Jane Goodall, la mujer que escuchó a los chimpancés y transformó la ciencia, la ética y la esperanza

*El legado de una escucha profunda.

02.10.2025 La comunidad científica y ambientalista mundial está de luto. El 1 de octubre de 2025, falleció en California la etóloga británica Jane Goodall, pionera en el estudio del comportamiento de los chimpancés y Mensajera de la Paz de la ONU. Tenía 91 años y se encontraba en una gira de conferencias, aún activa, aún inspirando.

Su muerte, confirmada por el Instituto Jane Goodall, ocurrió por causas naturales. Pero su legado —científico, ético y filosófico— permanece como una de las contribuciones más profundas del siglo XX y XXI a la comprensión de la vida animal y la conciencia humana.

Nacida el 3 de abril de 1934 en Londres, Jane Valerie Morris-Goodall creció rodeada de libros, animales de peluche y una imaginación fértil. A los dos años recibió un chimpancé de juguete llamado Jubilee, que marcaría el inicio de una fascinación que la llevaría a África sin formación científica formal, pero con una determinación inquebrantable.

Inspirada por *El libro de la selva*, *Tarzán* y *Dr. Dolittle*, Goodall soñaba con vivir entre animales salvajes. En 1957 viajó a Kenia, donde conoció al antropólogo Louis Leakey, quien la envió en 1960 al Parque Nacional Gombe Stream, en Tanzania, para estudiar chimpancés en su hábitat natural.

Goodall revolucionó la etología al romper con los métodos tradicionales de observación. No se limitó a mirar desde lejos: convivió con los chimpancés, imitó sus gestos, compartió alimentos y les dio nombres. Fue la primera en documentar que los chimpancés fabrican y usan herramientas, cazan, tienen vínculos afectivos duraderos, expresan emociones complejas y participan en guerras tribales.

Estos hallazgos obligaron a redefinir conceptos como “herramienta”, “cultura” y “humanidad”. “Ahora tenemos que redefinir la palabra ‘hombre’”, reconoció Leakey tras conocer sus descubrimientos.

En 1977 fundó el Instituto Jane Goodall, dedicado a la conservación de los grandes simios y sus hábitats. En 1991 lanzó el programa educativo *Roots & Shoots*, que hoy involucra a jóvenes en más de 100 países en acciones de protección ambiental y justicia social.

Fue nombrada Mensajera de la Paz por la ONU en 2002 y recibió decenas de reconocimientos internacionales. Su enfoque holístico integró ciencia, empatía, educación y activismo, y su voz se convirtió en símbolo de esperanza frente a la crisis ecológica global.

Hasta sus últimos días, Goodall continuó viajando, dando conferencias, plantando árboles y hablando con jóvenes. En abril de este año visitó España; en mayo participó en una expedición para observar ballenas en Granada.

Su muerte ha sido lamentada por instituciones científicas, ambientalistas y educativas en todo el mundo. “Su voz seguirá guiando la conservación”, expresó WWF España. “Su ejemplo nos recuerda que el compromiso y la esperanza pueden cambiar el mundo”, escribió la ministra de Transición Ecológica de España.

Jane Goodall no solo estudió a los chimpancés: los escuchó. Les dio rostro, historia y dignidad. Su método, basado en la observación empática, desafió el antropocentrismo y abrió nuevas rutas para la ciencia, la ética y la educación.

“Hasta que no tengamos paz y armonía con el medio ambiente, nunca viviremos en un mundo de paz”, dijo alguna vez. Hoy, esa frase resuena como testamento y llamado urgente.