Rúbrica.
Por Aurelio Contreras Moreno
Luego de que en las primeras semanas de la emergencia por la covid-19 parecía que el virus no se extendía con celeridad por el estado de Veracruz, en los últimos días se ha disparado el número de casos confirmados. Y el de fallecimientos también.
De acuerdo con el reporte de la Secretaría de Salud de este domingo 3 de mayo, en la entidad veracruzana hay 704 casos confirmados de contagio por covid-19, lo que coloca al estado como el quinto en número de infecciones a nivel nacional. Asimismo, hay 65 fallecimientos –reconocidos- a causa de la pandemia en Veracruz.
Estos datos tienen a su vez particularidades sobre las que es urgente poner especial atención, ya que esta semana será crucial y la tendencia indica que en el estado podría darse un escenario funesto.
Por principio de cuentas, en los últimos 15 días los contagios se multiplicaron severamente en las principales ciudades veracruzanas, siendo la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín la más afectada. Solamente ahí se registran 343 casos, casi la mitad de todos los del estado. Es el epicentro de la pandemia en Veracruz y resulta lógico, ya que es también la que tiene la mayor densidad poblacional en todo el territorio.
Pero eso no quiere decir que solo ahí se concentren los contagios. La covid-19 está presente en 74 municipios en total. Y hay que tomar en cuenta siempre que los datos que se presentan oficialmente corresponden a las muestras tomadas a partir de la aplicación de pruebas de laboratorio, por lo que si en una localidad no se reportan contagios aún, no quiere decir que no existan. Probablemente no estarían siendo contabilizados, lo que significa que el peligro de contraer la infección sería mayor.
A eso hay que agregar que el ritmo de contagio en la entidad está creciendo de manera sostenida. Entre el sábado y el domingo pasados se registraron 32 nuevas infecciones. Y se estima que en los días por venir sigan ascendiendo, ya que de acuerdo con las autoridades sanitarias estamos entrando al punto más alto de la emergencia.
Sin embargo, es notorio en varias ciudades que la población está relajando peligrosamente las medidas de aislamiento social. Solamente el jueves pasado varias plazas comerciales estaban llenas de gente en localidades como Xalapa, la capital veracruzana, donde también se detectó la celebración de fiestas clandestinas en bares y domicilios particulares. ¿Cómo no van así a dispararse los contagios?
Sin embargo, las autoridades parece que viven en una realidad paralela. En su cuenta de Twitter, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez publicó que “notamos que la población está atendiendo las recomendaciones de #SanaDistancia y salir un solo miembro de la familia a realizar sus compras”. Se ve que el mandatario no sale mucho a la calle últimamente, porque lo que se puede observar es a familias completas “dando la vuelta” en el “súper”, como si nada pasara.
Y si a eso añadimos que otras enfermedades infecciosas como el dengue se están expandiendo sin control por territorio veracruzano -que ocupa en este momento el nada honroso primer lugar nacional en número de contagios y está duplicando las cifras del año pasado-, está puesta la mesa para una tragedia si no se hace algo, tanto por parte de los tres niveles de gobierno como de la misma sociedad civil.
Porque la burbuja en la que creemos estar va a estallar en cualquier momento.
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