24.02.2023. Cimac Noticias.com/ España.- Este 21 de febrero, una jueza en Barcelona, España, negó a Daniel Alves da Silva la posibilidad de enfrentar lo que resta de su juicio en libertad. Esto significa que el presunto delincuente continuará en prisión preventiva por lo menos hasta que se le encuentre culpable o inocente de la agresión sexual de la que se le acusa.
La defensa de Alves da Silva había solicitado la libertad provisional del exjugador del Pumas. No obstante, la jueza Concepción Cantón determinó que no puede conceder esta petición debido al alto grado de probabilidad de que Daniel Alves se dé a la fuga gracias a su poder económico; también porque las pruebas presentadas en su contra hasta ahora indican que es sumamente probable que Daniel Alves sea culpable por la violación de una joven de 23 años en un bar en Barcelona.
El equipo legal de Alves ya ha cambiado su versión de los hechos en cuatro ocasiones antes. Sus últimas declaraciones fueron que, en efecto, ella y la víctima mantuvieron relaciones sexuales, pero que todo fue bajo consenso. Anteriormente, los mismos abogados habían afirmado que únicamente existió contacto sexual por vía oral, también de forma supuestamente consensuada, y en otra declaración afirmaron que fue la joven quien atacó sexualmente al presunto violador.
La víctima, por su parte, se encuentra en tratamiento psiquiátrico por las afecciones mentales y emocionales consecuencia de la agresión ejercida en su contra. Y, aunque la jueza del caso ha favorecido su derecho a la protección, para los medios de comunicación internacionales, la noticia es el «duro momento» por el que atraviesa el presunto agresor.
El papel de los medios en la obtención de justicia
Desde que se anunció la decisión de la jueza, medios de comunicación internacionales como Infobae y Clarín han cubierto el caso como si la víctima fuera Daniel Alves. En una noticia que se ha replicado en diferentes portales, se habla de la situación anímica del exjugador y de cómo su equipo defensor seguirá trabajando para demostrar su presunta inocencia. Contrario a esta situación, son pocos los medios que dan espacio a la voz de la víctima.
Lo anterior abona a una representación parcial de la violencia contra las mujeres. En ella, se omiten las consecuencias de las violencias en nosotras y se coloca el foco de atención sobre el supuesto lado humano del agresor (un agresor que en este caso en específico no ha podido mantener una sola declaración durante el juicio).
Por otro lado, con esto se pone en duda la credibilidad de la víctima, lo cual podría dificultar su acceso a la justicia. Dicha justicia, de por sí, ya se plantea como incompleta en el caso. Al respecto, recordemos que la joven presuntamente agredida por Daniel Alves renunció a su derecho a recibir reparación económica del daño para así evitar rumores sobre un supuesto interés económico de su parte.
Además de esto, el centrar la información del caso en la versión del agresor ofrece una perspectiva incompleta sobre lo que implica la violencia sexual. No se dan a conocer las repercusiones para las víctimas ni se habla sobre sus necesidades frente a la situación que enfrentan.
Mientras no haya una reflexión al interior de las redacciones sobre estas representaciones erradas de la violencia, esta información seguirá replicándose más allá del caso de Alves. Por su parte, la víctima seguirá lejos de la justicia social.