayores exigencias de exámenes y requisitos de admisión, el acceso libre a todos los estudiantes con necesidades de educación superior. En esencia, cambiar el modelo educativo y desechar el tradicional de la educación de Justo Sierra y José Vasconcelos, de inspiración positivista.

La UNAM no es perfecta, puede mejorar sus estándares, pero bajo acecho, con paros y amenazas, no es posible progresar. Ha sido fundamental en la formación de profesionistas en todas las áreas del conocimiento que hoy se ven amenazadas.

¡Alcemos la voz! ¡Goya!  ¡Viva la UNAM!
En otro orden de ideas México está siendo “colonizado”. No solo México, el resto de los países de Latinoamérica. Estados Unidos, China y alguna potencia más, entraron en un proceso  de colonización de naciones que simplemente no entienden el valor de los datos, su gente los entrega gratuitamente sin control.

Esa podría ser una parte de la conclusión de una conferencia que brindó Yuval Noah Harari, quizás el escritor de historia más reconocido de esta generación.
A su juicio, la única defensa la unión de las naciones. Los brasileños o los mexicanos no saben cómo balancear la mesa ante la oferta de empresas como Alibaba o Amazon.
Hoy la empresa más valiosa en Estados Unidos ya no es Exxon, sino Google, Apple o Amazon,  en función del día.

Esas tres tienen almacenes de datos en los que cobran renta a sus inquilinos en donde los ingresos solo por guardarlos, crecen cada año alrededor de 30%.

Noah Harari advierte además sobre la utilización de los mismos. Al final, China usará los datos que  extraiga de Bolivia para generar riqueza en la nación asiática.
“Las nuevas materias primas son los datos”

¿La batalla está perdida y solo presenciamos el resultado de la misma? El escritor propone colaboración. Las naciones tienen herramientas para generar beneficios para ambas partes.
Al final, Amazon vende todo lo que vende porque resuelve necesidades.

El mundo necesita políticos y empresarios que entiendan la relación con la nueva dinámica del mundo no para confrontarla, sino para colaborar con una corriente tecnológica que ya es imparable, amén de encarar, ahí sí, el reto mundial del calentamiento global.

La inteligencia artificial avanza a un ritmo que absorbe puestos de trabajo humanos que inevitablemente  amenazara el que ustedes tienen actualmente, a decir de lo expuesto por Harari a convocatoria de la financiera SURA,  para clientes latinoamericanos.

La solución es reinventarse cada 10 años a partir de esta década y a esa circunstancia están expuestos también quienes gobiernan cada nación en su legítimo interés de proteger a su pueblo.

Añadió que eso requiere escapar de la “tribalización” a la que líderes carismáticos exponen a su gente al dividirla en lugar de buscar la unión de un verdadero nacionalismo.