Identidad Femenina ante la Corrupción.
Alguien como tú.
Gladys de L. Pérez Maldonado
Respecto de este tema nos surgen varias interrogantes: ¿ Que nos motiva a estudiar La Corrupción relacionada con la mujer? ¿ Por qué debemos incorporar una perspectiva de género en el campo de la lucha contra la corrupción y promoción de la transparencia? ¿ A caso la presencia de la mujer en la vida pública, toma de decisiones y en los órganos de justicia incide en la disminución de actos corruptos? .
Transparencia Internacional define la corrupción como “el mal uso del poder encomendado para obtener beneficios particulares”.
¿Cómo se puede abatir la corrupción en el sector público, en el poder judicial? Algunos investigadores sostienen que la presencia de más mujeres es la solución, no obstante otros consideran que los efectos de la corrupción afectan de forma diferenciada a hombres y mujeres, siendo éstas últimas las que sufren las peores consecuencias.
Yolanda Ramos, Maestra en Ciencia Política, sostiene que la corrupción es un problema extendido por todo el mundo, presente en casi todos los sectores de la vida pública y privada que influye en la toma de decisiones, provocando una serie de consecuencias adversas que por lo general afectan a los sectores de la población con mayores desventajas.
Ahora bien, el vínculo entre Género y Corrupción se ha abordado desde dos puntos de vista: 1.- quienes han examinado si la existencia de un mayor número de mujeres en el gobierno y altos rangos de poder tiende a disminuir los índices de corrupción, y 2.- quienes manifiestan que la corrupción afecta más a las mujeres que a los hombres, dado que tradicionalmente el género femenino es considerado como el sexo débil y por ende con mayor riesgo de vulnerabilidad.
El estereotipo de la mujer es que es menos corrupta, se tiene mayor expectativa de ella y carga con mayor responsabilidad, por lo que si comete una falta, públicamente es estrictamente sancionada mas que a los hombres, motivo suficiente para abstenerse de practicar la corrupción, como ejemplo podemos mencionar a las Presidentes Laura Chinchilla en Costa Rica (2010-2014) y Michelle Bachelet en Chile (2014-2018), quienes debido a denuncias de corrupción relacionadas con su administración, su credibilidad y popularidad bajó considerablemente.
Se realizó un estudio experimental en Australia, India, Indonesia y Singapur, el cual trajo como resultado que el postulado: que a mayor mujeres en el gobierno o puestos públicos trae como consecuencia la disminución de la corrupción, no es correcto.
Esto es, los resultados arrojaron que solo en Australia las mujeres son menos tolerantes a la corrupción que los hombres, mientras que en los otros países asiáticos no existen diferencias significativas de género en las actitudes hacia la corrupción, esto influido por factores culturales.
La corrupción en los organismos judiciales y de investigación es particularmente perjudicial para las mujeres cuando, como víctimas de la discriminación y la violencia, tratan en vano de hacer valer sus derechos en el sistema judicial. Delitos como la violencia doméstica, acoso sexual y abuso laboral, entre otros son pocas veces condenados con el rigor que merecen, en ocasiones por negligencia de los organismos encargados y en otras porque los agresores pagan sobornos a policías y jueces para que detengan el proceso y así evitar el castigo.
Según Transparencia Internacional (2017), señala que México se encuentra entre las peores posiciones de América Latina y El caribe, por debajo de Brasil, Argentina y Colombia; y ocupando la misma posición que Honduras y Paraguay. Es además, junto a Rusia, el país peor evaluado del G20 y el primero entre los países a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La corrupción en un país trae como consecuencia la desconfianza de inversionistas extranjeros, desvío de recursos económicos destinados a beneficios sociales, desconfianza de los ciudadanos en sus instituciones, incluyendo a los jueces y a toda la maquinaria del Poder Judicial.
Cuando existe alto nivel de corrupción en un país viene aparejado el fenómeno de la impunidad y en México de acuerdo al Índice Global de Impunidad México 2016, de 59 países evaluados, México ocupa el lugar 58, sólo superado por Filipinas.
Ahora bien, en México debemos hacer un parteaguas, antes del proceso electoral 2018 y después de los resultados del proceso electoral 2018.
El electorado castigó en las urnas al Partido Revolucionario Institucional que detenta el gobierno en funciones, así como al Partido Acción Nacional que durante doce años lo ostentó, debido al hartazgo de hechos de corrupción públicos y denunciados, y que a razón de la impunidad que reina en el sistema político mexicano, no fueron castigados a los responsables de esos actos y quedaron en el limbo los cuestionamientos del pueblo, lo que condujo a obtener en el Poder Legislativo Federal y del Estado de Veracruz, la paridad en la participación femenina y masculina; la ciudadanía votó por la mujer, dio su voto de confianza para que con su presencia disminuyan los problemas de corrupción e impunidad.
Veremos los resultados a futuro, pues no necesariamente la presencia femenina es un sinónimo de disminución o extinción de la corrupción en el sistema político de un país.
Basta de estereotipar a la mujer, basta de ubicar a la mujer como la incólume, basta de esperar de la mujer una conducta por demás ética, basta de poner sobre los hombros de las mujeres responsabilidades que son compartidas con los hombres en una sociedad, como es abatir la corrupción y la impunidad, basta de considerar que la honorabilidad es sinónimo de mujer… BASTA! BASTA! BASTA!
Por años la mujer no ha participado en la vida pública de nuestra sociedad, como ya lo he mencionado, ahora que inicia su inclusión en altos mandos de poder y decisión es cuando los hombres y también algunas mujeres misóginas, nos quieren hacer responsables de dar solución a situaciones que surgieron en una sociedad patriarcal; en el día a día tenemos que demostrar más del ciento por ciento de nuestra capacidad laboral e intelectual, a eso también se le llama discriminación, desigualdad, no más estrés.
No es así! Habemos mujeres buenas, con buenos principios éticos y habemos quienes no somos buenas y tampoco tenemos buenos principios éticos, somos Seres Humanos, somos personas, tenemos las mismas cualidades y defectos que el varón, claro que tenemos la capacidad para intervenir en la solución del problema de la impunidad y la corrupción, más no somos las únicas responsables, vivimos en una sociedad de hombres y mujeres, hemos luchados por igualdad de oportunidades y paridad en representación, muy bien, trabajemos en conjunto, hombres y mujeres, no nos utilicen en momentos de crisis, somos un equipo, vamos a abatir la corrupción de manera conjunta.
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