Iván, en la luna .

** Sin tacto.

/ Por Sergio González Levet /

[Debido a la pésima elección de Andrés Manuel López Obrador, tenemos los veracruzanos una autoridad estatal que no ha sido motivo de vanidad para nuestro regionalismo. Son, por desgracia, muchas las menciones en medios nacionales y estatales -todos ellos profesionales y serios, aunque los insulten el Presidente y el Gobernador- que se refieren con sorna a los funcionarios del cuitlahuismo amloísta, al grado tal que muchos paisanos consideran herida la dignidad jarocha. En contrapartida a esa idea que está creciendo exponencialmente, existen personajes verdaderamente nativos que llevan la fuerza y el valor de nuestra tierra por todos los entornos nacionales e internacionales. Abro en esta columna una especie de subespacio para dedicarlo esporádicamente a rescatar el orgullo de Veracruz, que ha peligrado ya muchas veces durante este sexenio, con la mención de veracruzanos que realmente son para presumir.]

El doctor Iván Hernández Gutiérrez nació en Alvarado, aunque muy niño aún llegó a vivir a Xalapa, donde desarrolló su intelecto y sus potencialidades como una eminencia de la medicina.
Hijo del ingeniero Miguel Hernández -que entre otras cosas es la persona que más se ha especializado en las cuestiones del agua, su distribución y su conservación- y de la licenciada María de la Luz Gutiérrez -abogada de prestigio y funcionaria distinguida en los importantes puestos que ocupó en su vida-, Iván destacó como un alumno notable e inquieto -notabilísimo e inquietísimo, se podría decir-. Desde la primaria ocupó los primeros lugares, que mantuvo hasta que culminó los estudios profesionales en la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana.
Nuestro héroe partió a la ciudad de México e hizo la especialidad en medicina interna, en la que ha destacado al grado de que es apreciado como uno de los mejores del país.

También realizó estudios de posgrado en Harvard y cuenta una leyenda -que él niega- que allá se hizo amigo de la doctora Lisa Sanders, la creadora del personaje del doctor Gregory House, que nació inspirado en la personalidad y las capacidades deductivas de nuestro paisano… pero dejemos esto como una leyenda urbana.
Lo que sí es verdaderamente comprobable es que Iván Hernández fue un director extraordinario del Centro de Especialidades Médicas Doctor Lucio, un cumplido subdelegado médico en la Delegación del ISSSTE en Veracruz y un reconocido subdirector médico de este instituto a nivel nacional.

Espíritu en permanente innovación como corresponde a los genios, el internista se fue hace una década a buscar nuevos rumbos en la Riviera Maya, donde su olfato le dijo que hacían falta médicos de alta calidad para tratar a los pacientes de todas las nacionalidades que llegan al destino turístico y que muchas veces traen enfermedades desconocidas en el medio local.

Allá en Playa del Carmen, el doctor Iván Gutiérrez Hernández ha labrado una merecida fama y es buscado siempre que algún visitante de tierras y síntomas ignotos cae abatido por alguna enfermedad.
Bien decía un colega amigo suyo: “Allá Iván cobra en euros lo que acá le pagábamos en pesos. Es decir, 20 a 1.”
En la Riviera Maya, está en los cuernos de la luna este paisano distinguido, al grado que la más remisa y austera sociedad le busca ansiosa.
Y así pone en alto el nombre de Veracruz en otras tierras.

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