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/ Patricia López Suárez /
07.06.2025.- Las personas migrantes sufren explotación en los cruces fronterizos, en particular de Guatemala y México, a través de Chiapas, alertó Ariadna Estévez López, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
Luego de realizar trabajo de campo en las regiones de Tapachula, San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez, la universitaria concluyó que, aunque se dice mucho que se ve a los migrantes como desechables, la migración como evento colectivo es parte de una gran industria.
La doctora en Relaciones Internacionales participó en el conversatorio “Palabras en tránsito: una hemerografía sobre el fenómeno migratorio en México”, organizado por la Hemeroteca Nacional de México y moderado por la investigadora de esa entidad, Ana Laura Peniche Montfort.
En la Sala Interactiva del recinto, Estévez López explicó el concepto de explotación circular humana, que se refiere a la explotación sistémica de la migración forzada, en la que tanto actores estatales como no estatales obtienen el máximo beneficio mediante una dinámica económica circular que la mercantiliza.
“Se organiza de forma similar a la industria del turismo, se le vende a las personas migrantes todo tipo de bienes y servicios legales e ilegales en una suerte de turismo de la espera. Se basa en la noción de que los agentes del Estado, los criminales y los actores de la economía legal e informal explotan a los migrantes desde que salen de sus países hasta el tránsito y la llegada”, destacó.
Dijo que la migración como fenómeno masivo es explotada al máximo aprovechando la clandestinidad que crean las leyes prohibicionistas de migración.
“La prohibición hace que se haga un mercado en el que las personas migrantes serán forzadas, no tienen opción a comprar diversos artículos legales e ilegales que van desde papeles hasta hospedaje. Y aquí es donde continuamente están generando ingresos para distintos actores”, aclaró.
La investigadora la llama explotación circular porque no es lineal. “Se les vende una serie de servicios legales e ilegales y esto no acaba nunca, es un círculo. Las personas compran papeles para moverse dentro de México, llegan a Estados Unidos, ahí los deportan, regresan a Tapachula o Guatemala y vuelven a entrar”, mencionó.
En este círculo siempre están metidos diversos actores: el Estado, los criminales y distintos nichos de las economías criminal y legal.
Por su parte, Maritza Caicedo Riascos, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, comentó un estudio de la década de 1980 realizado en Estados Unidos donde se encontró que, pese a que la población hispana tenía peores condiciones socioeconómicas de vida, había algunos indicadores en salud mejores que los de la población blanca y similares a los afroamericanos.
“Y uno de éstos es la salud mental. Se sigue constatando que los inmigrantes mexicanos y otros latinoamericanos están mejor en esa área comparados con la población blanca estadunidense”, detalló.
Caicedo Riascos afirmó que hay 26 millones y medio de méxico-americanos, es decir, de personas que nacieron en los Estados Unidos y se definen como de origen mexicano. Esta población tiene un gran impacto desde el punto de vista económico, demográfico y social en Estados Unidos, precisó.
“Ahí está la raíz de la preocupación de la nueva administración en los Estados Unidos. Las proyecciones de población dicen que en 2065 los blancos serán minoría en Estados Unidos”, refirió.
Dijo que la población de inmigrantes mexicanos son básicamente jóvenes con fuerza laboral, y las mujeres de ese grupo muestran altos índices de fecundidad.
“Sin embargo, su situación laboral es precaria, pues los afecta la escasa escolaridad y sus condiciones raciales, así que desarrollan empleos de servicio como cuidados, servicio doméstico, limpieza de edificios y ayudantes en restaurantes. Muchos padecen desigualdad y viven por debajo del nivel de pobreza, pues un inmigrante mexicano gana 59 % del salario anual de un blanco”, advirtió.
Material hemerográfico
La Hemeroteca Nacional de México tiene una gran base de datos, la cual ofrece dos tipos de servicios: índices de revistas (principalmente del siglo XX) y hemerografías sobre temas de actualidad, entre ellos el de las migraciones, explicó Lorena Gutiérrez Schott, investigadora de esa entidad dependiente del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIBI) de la UNAM.
“Queremos aportar fuentes periodísticas para comprender los procesos migratorios desde distintos enfoques, para que la hemerografía sobre el tema sea un abrevadero para investigaciones académicas y para el trabajo documental de nuestros usuarios. Nuestro interés fue hacer el recuento desde octubre de 2018, cuando tuvo lugar la primera caravana de migrantes que salió de Honduras”, señaló.
Entre los temas que se pueden buscar en el material hemerográfico destacan migración irregular, desplazamientos forzados, migración climática, migración laboral, niñez migrante, políticas migratorias, seguridad militar, tráfico de personas, xenofobia y racismo.
