Ídolos con pies de barro .

**Miscelánea, salud y política /

/ Judith Álamo López /

La máxima cualidad del liderazgo es la integridad:Dwight Eisenhower

El domingo 9 de marzo se desplomó la imagen del Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano y premio Nobel de la Paz. ¿La causa? solicitudes públicas e inadmisibles a un niño a quien luego de besarlo en la boca, lo que es en sí ya un acto de abuso sexual, le pide que le chupe la lengua, ante la carcajada del público presente, que exhibió falta de conciencia espontánea, misma que contrastó con la indignación mundial que causó este acto.

La explicación fútil del equipo del líder religioso fue que el Dalai “a menudo se burla de las personas que conoce de una manera inocente y juguetona”, resultó por demás banal para explicar un acto que violenta y exhibe a un niño contrariado al rechazar la conducta de un poderoso acosador. La víctima deberá recibir tratamiento psicológico para resarcirle de los daños sufridos.

El problema es más profundo pues existen denuncias de hombres y mujeres de diez países acusando a cinco maestros-monjes budistas por haber abusado sexualmente de ellos (2018), lo que dio origen al movimiento #MeTooGuru.

Al respecto, el holandés Rob Hogendoorn, experto en budismo, explicó que, en algunas escuelas budistas, las relaciones sexuales entre maestros y alumnos son vistas como una tradición tantra, lo que ha dado pie al abuso de poder entre maestros y discípulos, trátese de adultos o niños.

Lástima que el líder mundial de los monjes tibetanos en el exilio incurrió en una acción a todas luces reprobable, pues hace que su mala actuación perjudique a quienes se dedican a divulgar los valores budistas éticos (amor, compasión, etc.) y a enseñar la Meditación como la disciplina del autoconocimiento y la búsqueda de la felicidad y la sabiduría.

Sólo la educación sexual infantil, la educación laica y científica, la divulgación de valores humanos, así como las sanciones legales a los acosadores y abusadores sexuales harán posible que la comunidad esté alerta y frene a los falsos mesías que existen en todas las religiones, sectas y hasta en los gobiernos populistas. Estos falsos redentores esconden sus verdaderas ambiciones de poder, riqueza o lujuria.

Emerge la Partidocracia

Y hablando de ambiciones de poder terrenal en la política nacional, éstas además de mantener en vilo las leyes electorales que se aplicarán durante los comicios federales del 2024, ya que aún no se resuelve si es definitiva la suspensión del Plan B, nuevos intereses emergen uniendo a Tirios y Troyanos. Todo sea por lograr una partidocracia, definida por la RAE como “Situación política en la que se produce un abuso del poder de los partidos”.

Ahora todos los partidos políticos –oficialistas y opositores– con excepción de Movimiento Ciudadano, se unieron para presentar una iniciativa de reformas constitucionales a los artículos 41, 73, 99 y 105 para quitarle competencias al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

De aprobarse estas modificaciones el máximo tribunal electoral deberá ceñir sus decisiones a la “literalidad” de los preceptos constitucionales y legales, o sea: se pretende que los juristas magistrados se abstengan de interpretar el derecho, lo cual representa un despropósito inspirado en una concepción decimonónica del quehacer jurídico, según el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Pedro Salazar.

De acuerdo al exministro de la Suprema Corte, doctor José Ramón Cossío, ahora son los partidos políticos quienes quieren acotar las atribuciones de los magistrados electorales. Ellos aplican toda una hermenéutica interpretativa para dar certeza a sus resoluciones, la literalidad es sólo uno de los métodos, otro es la intencionalidad, etcétera.

Los partidos políticos buscan maniatar al TEPJF, cuyas resoluciones les han afectado, y pasar al Poder Legislativo la toma de decisiones respecto a acciones afirmativas en materia electoral para grupos humanos en situación de desventaja, decidir en cuanto a paridad de género en la conformación de sus órganos partidistas y ajustar las normas jurídicas a su interés particular.

A ver en qué acaba esta intentona de casi todos los partidos políticos qué, por lo pronto, generó protestas de 90 legisladores, 60 de ellos de Morena y el resto de oposición en desacuerdo con dejar a su arbitrio las cuotas de género y la elección de representantes de minorías y grupos vulnerables, entre otras atribuciones.

En lo que se ha calificado como una auténtica regresión democrática, los cambios también esconden intenciones de impedir que el Tribunal Electoral Federal decida la invalidez de la ampliación de mandato de los dirigentes de Morena (Mario Delgado y Citlalli Hernández, presidente y secretaria general) y del PRI (Alejandro Moreno), quienes concluirían sus periodos legales en el 2023, pero con duferentes argucias quieren mantenerse al frente hasta el 2024.

La Constitución mata cualquier decreto

En medio de tantas ambiciones de grupos de poder, es loable que el ministro José Luis González Alcántara Carrancá, pese a las presiones presidenciales en contra, resolviera declarar inconstitucional el decreto mediante el cual se determinó trasladar la Guardia Nacional –de naturaleza Civil– a la Secretaría de la Defensa Nacional. Este  proyecto se discutirá la semana próxima entre sus pares de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Para aprobarse la desmilitarización de la seguridad pública a nivel federal la resolución deberá contar con 8 de los 11 votos del pleno de los magistrados. Entonces si sería impostergable que el Gobierno Federal creara las instituciones policiales necesarias, con personal civil honorable y eficiente, para atender la inseguridad pública, ante un clima de violencia creciente con cotos territoriales operados por grupos delincuenciales.

Veamos el desenlace y recordemos que el líder morenista no cumplió sus promesas de sacar al Ejército de las calles, por el contrario ha militarizado al país. Este miércoles, en sus acostumbradas peroratas mañaneras quiso confundir al pueblo con argumentos engañosos cómo señalar que quienes están a favor de la desmilitarización están a favor de Genaro García Luna. Eso es falso, mejor que acepte que su estrategia falló, porque si busca a los verdaderos compinches de García Luna los encontrará en puestos de los gobiernos morenistas.