/ Por Inocencio Yáñez Vicencio. /
La comparación es la vía más común para valorar. Nos comparamos en relación a un ideal, ideal o a una realidad idealizada. Al urgar en nuestra historia tenemos por hábito mirar hacia los Estados Unidos, pero ¿qué debemos tener presente cuando comparemos la historia de nuestra nación con la de nación constituida del lado norte del Río Bravo?
LA CONQUISTA . Las tierras de lo que hoy es México fueron conquistadas en 1521 por la tripulación de tres naves, compuesta de gente sacada de cárceles, hospitales, la mendicidad y la aventura, que en busca de una nueva ruta a las Indias Orientales, se lanzaron a lo que ellos llamaban ” Mar de las Tinieblas”. Asi lo muestra hasta una película española titulada 1492, realizada por la industria cinematográfica Ibérica.
En tanto a las costas del Atlántico de lo que ahora conocemos como Unión Americana, llegan en 1620, los primeros puritanos, compuesto por lo más emprendedor por cartas reales o privadas, huyendo de un régimen absolutista que estallaría con el llamado Parlamento Largo. Que desde su llegada eligen a su gobernador y al pastor en las plantaciones, que como describe Alexis de Tocqueville, con métodos autogestivos se extienden sin parar.
LA COLONIZACION. En la bautizada Nueva España, la libertad es para los peninsulares pero no para los indios ni criollos. Los españoles traspolaron las instituciones feudales, por cierto atípicas que tenía la Península. Mediante la encomienda, la hacienda, el mayorazgo, el obraje, el cacicazgo, la parroquia, se sometió físicamente y espiritualmente mediante la religión Católica, que después también dominó materialmente.
En las tierras del Norte los ingleses realizaron una cacería de tribus indígenas que terminó prácticamente por exterminarlas. Hasta 1776 que dependieron de Inglaterra , los ingleses que poblaron los territorios de Norteamérica fueron y gozaron de completa libertad, reclamando únicamente representación en el Parlamento.
LA INDEPENDENCIA. Nosotros nos levantamos en 1810, guiados por el Cura Miguel Hidalgo ( que en primer lugar le valió la excomunión de la Iglesia Católica), para terminar con la esclavitud que realizaban los peninsulares en contra de nativos y criollos sino también para ponerle fin a los lazos de dependencia que propiciaban el saqueo de la riqueza por parte de la Corona Española.
Las Trece Colonias inglesas, en virtud de que ya gozaban de libertades, su lucha tienen como estandarte que ” no puede haber impuestos sin representación ” y por eso una vez reconocida su independencia se dan a configurar una forma de gobierno que satisfaga los intereses de la propiedad capitalista y su expansión imperialista.
Para nosotros una independencia que únicamente se limitara a un reconocimiento para autogobernarnos significaba un fiasco, un engaño y una traición, por la sencilla razón que dejaba intactas todas las instituciones de dominación y las estructuras de clases esclavistas.
Allá los mismos que hicieron la conquista y la colonizacion realizaron la independencia, porque nunca tuvieron amos. Aqui los sometidos luchamos por nuestra libertad contra quienes nos conquistaron y nos colonizaron y a la vez por romper las cadenas que nos ataban a la Metrópoli.
No obstante la confusión que produjo en nuestro suelo la invasión de Napoleón a España, que primero enfrentó a las mismas élites gobernantes de la Nueva España, también hizo que los propios caudillos vacilaran sobre el camino a seguir que Hidalgo, en su grito de liberación lanzó ” Vivas a Fernando VII, depuesto por los invasores. No perdamos de vista que nosotros formábamos parte de España, pero repito, no obstante, Hidalgo desde Valladolid y dos meses después, en Guadalajara, el 15 de diciembre de 1810 decreta la abolición de la esclavitud y de los tributos que laceraban a los indios y mestizos, por eso Lucas Alamán, escribió que ” la revolución de independencia fue un levantamiento de la clase proletaria contra la propiedad y la civilización ” (citado por Agustín Cuè Cánovas en su libro Historia Social y Económica de México, página 212 ). Lo que no deja duda del profundo contenido social y emancipador de la lucha por la independencia, que tuvo feroz resistencia entre los partidarios y beneficiarios de la esclavitud, tratándola de desvirtuar ideológica y militarnente.
Es José María Morelos, quien en sus Sentimientos de la Nación, deja muy claro el contenido social de la causa de independencia, que poner su espada a la orden de un Congreso en plena guerra pudo haber sido un error táctico pero lo coloca en el más alto del reclamo de un gobierno de leyes y al exigir un jornal justo, sincela el grito de justicia social de los desposeídos.
Cuando comienza 1820 tiene lugar en España la revolución liberal que restaura la Constitución de Cádiz de 1812, que asusta a las clases privilegiadas de la Colonia, apresurándose algunos oportunistas hasta cambiar de bando para tratar de impedir que lleguen las reformas liberales que buscaran destruir la propiedad ociosa y liberar la mano de obra que necesitaba el naciente capitalismo.
El clero católico fue el primero en movilizarse para que las reformas liberales no llegaran a este lado del Atlántico. Y como no, pues, nada menos y nada más que para 1796 las rentas del clero sólo en la ciudad de México, eran de $1060 995, siendo el total de rentas en la misma ciudad de $ 1911201, por lo que capitalizando al 5 % el importe de dichas rentas, tendríamos que el valor de la propiedad urbana del clero en la ciudad de México era de$ 21212893, en tanto que la propiedad de los particulares y del gobierno juntamente era de tan sólo de $ 17004100, siendo así la Iglesia dueña más de la mitad de las fincas de la capital del virreinato. ( Alfonso Toro. La Iglesia y el Estado en México. Tomado de los mismos archivos eclesiásticos).
También reaccionaron contra el restablecimiento en España de la Constitución gaditana, la burocracia, los hacendados, los dueños de minas, los traficantes de ultramarinos, los curas de alto rango…
Fue Matías Monteagudo, quien a nombre del clero, organizó la conspiración de la Profesa , en virtud de que no pudo convencer al virrey para llevar a cabo sus propósitos de independencia, acudió a Iturbide, confiando éste en los conjurados de la Profesa y así se convirtió en Caudillo del Clero y de la aristocracia criolla y peninsular, para poner a salvo sus privilegios y propiedades, que veían amenazados por la restauración liberal en España.
Iturbide , convenció a Vicente Guerrero, de consumar juntos la independencia. Guerrero, como dan testimonio los acontecimientos ulteriores, aceptó, sabiendo que era un paso, sólo un paso, para consumar más tarde realmente la independencia. De ahí surge el Plan de Iguala, que don Agustín Rivera define como: el hijo espurio de la revolución de independencia…no fue…sino la falsificación del Grito de Dolores y de la Revolución. El Plan de Iguala salió de la celda de los inquisidores de la Profesa, Monteagudo y Tirado, de quienes Iturbide fue el instrumento… El Grito de Dolores fue la expresión de la voluntad de la raza india y de la clase criolla, la expresión de la voluntad del pueblo mexicano…Más los españoles en 1821, en medio de la tempestad política de la Península, de la poderosa tempestad del siglo XIX que se les vino encima, no hallaron otra salvación de sus propios intereses… de su forma monárquica, de sus privilegios de aristocracia, de su inquisición, de su fanatismo religioso, de sus empleos públicos y demás medios de seguir dominando en México, que un cambio de decoración llamado Plan de Iguala. Mientras que Iturbide, escribiendo sobre el Grito a las Cortes de Madrid: “… este grito desconcertado que tantos males y desgracias ha producido en este bello suelo”.
En la villa de Córdoba ( hoy hermosa e industriosa ciudad que tanto le ha dado a Veracruz y a México, por cierto, no necesita de esa falsificación de nuestra historia, para seguir siendo admirada), el 24 de agosto de 1821, O’ Donojú e Iturbide, celebran el llamado tratado de Córdoba, que, entre otras cosas establecía que inmediatamente se formaría una Junta Provisional Gubernativa, que a su vez nombraría una Regencia. Casualmente en esa Junta Provisional Gubernativa no se admitió ni un sólo insurgente. La coronación de Iturbide se hizo en la Catedral, como invocando la máxima paulina: todo poder viene de Dios y como tal el poder terrenal debe someterse a los representantes de Dios, al poder espiritual.
No fue tampoco casualidad que el primer candidato propio a la presidencia de la República, en 1952, José González Torres, dijera: ” el vínculo fortísimo de la religión puede llevarnos a una Edad Media Americana. ( Abraham Nuncio. El PAN. Página 39 ). Lo que prueba que ese partido le rinde culto a Iturbide y con ello a un colonialismo que le devuelva la riqueza a la Iglesia Católica y el control sobre las conciencias de los niños, jóvenes y adultos.
El que ese realista y soldado de la Corona española se hiciera pasar por independentista, firmando un 24 de agosto de 1821, una independencia que dejó intactos los intereses de los privilegiados y las estructuras esclavistas, nos costó una batalla cruenta que fue con Juárez y la Revolución mexicana que se decidió por fin a favor del desartollo de la historia.
Hay interpretaciones de la historia idealistas, materialistas, individualistas, metodológicamente hablando, holística, contextualistas… los que exaltan personalidades son incapaces de ver el papel que juegan las condiciones materiales. Los deterministas niegan el papel de los héroes o caudillos. El historicismo no concede mucha libertad a los actores. Porque así ha sido, asi será. No basta ser historiador para tener autoridad sobre la materia. Es necesario que los juicios respondan a la lógica y a un método que nos brinde una perspectiva general y completa del desarrollo histórica. La visión que rinde culto al oportunismo de Iturbide, es una visión individualista que ignora su contexto y únicamente busca legitimar un régimen oscurantista y de esclavitud.