*
/Paloma Fernández Peña/Sala de prensa: Cintya Coleote García/ Fotografía: Ramón Tecólt González
-
Según el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, Puebla se encuentra en los 10 primeros lugares a nivel nacional con más casos.
La violencia vicaria. Una expresión de crueldad en la que madres, hijas e hijos sufren las principales consecuencias. Este crimen comenzó a nombrarse en tiempos recientes, cuando en 2023 se aprobaron reformas para incluirlo en el Código Penal, Federal, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y el Código Civil Federal.
Sin embargo, estos alcances no son suficientes. Así lo afirmaron las expertas en el conversatorio Violencia vicaria. Una violencia de género invisible en México, donde se profundizó en sus impactos de la mano de Luz Arredondo, representante del Frente Nacional contra Violencia Vicaria (FNCVV), y Cristina Tovar, abogada y sobreviviente de este delito.
Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE), enmarcó este evento en el Día Internacional de la Mujer, pues es una de las violencias que más se ha invisibilizado, a pesar de que “se ha detectado un aumento de feminicidios cometidos por parejas sentimentales”. En 2023, 6 de cada 10 agresores fueron parejas de las víctimas.
“El extremo de la violencia de género es la violencia vicaria, porque nos deja vivas y en un tormento constante”: Luz Arredondo
En ese sentido, Cristina Tovar brindó un panorama importante para saber cómo se maneja la violencia vicaria en Puebla. “Cuando hablamos de este tipo de violencia no basta con agregarle el apellido vicario, es necesario agregarle estatal, de modo que se habla de violencia estatal vicaria”.
La necesidad de añadir el factor del Estado es porque, cuando se recurre a las instituciones competentes para la atención y resolución de estos casos, actúan de manera omisa, indiferente, o hasta en colusión con los violentadores. En ese sentido, explicó la experta, “ocurre a nombre del Estado, o con su consentimiento”.
Esto “forma parte de una larga batalla social, cultural, política y económica”, dijo la abogada, quien remarcó el carácter multifactorial de la problemática que afecta de sobremanera a las madres mexicanas y a sus hijas e hijos. Así también lo testificó Luz Arredondo, también conocida como Mamá Tomate, quien vivió en carne propia el dolor de este crimen.
“La violencia no excluye a nadie; está y permea en todos y para todos”, explicó con dolor, reconociendo que, a pesar de ser una abogada con formación amplia, no supo cómo actuar cuando el padre de su hijo le dijo que no vería al pequeño nunca más. “En el FNCVV, se ha identificado que a 9 de cada 10 mujeres les han negado la violencia porque es su papá, y salen sin una denuncia en las manos”, a pesar de que se trata de sustracción de menores.
Para la Mamá Tomate, esta experiencia fue un aliciente para contar su experiencia y no dejar que otras mujeres e infancias pasen por ello. “Eso, y un año y medio sin tener contacto con él [su hijo]” la llevó a dimensionar la importancia de identificar todos los tipos de violencia a las que se enfrentan las mujeres, y sobre todo, saber qué hacer ante ellas.
Esta necesidad, hablar de la violencia vicaria, también se ve en números. Luz Arredondo aportó: 10 de cada 10 mujeres han vivido violencia psicológica dentro de la violencia vicaria, 7 de cada 10 económica, 6 de cada 10 patrimonial, 5 de cada 10 es física, y sexual, 4 de cada 10. “Hijo, hija, mamá te ama con todo su corazón. Hijo, hija, no vamos a dejar de luchar hasta que vuelvan a casa; hasta que sepan que nunca dejamos de amarlos”, concluyó la también activista.
Fuente IberoPuebla