Investigadora realiza biografía sobre la cineasta feminista Juliet Barret Rublee

*Entre 1928 y 1929, la también activista y feminista estadounidense produjo el filme Alma mexicana.

* Elissa Rashkin dijo que a la artista se le podría considerar como la primera extranjera en producir y filmar una película en México, a finales de los años veinte.

Claudia Peralta Vázquez

Fotos: Luis Fernando Fernández Carrillo

25/01/2022, Xalapa, Ver.- La investigadora Elissa Rashkin, del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV), realiza una biografía cultural sobre Juliet Barrett Rublee, a quien se le podría considerar como la primera extranjera en producir y filmar una película en México, a finales de los años veinte.

Alma mexicana, es el título del filme en el que la también activista y feminista estadounidense quiso poner su “grano de arena” para apaciguar un momento de tensión entre ambos países, generado por la cuestión del petróleo.

Elissa Rashkin escribe esta biografía –que espera plasmar a través de un libro– como parte de su proyecto de año sabático en el Instituto de Investigaciones “Doctor José María Luis Mora” de la Ciudad de México, titulado “Feminismos trasnacionales e historia cinematográfica (Juliet Barrett Rublee y Flame of Mexico).

En este trabajo, ligado a una de sus líneas de investigación sobre mujeres en el cine mexicano, colabora también Isabel Arredondo, investigadora de cine de la Universidad Estatal de Nueva York.

Las acciones radicales y activistas de Juliet Barrett, así como su interés por la cinematografía en el México de esa época, llevaron a la investigadora a adentrarse e indagar en documentos algunos aspectos relevantes sobre la vida y obra de este personaje.

Por mencionar algo, ella apoyaba la lucha a favor de la anticoncepción, un tema tabú del cual en México no había discusión al respecto, mientras que en Estados Unidos ya estaba penalizado. “Hablar, escribir y dar información sobre el tema era considerado pornográfico y obsceno”.

Durante su primera estancia en el país, Barrett Rublee tuvo contacto con feministas radicales que abogaban por los derechos de la mujer, no sólo en cuestión de educación o del sufragio, sino también sobre sexualidad y anticoncepción.

Ella llegó a nuestro país en 1923 como representante de la liga en pro del control de la natalidad, y volvió en 1928, siendo esposa del diplomático George Rublee, quien fungió como asesor del embajador estadounidense Dwight Morrow. Se sabe que, Juliet también luchó a favor del sufragio ganado en Estados Unidos en 1922 y en México, hasta 1953.

“Entonces el voto femenino era muy importante y ella estaba activa en ese movimiento.”

De acuerdo con la Doctora en Estudios de la Comunicación por la Universidad de Iowa, Estados Unidos, “el caso de Juliet no es de todo correcto incluirlo en la genealogía de mujeres en el cine mexicano porque fue un caso muy particular, muy sui géneris”.

Después de Juliet vendrían otras realizadoras que sí eran mexicanas. Una de ellas es la veracruzana Adela Sequeyro, y Matilde Soto Landeta, durante la llamada Época de Oro.

Sin embargo, en Alma mexicana, filmada en México entre 1928 y 1929 y estrenada en 1932 con actores y músicos mexicanos, la activista retrató la lucha por la tierra que conllevó a la revolución maderista de 1910.

“El filme se presentó tanto en México como en Estados Unidos, la idea fue una diplomacia cultural entre países.”

El sonido de la película ubicada en el fin del Porfiriato lo grabó en California en 1930, era la transición del cine sonoro que marcó el inicio de lo que después sería la época de oro del séptimo arte en México.

“Entonces, personajes como Tito Guízar hacía sus primeras presentaciones en la radio, cine y otros medios de comunicación, ella tenía el olfato para ese tipo de músicos y autores.”

La autora de los libros Atanasio D. Vázquez, fotógrafo de la posrevolución en Veracruz; Mujeres cineastas en México. El otro cine, y La aventura estridentista, relató que el mensaje fue muy fuerte y obedeció al conflicto del petróleo que mantenían ambos países al punto de casi convertirse en guerra.

“Promovía la paz y el respeto por los derechos y la soberanía mexicana, de la tierra, el petróleo.”

Además, el modelo de mujer retratado en el filme que rompió ciertas barreras era muy distinto pues no se subordinaba ante el hombre.

Finalmente, la película le costó tanto tiempo, dinero y esfuerzo que Juliet ya nunca más volvió a emprender proyectos de este tipo y perdió gran parte de su fortuna en esa inversión cinematográfica.