Por Yamiri Rodríguez Madrid
Somos testigos de años complicados, diferentes. Con más de 53 mil contagios de Covid19, acercándonos peligrosamente a las 8 mil muertes y con más de 11 mil sospechosos, de acuerdo con la información de la Secretaría de Salud, realizar el Carnaval de Veracruz hubiese sido un acto suicida.
En décadas de historia jamás se había suspendido en su totalidad. Los vientos enrachados del norte hacían prácticamente cada año que al menos un paseo se suspendiera, pero jamás les habían quitado a los porteños su fiesta insigne.
La enfermad, a punto de tenernos el próximo mes, un año confinados, arrebató los papaquis, los trajes majestuosos de la corte, los ensayos de las comparsas, la creatividad de los carros alegóricos, la alegría de compartir con amigos, el río de gente felices a lo largo y ancho de todo el boulevard, bailando, cantando: hasta la molestia de los vecinos con la instalación de las gradas.
El comité del Carnaval, haciendo malabares con tal de poder llevar un poquito de alegría, decidió hacer la fiesta de manera virtual y diferida. Por ejemplo, El 25, nos anunció ya Luis Antonio, el Pollo, Pérez Fraga, se transmitirá la quema del mal humor la cual se hizo este 10 de febrero, en el inicio de la fiesta de la carne. Ahí se le prendió fuego al Covid19, con la esperanza de que ya termine. El show artístico que se presentaba año con año en la coronación, lo hará de manera virtual. Habrá también concurso en línea de comparsas, cápsulas con la historia de nuestra fiesta y, ocurrentes como siempre los porteños, harán entrega del cubreboca real. No faltó en redes en que con picardía preguntó si las clases en Zoom se suspenderán por el Carnaval como sucedía antes de todo esto.
Se aprecia el esfuerzo, la creatividad, pero esta es otra de las muchas cosas que esta enfermedad nos ha privado y hoy no sabemos si lo podremos volver a realizar. Una felicitación al Comité por su empeño y por intentar mantener la alegría en estos días aciagos.
@YamiriRodriguez