¡Hasta el Moño!

*Mujeres sabias y brujas.

/ Teresa Mollá Castells./

Estoy hasta el moño de que cuando se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, los “señoros” se harten de preguntarnos “Y, ¿para cuándo un día de los hombres?”

Y es que la “fachosfera” no descansa en exigir prioridad permanente y en todo. Es a lo que se les ha acostumbrado por parte del patriarcado. Y no olvidemos que las mujeres también vivimos y, por tanto, hemos sido educadas dentro de ese sistema patriarcal que nos oprime y nos sitúa siempre en segundo plano, siempre por detrás de ellos, tengan la edad que tengan.

No soportan, por ejemplo, que haya manifestaciones que sean exclusivamente de mujeres para conmemorar y reivindicar nuestros derechos. Insisto, NUESTROS DERECHOS porque ellos los tiene todos.

Y como no lo soportan, han creado un caballo de Troya dentro del feminismo para poderlo manejar a su antojo y poder hacer de ese pseudo feminismo brilli, brilli, postmoderno y neoliberal su bandera feminista.

Desde ese caballo de Troya, se permiten llamarnos a las feministas radicales e históricas, transexcluyentes, terfas y otras lindezas, y se acaba rompiendo pancartas en nuestras manifestaciones. O se intenta quemar el abrigo de una feminista histórica valenciana que iba en la manifestación de Valencia y que salió del paso por la inmediata ayuda de sus compañeras y amigas que apagaron el fuego.

Podemos y Sumar con su teoría de abolir el sexo y dar alas al género han llevado a la confusión a muchas personas que han confundido orientación sexual con autodeterminación sexual.

Lo primero, la orientación sexual es, sencillamente la atracción por personas en base al sexo material de otras personas. Saben que el sexo de cada persona es una realidad material con la que se nace y en base a su atracción sexual se relacionan libremente con otras personas.

La autoidentificación o autodeterminación de género es aquella pseudo teoría llamada queer, importada (cómo no) de los Estados Unidos de América y de Canadá, por la que el sexo como realidad material no importa. Lo que importa realmente es el género con el que cada cual se identifica o se siente.

Esto conlleva que por ejemplo una niña a quien le guste jugar con tractores, se la pueda confundir con su género y llevarla a pensar que es un niño en todos los aspectos de su vida. Hacerla vivir con esa idea e incluso animarla a mutilarse o tomar hormonas para que su cuerpo parezca más masculino. Esto está pasando ya en nuestra sociedad. Y lo que es más grave, las operaciones de reasignación de género deben realizarse dentro del sistema público de salud. Traducido para quien no lo entienda, los deseos de cambiar el cuerpo de las personas que no se sientan cómodas con el que han nacido, se han de pagar con los impuestos del resto.

No olvidemos que esta pseudo teoría queer, aparte de no ser científica, está basada en los deseos de las personas, no en sus realidades materiales. O sea que una persona nacida mujer puede ir al registro civil y sin más inscribirse como hombre sin otro requisito que su deseo. Y a los tres meses puede cambiarlo de nuevo y así sucesivamente.

Y, ¿por qué esto perjudica a las mujeres? Se preguntará mucha gente. Pues sencillamente, porque (y entre muchos otros aspectos) se van borrando a las mujeres de todas partes porque hombres autodefinidos como mujeres, ocupan sus espacios.

Espacios como los deportes, la ciencia, el arte y otros son literalmente “colonizados” por hombres que se “sienten” mujeres. Sin más. Y no hablo del reciente caso del “señoro” que se siente mujer que estuvo nominado al premio goya a la mejor actriz. No, hay muchos más casos. Este es, sencillamente, uno más.

Toda esta “historia” (por llamarla de alguna manera y no acabar siendo grosera), conlleva varias consecuencias de las cuales, y quiero insistir en esto, son cómplices tanto SUMAR como PODEMOS y también una parte del PSOE que por no perder el gobierno “más progresista de la historia” ha hecho suyos estos postulados.

Algunas de las consecuencias son por ejemplo y como decía antes, el progresivo borrado de las mujeres, la medicalización de por vida de las personas que deciden hormonarse convirtiéndose en enfermos crónicos para cambiar su apariencia, con los lógicos beneficios para las grandes multinacionales farmacéuticas.

Otra consecuencia importante es la pérdida de los llamados espacios seguros para las mujeres como los vestuarios o los aseos segregados por sexos para facilitar la protección de las mujeres en momentos vulnerables. Espacios conseguidos por las luchas de las feministas radicales a quienes detestan esta gente, todo hay que decirlo.

También se promueven de forma paralela y también por estos partidos, la legalización de la prostitución, convirtiendo a las mujeres prostituidas en meras mercancías con las que mercadear, como si fueran simples pedazos de carne, sin más. Y los vientres de alquiler, como si los cuerpos de las mujeres se pudieran alquilar por partes y ser utilizadas para gestar bebes que luego serán mercancía objeto de compraventa por parte de agencias que se lucran con ello.

Y todo esto disfrazado de “libertades” de las que pueden disfrutar ¿Quiénes? De nuevo los señoros blancos en su mayoría.

Que le expliquen a una mujer lesbiana a la cual que se le acerque con fines sexuales un señor que se “siente mujer” pero con sus atributos sexuales intactos y ella, la mujer como hembra humana adulta, se niegue a tener sexo con el señoro que se siente mujer y que es insultada e incluso amenazada, los motivos por los cuales es insultada o amenazada. Se llama lesbofobia. Y se está promoviendo institucionalmente.

O a una niña que por jugar con un balón la animaron a creer que era un niño e incluso la animaron a mutilar su cuerpo con hormonas u operaciones y que, con los años, se da cuenta de la tremenda equivocación que cometió y que ya no tiene remedio. ¿A quién pide explicaciones esta mujer con cuerpo mutilado buscando ser lo que no era porque, en su inmadurez, la animaron a ello?

Pues eso, hasta el moño de mentiras interesadas, para mayor beneficio de las multinacionales farmacéuticas y de la gente del brilli, brilli, porque nos borran, insultan y menosprecian a las feministas radicales históricas gracias a las cuales, gozamos (todavía) de algunos derechos humanos.

Literalmente ¡hasta el moño!

Ben cordialment,

Teresa