/ Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano /
Una gran bandera con su imagen, Francisco en el Papamóvil saludando feliz al espectáculo que tiene ante sí. Es la foto elegida en la X por San Lorenzo, el equipo al que siempre ha animado. Un homenaje sencillo pero lleno de cariño para el Papa, que nunca ha ocultado su fe en Dios, ante todo, y su fe futbolística en el club argentino. Tal vez al ver esa bandera habrá pensado en todas las patadas que se dieron a la «pelota de trapo», una pelota hecha de trapos, porque la de cuero costaba demasiado. Y tal vez en su corazón habrá soñado con ser campeón jugando en un estadio lleno de banderas con su propia imagen.
Siempre ‘cuervo
‘El Cuervo’ es como se apoda a San Lorenzo de Almagro en honor a su fundador, el padre Lorenzo Massa, que vestía una túnica negra. Y Corvo es como llaman al Papa en un vídeo, en un segundo post. Acompañan al vídeo imágenes de Francisco, que incluso como Papa mantiene el amor por su equipo.
Amor por ‘El Ciclón
«Nunca fue uno más sino uno de los nuestros», se lee, »Corvo de niño y de adulto….Corvo como sacerdote y cardenal…Corvo también como Papa».«Siempre transmitió su pasión por el Ciclón», el nombre con el que se identifican los ruidosos pero también festivos hinchas de San Lorenzo.«Desde Jorge Mario Bergoglio hasta Francisco, hay algo que nunca cambió: el amor por el Ciclón. Envueltos en un profundo dolor, desde San Lorenzo hoy le decimos a Francisco: ¡Adiós, gracias y hasta siempre! Estaremos juntos por la eternidad!». Mientras tanto, en Argentina se habla de bautizar el futuro estadio de la Avenida de la Plata con el nombre del Papa Francisco; una hipótesis que le planteó el presidente del club, Marcelo Moretti, y que él aceptó el año pasado.
Homenaje de la Italia futbolística
En Italia, el fútbol se ha parado por la muerte del Papa. La Lega Serie A y la FIGC anunciaron inmediatamente el aplazamiento de todas las competiciones programadas, desde la Serie A hasta la Amateurs. La selección italiana recordó las palabras del pontífice argentino refiriéndose a su infancia en un «barrio» de Buenos Aires: «Hasta con una pelota de trapo se pueden hacer milagros, Papa Francisco. Descanse en paz».