*Casa Blanca dice que les fue avisado minutos antes y Trump se mostró molesto por el bombardeo
09.09.2025.- Doha, Qatar / Jerusalén, Israel.- En un giro inesperado del conflicto en Medio Oriente, Israel lanzó un ataque aéreo sobre Doha, la capital de Qatar, con el objetivo de eliminar a altos dirigentes del grupo islamista Hamás. El bombardeo, que dejó al menos cinco muertos, entre ellos el hijo de uno de los negociadores del grupo, ha generado una ola de condenas internacionales y ha puesto en riesgo las negociaciones de paz en la Franja de Gaza.
Objetivo: la cúpula negociadora de Hamás
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, asumió la “responsabilidad total” del ataque, justificándolo como una respuesta directa al atentado ocurrido un día antes en Jerusalén, en el que murieron seis personas y que fue reivindicado por el brazo armado de Hamás. Según fuentes militares israelíes, el operativo fue “preciso” y dirigido contra líderes del grupo reunidos en Doha para discutir una propuesta de tregua impulsada por Estados Unidos.
Entre los objetivos del ataque se encontraba Khalil al-Hayya, jefe negociador de Hamás en el exilio. Aunque sobrevivió, su hijo Himam al-Hayya murió en el bombardeo.
Qatar: mediador bajo fuego
Qatar, que ha sido un actor clave en las negociaciones para un alto el fuego en Gaza, calificó el ataque como un “acto cobarde” y anunció una investigación “al más alto nivel” sobre la violación de su soberanía. El país alberga una base militar estadounidense y ha sido históricamente un aliado estratégico de Washington, lo que complica aún más el panorama diplomático.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque como una “flagrante violación de la soberanía y la integridad territorial de Qatar”. Arabia Saudita, Irán, Jordania y Emiratos Árabes también expresaron su repudio.
Riesgo para los rehenes y la paz
El bombardeo ocurre en un momento crítico para las negociaciones de liberación de rehenes y cese al fuego en Gaza. Organizaciones de familiares de secuestrados israelíes expresaron su temor de que el ataque ponga en peligro la vida de los cautivos y sabotee cualquier avance diplomático.
Mientras tanto, Hamás aseguró que Israel “fracasó” en su intento de asesinar a toda la delegación negociadora, aunque reconoció la pérdida de varios miembros de menor rango.
Este ataque marca un punto de inflexión en el conflicto, no solo por su impacto militar, sino por sus consecuencias geopolíticas. La pregunta que queda en el aire: ¿puede sobrevivir la diplomacia a una ofensiva que la golpea en su propio terreno?