- CAFÉ DE MAÑANA .
/ Por José Luis Enríquez Ambell /
Los trabajos de rehabilitación a la carretera federal 180 en Veracruz –llamada costera del golfo– tienen afectaciones severas por varios tramos, y algunos están destrozados.
La red carretera federal requiere varios millones de pesos para su conservación ante los hundimientos, deslaves y otros daños que existen en el norte, centro y sur del estado.
Estos hundimientos y deslaves pueden llegar a generar un agravamiento mayor a la población en lo económico y la seguridad, pues no sólo poco le están haciendo, sino que el malestar social en las localidades afectadas podría derivar en bloqueos carreteros.
En la región de Los Tuxtlas, por ejemplo, las acciones de mantenimiento y conservación por parte de la SICT son pocas por no decir nulas. Se requieren trabajos que vayan más allá de limpieza: fresado, tendido de carpeta asfáltica, señalética de todo tipo. Y por lo visto, a estas alturas del ejercicio presupuestal, no parece que sea posible atenderse ni siquiera parcialmente.
Lo anterior avisa que no hay garantía en la seguridad de los usuarios y de la población que vive en los márgenes de la 180 pero también de quienes la utilizamos.
Aunado a la poca coordinación con los ayuntamientos –que son los más cercanos a las salidas de la vía– la tarea interinstitucional es punto muerto. El esfuerzo del gobierno de Veracruz solo no es suficiente, y habrá de reconocerse que el problema es amplio y profundo para la circulación por la 180.
El pasado mes de julio, la SICT en Veracruz anunció trabajos de repavimentación en la carretera federal 180 Paso del Toro–Acayucan, en los tramos Alvarado–Santiago Tuxtla y Santiago Tuxtla–Acayucan. Sin embargo, esto no se ha materializado, pese a que la misma dependencia reconoce que por esa ruta transitan en promedio casi 15 mil vehículos diarios.
En zonas serranas de entre Santiago Tuxtla y Acayucan ya hay comunidades que pretenden manifestarse, según se comenta en reuniones de la población en parques y sitios donde se encuentran.
PARA POSTRE
La temporada de ciclones en el Atlántico inició en junio y concluirá el 30 de noviembre. Este periodo convierte a Veracruz en un estado con alta vulnerabilidad a impactos directos o indirectos. Y nuestras vías de comunicación corren mayor riesgo de quedar incomunicadas y afectar más a la gente.
Para esta cuenca se prevé la formación de cinco tormentas tropicales, un par de huracanes de categoría 1 o 2 y otros de categoría 3, 4 o 5. Más allá de la precisión, la CONAGUA con su información oportuna, nos advierte que los ciclones y lluvias favorecen el deterioro de nuestras carreteras. Y la 180, de por sí, ya está en malas condiciones.
Estas posibles afectaciones deben preocupar, sobre todo porque casi el 80 % de los ayuntamientos ni siquiera tienen actualizado su Atlas de Riesgo para atender emergencias en la recta final de sus administraciones.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
Hace unas horas, la gobernadora Rocío Nahle recibió a la coordinadora nacional de Protección Civil (CNPC), Laura Velázquez.
Ambas, acompañadas de Guadalupe Osorno, titular de la SPC en la entidad, sostuvieron una reunión de trabajo para fortalecer acciones de prevención y respuesta inmediata ante los desastres naturales.
“La coordinación efectiva es clave para brindar una respuesta rápida y eficiente en momentos críticos”, aseguró la ingeniera Nahle.
Laura Velázquez reconoció el esfuerzo institucional para maximizar y potenciar el presupuesto específico destinado a emergencias, con el fin de actuar con la mayor agilidad posible.
Desde la territorialidad que Nahle ha delegado en su gabinete en materia de Protección Civil, hay garantía de buenos oficios en favor de la comunidad.
¡ES CUANTO!
enriquezambel l@gmail.com
enamjl62 @gmail.com