Hartos de y en la pandemia

Ramón Ojeda Mestre

Leo con mucha atención cuanto artículo me llega respecto a los pandemonios de la pandemia. No por masoquismo, sino por avidez de entender y aprender, para poder explicar a mis alumnos o a mis amigos y conocidos, el fenómeno sanitario más grave de la historia de la humanidad. No es fácil ni sencillo, pues es bien sabido que la mayoría de los escribidores le metemos mucha paja al granero, incluidos los científicos.

 

No importa, sabemos lo que es fútil, lo que es superfluo o lo que es sesgado y panfletario, politiquero, desinformador o deliberadamente engañoso y vemos como hasta las y los politiquillos mediocres, han lucrado ruinmente tomándose fotos con los necesitados. Desde muy temprano, amigos benévolos y generosos nos hacen llegar periódicos y revistas de todo el mundo y no alcanzan dos tazas de café o del té de Damiana para despacharse tanta “información”. Aquí entre nous, he mudado la cafetera a un lado de la infernal máquina cibernética de manera que el ménage à trois se consuma y consume desde la madrugada cotidiana con el incomparable café de Zongolica, la cegadora y luminiscente pantalla y este añoso tlacuilo de sus mercedes.

 

Pero hay días, como dijo Porfirio Barba Jacob, el inmortal, hay días en que nos llega un texto o un libro en donde nos maravillamos de encontrar tantas y tan amenas referencias, datos duros, sorpresas, y desafíos y eso nos aconteció esta primera semana del annus vaccinensis que ha seguido al annus horríbilis Covidensis del 2020.

 

Desde la portada, con la gran e indescifrable cabeza Olmeca de casi 5000 años de antigüedad, alegorizada y alegrada con un cubrebocas antiviral moderno, el gran historiador y escritor costumbrista José N. Iturriaga de la Fuente, nos permitió leer lo que para muchos ha sido el mejor libro producto de este año de lutos y dramas que acaba de terminar, aunque las cosas siguen igual o peor pero ahora con esperanza de que la Vacuna logre disminuir la tendencia necrofóbica que el mundo entero ha tenido que sufrir desde hace casi doce meses eternos, externos e internos, como las mismos infiernos en estos inviernos.

 

De sus setenta obras publicadas, éste, quizás es uno de los tres mejores libros de José Iturriaga, y se llama oficialmente “Historia de Las epidemias en México”, con una cuidadosa edición de Grijalbo y que nos regala, ilustra, atormenta, seduce o abofetea con temas como estos: De los griegos a la Edad Media, La Peste Negra: 85 millones de muertos, Brujería, astrología, religión y medicina, Las fiestas de varicela, ¿Historia de la medicina, de la salud o de la enfermedad?, del México Prehispánico: Hambrunas y epidemias, El misterioso ocaso de los mayas, La decadencia de los toltecas, Epidemias entre los totonacas y los nahuas, Sahagún: pionero de la historiografía contemporánea, de La Conquista de México, La voz del conquistador, La visión de los vencidos, Los frailes historiadores españoles, Los historiadores mexicanos, La sífilis o el “Mal Francés”: xenofobia semántica,

 

Del Siglo XVI: Muerte oportuna y conveniente, Novedosas y letales enfermedades, Guadalupe, Milagros y Consuelo, El Códice Telleriano, El crudelísimo Nuño de Guzmán, “Moría y murió infinita gente”: 1541 y 1545, “Las pestilencias que Dios les envía”: 1576, Remedios indígenas, Las últimas epidemias del siglo XVI, “Pestilencias y mortandades”, “Secretos juicios de Nuestro Señor”, Monogamia versus demografía, La lepra y primeros lazaretos en el siglo XVI, “Medicina de la conversión”, Novedosas tesis acerca del origen de la viruela, El holocausto amerindio, “Catastrofistas” y “minimalistas”, del Siglo XVII, Medicina y astrología, Nayarit, 1618, Astrólogo y ecocida, Paréntesis jarocho: 1651, “Quería Dios comenzar a recoger frutos”: Sonora, “Eran indios sin número, pero ahora ya no los hay”, “Si se salva fue la Virgen, si se muere…”, “Procesión de sangre”: 1663, Que no molesten de balde a la Virgen: 1692, Dos noticias de sarampión, Lúgubre recuento sinaloense, “Yo, la peor del mundo…” del Siglo XVIII: La microhistoria, un espejo de la historia: Nuevo León, El vecino: Coahuila, La variolación, antecedente de la vacuna contra la viruela, Tifus y viruela, “Siendo insuficientes todos los hospitales”: 1779, “Barrió con la población indígena”: Colima, “Llámase palo santo por los prodigios que ha obrado”, Un croata, un checo y un alemán en Baja California, Otro checo y un alemán en Sonora, Santísima Virgen de la Salud, “jurada patrona” de Pátzcuaro, Un astrónomo mártir en San José del Cabo, Revillagigedo, el mejor virrey de la Nueva España, Despoblamiento en Sinaloa

Un atisbo al sarampión.

 

Del Siglo XIX: El Dr. Balmis y la vacuna de la viruela: 1804, Medicina alternativa, Alexander von Humboldt en México, Epidemias en la guerra de Independencia, Intrigas políticas entorpecen el auxilio: 1813, “La asombrosa mortalidad” de 1815 en Nuevo León, Espeluznante sarampión en Mapimí, 1825, Familias diezmadas en Guadalajara, 1830, Un comerciante alemán en cuarentena veracruzana, El Año del Cólera y los sepultados vivos: 1833, “Prohibido el toque de agonías, para no infundir terror”, Recetas para curar el cólera morbus, Epidemia en campaña militar, “La epidemia aumentó en furor”, Epidemia y xenofobia, El cólera morbus en Tabasco, “Coahuila en los tiempos del cólera”, Otros botones de muestra en el Año del Cólera: Campeche, Jalapa y Puebla, Lepra irresponsable y vacuna “serpentina”: 1841, Una falsa alarma: 1843, Las navajas suizas, Popurrí epidémico en la segunda mitad del XIX, Criminal obsequio de cobijas contaminadas con viruela, Mala reputación de los puertos mexicanos, Aterrador, el “malsano” puerto de Veracruz, Veracruz estado, El México desconocido de un escandinavo, Sífilis, mal “de léperos y prostitutas”,

 

Del Siglo XX:  Viruela negra en Oaxaca: 1904, “Ciencia de punta”: 1905-1921, ¿Zapatistas o carrancistas, transmisores del tifo?, La “influenza española” en Tlaxcala: 1918, Los huicholes y el ritual de la vacuna, Contagios deliberados en Veracruz, 1927, El Niño Fidencio: 1928, Cacerolismo versus ciencia médica… y los hijos del presidente, “Amor y lepra”, Tardía vacuna del sarampión, De las epidemias de ayer al SIDA de hoy, La poliomielitis y el SIDA, Enfermedades epidémicas, crónicas y endémicas.

 

Y de este Siglo XXI: Historia de algunas vacunas. Los pendientes…, El sarampión y el autismo, Los movimientos antivacunación, La zoonosis, El SARS, 2002-2003, La gripe aviar, 2003-2005, El AH1N1, 2009, Dengue, chikunguña, zika y chagas, “El miedo a morir”, El Covid19, 2020.

 

En la exitosísima presentación de este libro hace unos días en Los Cabos, BCS, la doctora Tamara Montalvo, el doctor Juan Carlos Arriola y el Ingeniero Giancarlo Muñoz, recordaron que José N. Iturriaga de la Fuente es hijo de uno de los más grandes mexicanos del siglo pasado y que dentro de unos días, en febrero, cumplirá diez años de haber fallecido, el extraordinario historiador e intelectual que hizo de la bonhomía y de la gregariedad amena, un distintivo de su ubérrima existencia: Don José E Iturriaga Sauco, que escogiera a Veracruz para pasar los últimos veinte años de su vida. Con ambos, padre e hijo, está en deuda este México nuestro que tiene derecho a la grandeza, y a la justicia. Si no puede conseguir este maravilloso libro, escríbame por favor.

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