La construcción de la jaula .

TIERRA DE BABEL

/ Jorge Arturo Rodríguez /

 

Aperitivo 1: “El legislador moreno se dispara al cielo. Con la bendición del Presidente López Obrador, el aval de Adán Augusto, la venia de Claudia y el respeto de Ebrard y Monreal, el dirigente cameral Juan Javier Gómez Cazarín, quedó como responsable único de Morena en Veracruz para  el desfile de los cuatro fantásticos. De aquí al “destape” será quien coordine –sin moscas en medio- la presencia de las corcholatas en la entidad”. (Edgar Hernández). ¡Vientos huracanados! No dudo, ni tantito, que el presidente de la Jucopo de la LXVI Legislatura de Veracruz, realice esta encomienda con éxito. Es un político que teje fino, le duela a quien le duela.

Aperitivo 2: Fernando Curiel escribió el siguiente definió: “Política. Arte de reír al último”. ¿Cuántos de nuestros políticos lo saben?

Aperitivo 3: Lo siguiente no es apto para castos oídos: “La democracia está en aquello que iguala a un hombre con una mujer, a los hombres entre sí y a las mujeres con ellas mismas: el culo”. (Fabián Isunza). Sin comentarios.

 

No hay mayor locura que el saberse, creerse cuerdo –dije cuerdo, no cerdo, ¿eh?-, mientras que el mundo gire y no se sufra de hambre y de otras añadiduras, linduras, que depara la vida. ¿Esta vida que vivimos o nos vive? Bueno, dijera Maximiliano de Habsburgo, cada hombre tiene su locura particular y el que no la tuviera no sabría contribuir al movimiento general del mundo. ¿Alguien alzó la mano?

En todo caso, sigo sin comprender, aunque lo entiendo, por qué chingaos seguimos auto destruyéndonos. Veo en una oficina donde laboro un pez en el acuario y siempre me he preguntado: ¿Hacia a dónde va el pez en el acuario? Entonces me doy cuenta que el pez vive feliz; y quienes estamos encerrados e infelices somos nosotros en las oficinas y ¿hacia a dónde vamos? Vaya, al menos la mayoría de los empleados aquí, allá y acullá. ¿Desperdiciamos nuestro tiempo? Depende del color del cristal con que se mire, dicen.

Creo, con Sergio Cordero, que el hombre es el único animal que construye la jaula en la que lo encierran.

Pierdo el hilo de lo que comento. Sí, somos autodestructivos. Al planteamiento del periodista C. J. Polychroniou: “Al entrar al nuevo año quiero comenzar esta entrevista pidiéndote que resaltes los más grandes desafíos que enfrenta hoy nuestro mundo y que nos expliques si estás de acuerdo en que el progreso humano, si bien en ciertos aspectos es real y sustancial, no es parejo… y tampoco inevitable”, el reconocido escritor y filósofo Noam Chomsky expresó: “La forma más fácil de responder es con el Reloj del Apocalipsis (un reloj simbólico establecido en 1947 por la junta directiva del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago que usa la analogía de la especie humana, en el que la medianoche representa la destrucción de la humanidad). Ahora estamos a 100 segundos de la medianoche y seguramente tendremos aún menos tiempo cuando se reajuste dentro de algunas semanas, lo que de seguro sucederá si consideramos todo lo ocurrido el año pasado. Los desafíos de enero pasado siguen a la cabeza de la lista: guerra nuclear, calentamiento global y destrucción ambiental, así como el colapso de los foros para el discurso racional, que son la única esperanza para señalar los desafíos existenciales”. ¡Dios bendito!

Cerramos los ojos ante tal elocuencia de la fatalidad. Desde luego, aún hay tiempo, espero. Prefiero los versos de Octavio Paz:

 

Cierra los ojos y a oscuras piérdete
bajo el follaje rojo de tus párpados.
Húndete en esas espirales
del sonido que zumba y cae
y suena allí, remoto,
hacia el sitio del tímpano,
como una catarata ensordecida.

 

Hunde tu ser a oscuras,
anégate la piel,
y más, en tus entrañas;
que te deslumbre y ciegue
el hueso, lívida centella,
y entre simas y golfos de tiniebla
abra su azul penacho al fuego fatuo.

 

En esa sombra líquida del sueño
moja tu desnudez;
abandona tu forma, espuma
que no sabe quien dejó en la orilla;
piérdete en ti, infinita,
en tu infinito ser,
ser que se pierde en otro mar:
olvídate y olvídame.

 

En ese olvido sin edad ni fondo,
labios, besos, amor, todo renace:
las estrellas son hijas de la noche.

 

Los días y los temas

 

Ya que andamos por las ramas (de los pocos árboles que quedan), el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el foro de Davos, el pasado 18 de enero, afirmó: “Algunos productores de energías fósiles eran totalmente conscientes en los años 1970 que su producto estrella iba a quemar el planeta. Pero, como la industria del tabaco, hicieron poco caso a su propia ciencia. Actualmente, los productores de combustibles fósiles y los que los apoyan siguen luchando para aumentar la producción, a sabiendas que su modelo económico es incompatible con la supervivencia de la humanidad. Esta locura parece ciencia ficción, aunque sabemos que el colapso del ecosistema es un hecho científico puro y duro”.

¿Acaso estoy loco? ¿Leemos bien?

 

De cinismo y anexas

Van los siguientes aforismos, pa’ calentar motores (¿?):

 

*El Diablo creó al hombre en un descuido de Dios. (L. Ricardo Sahagún).

*El hombre, buitre del hombre. (José Jaime Ruiz).

*Corbata: Especie de soga al cuello que se pone el hombre como símbolo de su libertad. (Agustín Monsreal).

*Los perros tienen mucha conciencia, pero les pasa lo que a los hombres: les asoma el animal de repente. (Alfonso Reyes).

 

Ahí se ven.

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