Justicia mexicana no incluyente .

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/ Flor Aydeé Rodríguez Campos /

La muerte de Jesús Ociel Baena Saucedo, Magistrade del Tribunal estatal electoral de Aguascalientes y primera persona en obtener un pasaporte no binario y un título académico de maestre en Derecho Electoral, el primero otorgado con lenguaje inclusivo y quien además fue la primera persona no binaria en ocupar una magistratura no solo en nuestro país sino en toda América Latina, ha evidenciado no solo el odio sino el rechazo persistente por la inclusión en el lenguaje y en el sistema de impartición de justicia.

La mayoría de los medios de comunicación han guardado respeto hacia la identidad de género de Le Magistrade sin embargo unos cuantos se rehúsan a reconocer el lenguaje incluyente y es que lo grave no está en cambiar una letra a las palabras, lo grave es seguir fomentando el rechazo y odio hacia las personas que rompen con lo heteronormativo y que no siguen roles ni estereotipos de género.

Me resulta impactante todo lo que ha sucedido alrededor del caso pues, el hecho de que las imágenes del cuerpo sin vida de Ociel se filtrarán atenta contra su dignidad, es decir que aún sin vida siguen siendo vulnerados sus derechos. El pronunciamiento por parte de la Fiscalía de Aguascalientes sobre la causa de la muerte de Ociel y Dorian fue calificada como “Crimen Pasional”, postura que sin duda es revictimizante y ante esto la comunidad LGBTIQ+ convocó a distintas manifestaciones en el país para honrar el legado de Le Magistrade y exigir justicia.

El grito “Crimen Pasional, es mentira nacional” refleja la falta de sustento sobre la presunta causa de la muerte de ambos, más bien pareciera una forma de retroceder en la garantía de los derechos de las víctimas y una vez más invisibilizar la discriminación estructural que las personas no binarias viven en nuestra sociedad y en nuestro sistema de impartición de justicia, dando pie a seguir fomentando y justificando los crímenes de odio.

Una de las imágenes más fuertes que circuló en las redes sociales fue la de los féretros de Ociel y Dorian en la misa de cuerpo presente para despedirlos, en dónde sobre puesta tenían la bandera de la comunidad LGBTIQ+, recordando su lucha e identidad acompañada en al pie de foto de la leyenda: ¿A caso es la única forma de ver a dos personas LGBT+ frente al altar?

Me parece que esa imagen es el reflejo de la realidad en nuestra sociedad pues, solo cuando la violencia llega al punto extremo en dónde ya no hay vuelta atrás es donde nos percatamos que las manifestaciones de violencias estuvieron presentes siempre y en el caso de le Magistrade lo plasmó en una de sus recientes publicaciones con este mensaje: Mi identidad, ni mucho menos mi expresión de género es un disfraz ni de chiste, ni algo para ridiculizar.

No tengo duda alguna que para garantizar un sistema de impartición de justicia eficiente debemos poner al centro los derechos humanos, esos derechos que todas las personas tenemos inherentes a nuestra humanidad y que son pieza indispensable para garantizar la democracia. Seguiremos levantando la voz con digna rabia hasta que la dignidad y la libertad se hagan costumbre.

@flor_repara