Más claro…
Por Felipe Mendiola Parra
Al senador Ricardo Ahued Bardahuil le viene muy bien ese refrán español que dice “Crea fama y échate a dormir”, porque con cuidado y esmero construyó su propia imagen, al ser una persona íntegra, responsable y honesta como empresario y como político.
Esa personalidad vive en la sociedad de la región Xalapa y en muchas otras ciudades del estado de Veracruz.
Muchas veces he podido platicar con él y ese carácter no lo ha cambiado, no obstante que fue alcalde de la ciudad de Xalapa, diputado federal, diputado local, senador de la República, director general de aduanas y siempre empresario. Él sigue siendo cordial, amable y muy sencillo en su trato.
Su rectitud le hizo que ayer (miércoles), en su cuenta de redes sociales, emitiera un mensaje diciendo lo siguiente: “Desmiento categóricamente que se me haya solicitado pedir licencia como senador de la República para incorporarme a otro cargo público, de hecho estoy convocado para la siguiente sesión el próximo Miércoles 18 de este mes, para seguir cumpliendo con mis responsabilidades y obligaciones. Desconozco la nota que está circulando en redes el día de hoy, saludos cordiales”.
¿Qué le provocó hacer esa aclaración?
Bueno, alguna mente ociosa hizo circular la versión de que había solicitado licencia al senado, para hacerse cargo de la Secretaría de gobierno, situación que desmintió.
No es la primera vez que la voz popular lo propone para que ocupe un cargo. Hace 15 días circuló la versión que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, le había pedido que aceptara ser candidato por Morena a la presidencia municipal de Xalapa, en las elecciones del próximo año. No recuerdo que en esa ocasión haya hecho alguna aclaración.
Antes, hace un año, se insistió en que llegaría como gobernador; después dijeron que todo estaría preparado para que sea el candidato al gobierno del estado en el año 2024.
El hombre está encumbrado de manera natural, sin hacer campaña está posicionado y ese es el plus que muchos “suspirantes” quisieran tener, aunque solo fuera la mitad de esa fama, para entrar en el concurso que cada vez se ve más cerca. Más claro ni el agua.