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05.11.2025 Uruapan, Michoacán.- En una sesión solemne marcada por el duelo y la determinación, Grecia Itzel Quiroz García rindió protesta como presidenta municipal de Uruapan la tarde del martes 4 de noviembre, tras el asesinato de su esposo, el alcalde electo Carlos Alberto Manzo Rodríguez, ocurrido el pasado 1 de noviembre.
La toma de protesta se llevó a cabo en el cabildo municipal, con la presencia de autoridades estatales, representantes del Congreso local y cientos de ciudadanos que acompañaron a Quiroz en un acto cargado de simbolismo y exigencia de justicia. La nueva presidenta municipal, quien hasta entonces se desempeñaba como presidenta honoraria del DIF municipal, fue propuesta por unanimidad por el cuerpo edilicio y ratificada por el Congreso del Estado.
Durante su intervención, Quiroz afirmó que su nombramiento no representa una sustitución, sino una continuidad del proyecto ciudadano que encabezaba su esposo.
“No vengo a ocupar su lugar, vengo a defender su causa”, declaró. En su mensaje, hizo un llamado a la unidad, a la memoria activa y a la construcción de un gobierno que no olvide a quienes han sido víctimas de la violencia.
El asesinato de Carlos Manzo, ocurrido en plena vía pública mientras encabezaba una actividad comunitaria, conmocionó a la sociedad uruapense y generó una ola de indignación nacional. Organizaciones civiles, colectivos ciudadanos y representantes de diversos sectores han exigido una investigación exhaustiva y castigo a los responsables.
La llegada de Quiroz a la presidencia municipal representa un hecho inédito en la historia reciente de Uruapan, no solo por las circunstancias que la motivaron, sino por el compromiso explícito de gobernar con una perspectiva de justicia, memoria y dignidad.
Discurso de Grecia Quiroz al asumir la presidencia municipal de Uruapan:
Buenas tardes.
Hoy me presento ante ustedes con el corazón herido, pero con la voluntad firme. Hace apenas unos días, la violencia nos arrebató a Carlos, mi compañero de vida, el padre de mis hijos, el hombre que caminó con ustedes, que escuchó, que soñó con un Uruapan distinto.
Carlos no buscaba el poder por ambición. Su lucha era por la dignidad, por la justicia, por la vida. Gobernaba desde la calle, desde el diálogo, desde la convicción de que otro Uruapan era posible. Hoy, esa lucha no termina. Hoy, esa lucha se transforma.
Asumo esta responsabilidad con humildad, con dolor, pero también con la certeza de que no estoy sola. Estoy acompañada por el pueblo que creyó en Carlos, por las mujeres que no se rinden, por las familias que exigen paz, por los jóvenes que no quieren vivir con miedo.
No vengo a ocupar su lugar. Vengo a defender su causa. Vengo a continuar lo que juntos construimos. Vengo a decir que no nos van a callar, que no nos van a detener, que no nos van a arrebatar la esperanza.
A quienes intentaron silenciarlo, les digo: no lo lograron. Carlos vive en cada calle que caminó, en cada barrio que escuchó, en cada promesa que hizo. Y yo estaré aquí para cumplirlas.
Gracias por su confianza. Gracias por su fuerza. Uruapan sigue de pie. Y yo también.












