La aduana porteña

Por Yamiri Rodríguez Madrid

Pasan las décadas y la supuesta corrupción en el recinto portuario de Veracruz sigue dando de qué hablar.  Corría el año de 1991 cuando el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari ordenó la requisa del Puerto.  El principal pretexto para privatizarlos fue precisamente el combate a la corrupción, pues las leyendas urbanas narraban que con el llamado robo hormiga se desaparecían contenedores completos y, unos metros más adelante, en el Malecón, los ambulantes vendían su contenido, lo que le restó competitividas.  Hoy lo que se vende no proviene de contenedores, aunque digan lo contrario y, aunque ya no hay sindicatos, la corrupción no se ha frenado.

Durante años también, el Sistema de Administración Tributaria (SAT), la Dirección General de Aduanas y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), han presumido las inversiones millonarias que han realizado para acabar con los robos, el contrabando y la corrupción en este puerto, uno de los de mayor movimiento de carga en el país, pero parece que nada ha funcionado. Incluso, el pasado 23 de abril, el gobernador del estado, Cuitláhuac García Jiménez y Ricardo Peralta, en su carácter de titular de la Administración General de Aduanas, adelantaron que vendrían recursos millonarios para la modernización y ampliación del puerto, como parte de la Estrategia Nacional Aduanera para el Golfo de México.

No podemos pasar por alto que en 2009, el titular de la Aduana de Veracruz, Francisco Serrano Aramoni, fue levantado y hasta la fecha no ha aparecido. Hace dos años, el ex director de la policía municipal de Veracruz fue absuelto del supuesto secuestro.  Un triste capítulo dentro de una maraña que ahí impera.

Ayer, el Puerto de Veracruz volvió a la palestra nacional. Durante la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que se acababa de enterar que esta terminal la concesionaron a una empresa, primero, por 50 años, y 10 días después de su triunfo electoral en 2018, dicha empresa recibió otra concesión ampliándole el plazo a 50 años más.  No reveló de qué empresa se trata; tampoco si ya hay denuncias o en qué proceso legal están, pero desafortunadamente Veracruz vuelve a ser ejemplo nacional de corrupción, como si este fuese el sello de la casa.

@YamiriRodriguez

 

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