Guerra en Gaza también es guerra contra mujeres, 10 mil han perdido la vida .

*Escrito por Rita Magaña Torres .

19.05.2024 7CimacNoticias.com /Ciudad de México.- La guerra en Gaza ha cobrado la vida de más de 10 mil mujeres, entre ellas unas 6 mil madres, quienes dejan a 19 mil niñas y niños en orfandad, así lo declaró Susanne Mikhail, Directora Regional de ONU Mujeres en los Estados Árabes, en una rueda de prensa en Ginebra.

La situación es devastadora para las mujeres quienes han sobrevivido a los bombardeos israelíes y a las operaciones militares sobre el terreno se han quedado viudas, viven como desplazadas y se enfrentan ahora a la inanición. Este impacto diferenciado de la guerra sobre las mujeres palestinas sigue haciendo de la situación bélica en esa región del mundo también sea contra las mujeres.

Como se recogió en las conclusiones convenidas de la última sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW68), celebrada recientemente, las mujeres y las niñas deben estar en el centro de la respuesta humanitaria colectiva.

Así lo destacó el más reciente informe Alerta de Género sobre Gaza que publicó ONU Mujeres, en donde detallaron que más de un millón de mujeres y de niñas palestinas en Gaza afrontan un hambre, escasez de agua potable, no tienen servicios sanitarios, ni agua corriente, lo que las expone a riesgos que pueden ser mortales.

Haciéndose eco de estas preocupaciones, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 16 de abril de este año, hizo un nuevo llamamiento para detener esta situación en la Franja para que pueda entrar ayuda humanitaria que contribuya a reconstruir hospitales, entre ellos el de Al Shifa, que ha quedado «básicamente destruido» tras una reciente incursión israelí.

«La dirección está intentando limpiar el servicio de urgencias (pero) el trabajo es ingente para hacer solo una limpieza, por no hablar de conseguir suministros», declaró el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, tras una nueva misión de la agencia sanitaria de la ONU al devastado centro médico en la ciudad de Gaza.

La serie de alertas de género que ONU Mujeres ha dedicado a Gaza ofrecen un análisis detallado de la realidad de las mujeres y las niñas en la Franja y dan testimonio de sus atroces condiciones de vida.

La publicación, que se presentó ahora con el título Escasez y miedo se centra en la falta de acceso a los servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH), que son vitales para la salud, la dignidad, la seguridad y la privacidad de las mujeres.

El acceso a agua limpia y potable es de vital importancia, sobre todo en el caso de las madres lactantes y las mujeres embarazadas, que requieren una mayor ingesta diaria de calorías y agua. También es fundamental para que las mujeres y las niñas puedan gestionar su higiene menstrual con dignidad y seguridad.

ONU Mujeres calcula que para cubrir las necesidades de las 690 mil mujeres y niñas de Gaza se precisan 10 millones de toallas sanitarias o compresas desechables o 4 millones de toallas sanitarias reutilizables al mes.

«En Gaza, [las mujeres] no podemos cubrir nuestras necesidades más básicas y sencillas: comer bien, beber agua potable, acceder a un inodoro, disponer de compresas y toallas sanitarias, darnos una ducha, cambiarnos la ropa…» – Una mujer en Gaza.

Solo la paz puede poner fin a este sufrimiento. ONU Mujeres se unió a los llamamientos que se han hecho a nivel mundial para ejecutar la Resolución 2728 (2024) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobada el 25 de marzo de 2024, que exige un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de rehenes y la distribución segura y sin obstáculos de la ayuda humanitaria.

 

La ONU Mujeres ha estado colaborando con las organizaciones palestinas de mujeres y con las entidades asociadas de los espacios humanitarios para defender los derechos y prestar ayuda que se necesita con urgencia, por lo que denunciaron que decenas de miles de artículos han estado semanas en los pasos fronterizos detenidos.

Y eso es solo una pequeña parte de lo que necesitan las mujeres y las niñas en Gaza.

Queda poco por salvar

Solo un tercio de los 36 hospitales de la Franja siguen funcionando, lo que significa que es esencial «preservar lo que queda» del sistema sanitario del enclave, insistió portavoz de la Organización Mundial de la Salud, Tarik Jasarevic.

Pero las necesidades siguen siendo enormes, con más de 76 mil heridos, según las autoridades locales, y varias agencias de la ONU han advertido en repetidas ocasiones de que se han llevado a cabo amputaciones y partos por cesárea sin anestesia.

«Una vez más, hacemos un llamado para que el mecanismo de comunicación sea eficaz, transparente y viable», declaró el funcionario de la OMS, refiriéndose al sistema de autorizaciones utilizado por las organizaciones humanitarias en colaboración con las partes beligerantes para tratar de garantizar que los convoyes de ayuda no sean objeto de ataques.

El protocolo de mitigación de fuego sigue siendo motivo de preocupación después de que siete trabajadores humanitarios de la ONG World Central Kitchen murieran en ataques aéreos israelíes el primero de abril y dos centenares de trabajadores de la ONU.

Pero «más de la mitad» de las misiones de la OMS previstas entre el pasado octubre y finales de marzo «han sido denegadas o retrasadas o se enfrentan a otros obstáculos, por lo que tienen que ser pospuestas, así que realmente necesitamos ese acceso», insistió Jasarevic, en medio de las repetidas advertencias de los trabajadores humanitarios sobre la inminente hambruna en la Franja de Gaza.

El 24 de octubre de 2023, se dio a conocer un nuevo informe presentado por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, sobre las mujeres y la paz y la seguridad, redactado por ONU Mujeres en nombre del sistema de las Naciones Unidas, 17 días después de que Hamás y otros grupos armados palestinos de la Franja de Gaza ocupada iniciaron un ataque sorpresa contra Israel, el 7 de octubre de 2023.

En el informe de la ONU señaló que en 2022, la cantidad de mujeres y niñas que vivían en países afectados por conflictos superó los 600 millones, representando un incremento del 50 por ciento desde 2017.

En un momento en que los civiles de todo el mundo requieren más asistencia humanitaria que nunca, se observa un aumento en el gasto militar de los países, el cual superó los 2,2 billones de dólares en 2022.

El informe se publicó 23 años después de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad, la cual urgía a todas las partes involucradas en conflictos a asegurar la protección de las mujeres y las niñas, así como a conseguir la plena participación de las mujeres en los procesos de paz.

Entre los resultados clave, se incluyen los siguientes:

Participación de mujeres en procesos de paz se estancó

De los 18 acuerdos de paz logrados en 2022, solo en seis se incorporaron disposiciones específicamente vinculadas a las mujeres, las niñas o las cuestiones de género. Esta cifra es comparable a la de años anteriores, en los que el número de dichas disposiciones variaba entre el 20 % y el 35 %.

Entre esos 18 acuerdos, únicamente el de Sudán del Sur contó con la firma o presencia de una organización local de mujeres.

En el ámbito local, las mujeres dirigieron eficazmente múltiples negociaciones para garantizar el acceso al agua y la asistencia humanitaria, negociar la liberación de presos políticos y prevenir y resolver conflictos tribales, así como mediar en los alto el fuego locales.

No obstante, en el plano nacional, siguen quedando al margen de las negociaciones clave. Si bien las mujeres participaron en el 80 por ciento de los procesos de paz liderados o co liderados por las Naciones Unidas, la cantidad de mujeres implicadas sigue siendo baja y representa solo alrededor del 16 % del total de participantes, una proporción que ha disminuido durante dos años consecutivos.

En gran medida, las mujeres han estado ausentes en numerosos procesos de paz y diálogos políticos relacionados con situaciones presentes en la agenda del Consejo de Seguridad, tales como Etiopía, Kosovo, Sudán, Myanmar y Libia.

La coyuntura mundial de la seguridad humanitaria se ha agravado y afecta de manera desigual a mujeres y niñas

Según la estimación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se prevé que para finales de 2023 habrá 117 millones de personas apátridas o desplazadas forzosamente.

Estos desplazamientos y conflictos podrían revertir el avance de los derechos de las mujeres. Por ejemplo, a principios de este año, con el inicio de los enfrentamientos en Sudán, resurgió la violencia sexual generalizada en Darfur, como reminiscencia del conflicto ocurrido en la región hace veinte años.

Cada vez hay más personas en todo el mundo que viven bajo regímenes autocráticos, consecuencia del declive democrático que ha tenido lugar durante muchos años. La misoginia es un factor común en el aumento del autoritarismo, así como en la expansión del conflicto y el extremismo violento.

Por ejemplo, en el Afganistán, los talibanes han impuesto más de 50 decretos para restringir los derechos de mujeres y niñas, retrocediendo a la opresión de la década de 1990.

De acuerdo con una investigación mencionada en el informe, los casos de violencia contra las mujeres en la política en países afectados por conflictos aumentaron en un 50 por ciento entre 2020 y 2022.

En el último año, el número de personas que requieren asistencia humanitaria ha aumentado un 25 por ciento, un hecho que coincide con la mayor crisis alimentaria mundial registrada en la historia moderna.

Este crecimiento en la demanda ha sido principalmente motivado por la existencia de casi 200 conflictos armados y actos de violencia organizada, junto con la crisis climática y los efectos derivados de la pandemia de COVID-19.

¿Y ahora, qué?

Este panorama no es inevitable ni irreversible. La participación de las mujeres en los procesos de paz contribuye a la durabilidad y sostenibilidad de los acuerdos.

El informe solicita la obtención de 300 millones de dólares en nuevas promesas de financiación para organizaciones de mujeres en situaciones de crisis en los próximos tres años, y que al menos un tercio de todos los participantes en procesos de mediación y paz sean mujeres.

Entre otras recomendaciones para los gobiernos y las delegaciones negociadoras, se incluyen:

  • Fijar metas ambiciosas para la participación directa de las mujeres en las delegaciones y los equipos de negociación, y su designación como mediadoras principales en los procesos de paz.
  • Utilizar incentivos y herramientas de rendición de cuentas, como las sanciones, los procesos penales internacionales y las campañas de desinversión, con el fin de fortalecer la protección de las mujeres en los países afectados por conflictos.
  • Reducir los gastos militares y aumentar la financiación para los esfuerzos de consolidación de la paz liderados por mujeres, los cuales han demostrado sobradamente ser eficaces y sostenibles.
  • Garantizar que las defensoras de los derechos humanos puedan trabajar de forma segura en sus países de origen o reubicarse según sea necesario.