Informe del Comité contra desaparición de la ONU destaca la victimización de las mujeres en México.

* Giró 85  recomendaciones para el Estado mexicano.

* El Comité resalta su preocupación por la desaparición de más de 30 periodistas entre 2003 y 2021.

13/04/2022/ México.- En un informe donde se destacan 85 recomendaciones se establece que servidores públicos y crimen organizado son los responsables de las desapariciones forzadas en México donde adolescentes niñas y niños, están perfilándose como las principales víctimas.

En una larga exposición sobre el alarmante fenómeno de las desaparición de más de 100 mil personas en México, un proceso que se recrudece cuando se sacó el ejército a las calles para tareas de seguridad y no concluye aun en este 2022, sino al contrario la militarización de la seguridad publica, el informe destaca de particular preocupación la victimización específica de las mujeres que, en la mayoría de los casos, quedan a cargo de su familia y afrontan con sus propios medios la búsqueda de sus seres queridos, al tiempo que sufren los graves efectos sociales y económicos de las desapariciones y, además, en muchos casos son víctimas de violencia, persecución, estigmatización, extorsión y represalias.

En algunas entidades federativas, la desaparición de mujeres supera ampliamente el promedio nacional (25 %), porcentaje que alcanza el 67 % en Campeche y más del 60 % en Chiapas, Tabasco y Yucatán (en su mayoría casos de niñas y adolescentes de 10 a 19 años).

En el reporte del CDE de la ONU El concluye que el 98% de las desapariciones en el país ocurrieron entre el 2006 y 2022. El delito aumentó desde que el expresidente Felipe Calderón quien ordenó el despliegue de las Fuerzas Armadas para combatir el narcotráfico.

Los hombres de entre 15 y 40 años son los más afectados por el delito de desaparición

La desaparición de niñas y niños mayores de 12 años ha ido en aumento en los últimos años.

En México solo se han emitido 36 sentencias contra los responsables del delito de desaparición, a pesar de que hay más de 98 mil casos

El Comité toma nota de que, según la información proporcionada por el Estado parte,
en los dos últimos años se ha producido una reducción en el número de personas
desaparecidas (anexo 3). No obstante, también observa que, según la información disponible, las desapariciones frecuentemente se reportan entre uno y dos años después de su perpetración, lo cual limita las posibilidades de extraer conclusiones definitivas a partir del análisis de las cifras más recientes.

Al respecto, el Comité recibió información preocupante tanto de autoridades como de
víctimas sobre la existencia de diversos patrones en la comisión de desapariciones forzadas
que afectan a la gran mayoría de las entidades federativas (anexo 4). Las desapariciones
forzadas continúan siendo cometidas directamente por agentes públicos del ámbito federal,
estatal y municipal. Además, la delincuencia organizada se ha convertido en un perpetrador
central de desapariciones, con diversas formas de connivencia y diversos grados de
participación, aquiescencia u omisión de servidores públicos.

Las desapariciones siguen afectando mayoritariamente a hombres de entre 15 y
40 años (anexo 5).

No obstante, las cifras oficiales muestran un incremento notable de desapariciones de niños y niñas a partir de los 12 años, así como de adolescentes y mujeres tendencia que se agudizó en el contexto de la pandemia de enfermedad por coronavirus(COVID-19) (anexo 6).

Dichos casos corresponderían a desapariciones vinculadas con la sustracción de niños y niñas (dentro o fuera del ámbito familiar), a desapariciones como medio para ocultar la violencia sexual y feminicidio, al reclutamiento y a las represalias.

Las víctimas y las autoridades también reportaron desapariciones que tenían por objetivo la trata y explotación sexual.

No menos preocupante es la situación de los defensores de derechos humanos, algunos
de los cuales han sido desaparecidos como consecuencia de su participación en procesos de
búsqueda y de lucha en contra de las desapariciones. y para quienes las agresiones son una realidad constante,

De igual manera, el Comité resalta su preocupación por la desaparición
de más de 30 periodistas entre 2003 y 2021
. De ellos ninguno ha sido localizado y las
investigaciones o sanciones a los responsables no han tenido avances. Esta situación
constituye una seria amenaza para la libertad de expresión y para el derecho de la sociedad a estar informada.
.
Durante la visita, el Comité recibió alegaciones de desapariciones ocurridas en el
contexto carcelario. A manera de ejemplo, una madre reportó que su hija fue desaparecida
tras haber ingresado al centro de detención para visitar a su pareja; la acompañó hasta la
entrada del centro y la esperó hasta la finalización de la visita, pero de allí, nunca salió. Al
consultar a las autoridades carcelarias sobre el paradero de su hija, afirmaron que no tenían información sobre ella.

El Comité fue informado sobre la falta de notificación inmediata de la privación de
libertad de personas en centros penitenciarios y estaciones migratorias o de los traslados
realizados de un lugar de privación de libertad a otro. Esta falta de información a los
interesados por parte del Estado ocurre a veces a pesar de haberse presentado solicitudes para conocer la localización de la persona privada de libertad. Al respecto, el Comité recuerda que en virtud del artículo 2 de la Convención estos hechos constituyen desapariciones forzadas, cualquiera que sea la duración de dicha privación de libertad u ocultamiento de la persona o de su paradero.

A esta falta de notificación o información se agrega el hecho de que, frecuentemente,
las personas privadas de libertad en los centros penitenciarios o en las estaciones migratorias enfrentan obstáculos para comunicarse con el exterior e informar de su paradero. En algunos casos se les ha negado el acceso a un teléfono; y en otros casos los servidores públicos habrían cobrado a las personas privadas de libertad para acceder a las llamadas. En ocasiones, cuando la autoridad permite la llamada a los familiares y allegados de las personas detenidas, no se les autoriza acceder a sus pertenencias o celulares para obtener los números de contacto.

Generalmente, la localización de las personas detenidas se da únicamente si las autoridades carcelarias realizan las debidas notificaciones. Es más, en la mayoría de los casos de personas migrantes dadas por desaparecidas tras su detención en una estación migratoria, su localización solo ocurre cuando son retornadas a su país de origen o liberadas.

El Comité recibió información acerca de otros patrones de desapariciones ocurridas en el contexto migratorio de las que las masacres de San Fernando, Cadereyta, Güemez y Camargo (anexo 7) fueron resaltadas como ejemplos paradigmáticos de la gravedad de la situación.

El Comité recibió alegaciones según las cuales los perpetradores de las desapariciones sustraen los teléfonos celulares a personas migrantes tras privarlas ilegalmente de libertad en lugares desconocidos, con el fin de llamar a sus familiares y pedirles dinero, a veces con el apoyo o aquiescencia de servidores públicos.

Adicionalmente, varios interlocutores del Comité hicieron referencia a la práctica del retorno y abandono de personas migrantes en la frontera sur de México que se ven forzadas a regresar a sus países por sus propios medios y, en ocasiones, abandonadas a su suerte sin recursos y en lugares desconocidos. En estas condiciones muchas han sido víctimas de secuestro, extorsión, violencia sexual, trata de personas y desaparición.

De las más de 1.500 personas beneficiarias del Mecanismo de Protección para Defensores, el 70 % son defensoras de los derechos humanos y el 15 % se dedican a la búsqueda de personas desaparecidas.

Las comunidades indígenas también se han visto afectadas por desapariciones. Estas
ocurren principalmente en el contexto de conflictos sociales y territoriales vinculados con el
desarrollo de megaproyectos de índole minera o energética o tras el despojo o acaparamiento de tierras para explotación económica por parte de grupos del crimen organizado u otros actores privados, con diferentes niveles de involucramiento o aquiescencia de servidores
públicos.

Además, varias víctimas presentaron alegaciones de aquiescencia con relación a
desapariciones de personas indígenas que ocurrieron tras hechos de reclutamiento forzado.

Durante la visita, el Comité recibió información sobre la desaparición de personas
LGBTIQ+. Dichas desapariciones habrían sido cometidas por fuerzas de seguridad, o por la
delincuencia organizada con distintos niveles de connivencia de las autoridades, y en muchos casos con fines de “limpieza social” o de explotación sexual, frecuentemente tras el
internamiento en los llamados “centros de terapias de reconversión”.

Existen patrones de desapariciones específicos en algunas entidades federativas,
independientemente del perfil de las víctimas. A modo de ejemplo, el Comité nota con
preocupación el aumento de desapariciones de personas a la altura del kilómetro 26 de la
carretera 85 de Monterrey a Nuevo Laredo, principalmente conductores de vehículos de
transporte pesado y sus acompañantes (206 casos de 2010 a 2021). El Comité también recibió información sobre un importante número de desapariciones relacionadas con el tráfico de combustibles en el Norte del país o del involucramiento de autoridades estatales y municipales de Nayarit para apropiarse de los bienes de las personas desaparecidas. En
Jalisco y Coahuila, el Comité recibió alegaciones de desaparición de personas tras su
internamiento en centros de tratamiento de adicciones.

“En vista de lo anterior y después de realizar un análisis exhaustivo de la información recibida, el Comité reitera su profunda preocupación porque se mantiene una situación generalizada de desapariciones en gran parte del territorio nacional, frente a la cual imperan una impunidad casi absoluta y la revictimización”

Visibilizar, informar y sensibilizar sobre las desapariciones en México

El esfuerzo iniciado para registrar y actualizar los datos por medio del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas ha sido clave para visibilizar la dimensión de las desapariciones en México. Sin embargo, varias de las personas entrevistadas expresaron su preocupación por duplicaciones, errores en los datos registrados o información incompleta y mencionaron las dificultades existentes para solicitar correcciones o actualizaciones.

Además, al Comité le preocupa que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas no permite tener una visión clara sobre la proporción de casos registrados que podrían corresponder a desapariciones forzadas. Si bien la hipótesis de una desaparición forzada solo se podrá confirmar al concluir la investigación, de existir indicios, su registro en las fases iniciales es fundamental para visibilizar estos casos y para adoptar estrategias eficaces de búsqueda, investigación, atención y reparación a las víctimas y prevención de las desapariciones.

Durante la visita, el Comité también notó que para muchas personas las desapariciones siguen siendo “problema de otros”. Como dijo una víctima, menor de edad: “Nunca había imaginado antes estar acá con ustedes hablando de la desaparición de mi mamá. No pensaba que esto existiera o que me podría pasar a mí. No es el tipo de cosas que te enseñan en la escuela. Cuando de pronto desaparece tu mamá, no tienes idea de lo que hay que hacer. Es una pesadilla que reinicia cada día”.

Este testimonio ilustra la urgencia de informar aún más a la población de México en su conjunto sobre la realidad de las desapariciones y sobre lo que se debe hacer cuando una persona ha desaparecido. Al respecto, el Comité saluda las iniciativas desarrolladas, en su mayoría por víctimas y organizaciones de la sociedad civil, para difundir información sobre el tema.

. No obstante su carácter loable, dichas iniciativas deben ir acompañadas por otras de mayor alcance. En vista de lo anterior, el Comité resalta la urgencia de que las autoridades establezcan mecanismos ágiles, interoperables, eficaces y transparentes para ingresar en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas y los registros estatales una información detallada y actualizada y para depurar cualquier duplicación y corregir errores en los datos ingresados.
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