/Redacción/
Cdmx. 26 junio 2020.- La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dieron a conocer lo que a su juicio son los avances del Grupo Interinstitucional contra las Violencias de Género y las acciones que se están realizando desde el Gobierno Federal en la atención de las mujeres en vulnerabilidad.
La titular de Inmujeres habló sobre las nuevas maneras de afrontar las problemáticas que viven las mujeres en el día a día, “con la intención de no dejarlas solas durante el confinamiento por la pandemia” y destacó la construcción de la nueva normalidad desde lo local.
Gassman desestimó los recortes y la indolencia de los tres niveles de gobierno frente a la pandemia feminicida y de violencia de género, mismo que se reflejan en la falta de apoyo y en los datos “oficiales”.
“La pandemia del Covid-19 nos obligó a aprender muchas lecciones: tuvimos que aprender y diseñar nuevas formas de dar solución a los problemas que ya afectaban a las mujeres, pero también nos enseñó nuevas formas de reconectar con nuestro entorno más próximo. Nos enseñó la importancia de lo local, y como este debe ser un punto a tener en cuenta en la construcción de una nueva normalidad más justa y solidaria”, celebraron.
Inmujeres no refiere la ausencia de la participación de las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas y de las Instancias Municipales, como en Veracruz, donde el Instituto de las mujeres no tiene facultades ni para prevenir menos para proteger, al encontrarse acéfalo y sin recursos, como en otras tantas entidades.
No obstante, “las mujeres”, insistió Nadine Gassman, “en cualquier rincón de este país tienen la posibilidad de ser atendidas, de ser apoyadas en el momento en que soliciten el respaldo institucional si están enfrentando algún episodio de violencia”.
A su juicio desde el inicio de la emergencia sanitaria, las instancias de las mujeres en las 32 entidades federativas han compartido cerca de cien buenas prácticas dirigidas a la prevención, atención y sanción de la violencia contra las mujeres, entre las que se encuentran las siguientes:
“Campañas de prevención en medios de comunicación, redes sociales, aplicaciones digitales, perifoneo en las zonas de mayor incidencia delictiva de violencia contra las mujeres con traducción a lenguas indígenas”. Lo cual, en una simple revisión de medios de comunicación, resulta evidente que es una falacia.
“Estrategia de atención especial a mujeres y sus hijos e hijas en situación de confinamiento en zonas donde hay mayor situación de violencia”. El número de llamadas al 911 por violencia de género evidencia que no existen tales estrategias y la manera en que el jefe del ejecutivo soslaya las llamadas, exhibe más que un discurso.
“Procesos de sensibilización y capacitación en temas de violencia”, que se ven acotados por la pandemia y la falta de recursos.
“Atención emergente y seguimiento a mujeres en situación de violencia mediante botones de pánico”, herramientas que no funcionan en la mayoría de los municipios.
“Estrategias de prevención, con campañas y actividades que promueven la corresponsabilidad del trabajo doméstico y de cuidados”, estrategias casi no se aplican a nivel local.
“Asimismo, se crearon espacios como las “Salas de Situación y Análisis de la Violencia de Género” donde se crean estrategias de intervención territorial para la actuación inmediata ante casos de crisis”, sin dar un sólo ejemplo.
Destacaron la estrategia “Cubrebocas naranja” donde dicen que la iniciativa privada, como supermercados y farmacias, brindan apoyo a las mujeres que requieren apoyo en las cajas registradoras con el fin de poder conocer su situación y tener cómo contactarlas. Estrategia que tampoco se detectan a nivel local.
También, indicó Gassman, que desde el Inmujeres se ha puesto en marcha de la estrategia Mujeres Constructoras de Paz (Mucpaz), con la que se está promoviendo la participación de las mujeres en labores de pacificación y resolución de conflictos en las comunidades y municipios. Estategia que solo conocen un pequeño núcleo apegado al gobierno de turno.
Con el apoyo de BIENESTAR y SEGALMEX, señalaron, “se está trabajando coordinadamente para prevenir la violencia de género”. Sin embargo en las calles hay protestas de mujeres con cáncer sin tratamientos; masivas marchas por feminicidios, por hijas e hijos desaparecidos; Madres de familia que suplican medicamento oncológico para su niñas y niños; miles de mujeres despojadas de sus empleos por considerar que son corruptas; desmantelamiento de instituciones que les permitían sobrevivir con el apoyo para el cuidado de sus vástagos mientras salen a trabajar, etc.
Sin embargo en el reporte frente a la prensa los discursos muestran una realidad que pocas mujeres conocen. “Estamos”, dicen, “impulsando la Estrategia Integral para Promover la Autonomía Económica de Mujeres en Situación de Violencia, la cual, con la colaboración del Programa “Tandas para el Bienestar” se busca incrementar las oportunidades de las mujeres violentadas para emprender un micronegocio y lograr la autonomía económica que las pueda liberar de una situación de alerta”.
Tampoco ofrecieron un diagnóstico de cuantas miles de mujeres se quedaron sin empleo durante este largo confinamiento y sus pequeños patrimonios se agotaron ante la falta de apoyo real a todas las mujeres, ya que quienes deciden las beneficiarias de los programas sociales de la 4T lo hacen selectivamente entre sus allegadas.