Por: Zaira Rosas
Emilio Ricardo Lozoya Austin ha sido el narrador de uno de los principales escándalos, a través de 63 páginas ha contado una historia que se tejió no sólo durante el anterior sexenio sino desde años atrás. ¿qué hace tan relevante exponer algo por demás sabido? algunos expertos detallan que de confirmarse todo lo mencionado en la denuncia de Lozoya, también se consideraría que el gobierno de Enrique Peña Nieto fue fraudulento e ilegal.
¿Qué implica lo anterior? podría derivar en sanciones sobre los partidos políticos como el PRI y el PVEM, además de la vinculación a proceso de los afectados o en el común de los casos limitarse a una guerra mediática entre el poder y la oposición.
Uno de los principales puntos mencionados por Emilio Lozoya fueron los sobornos otorgados a figuras políticas de distintos partidos para lograr que se aprobara la Reforma Energética (no es de extrañar que este modus operandi se utilizó en todas las demás reformas estructurales propuestas en el gobierno de EPN), también declara que la campaña presidencial recibió financiamiento extranjero, incluidas aportaciones millonarias de parte de Odebrecht.
Para quien no lo recuerde, Odebrecht es una constructora de origen brasileño, que en 2016 tuvo una investigación desde el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, debido a sobornos millonarios realizados a gobiernos de América Latina con el fin de conseguir después contratos sumamente favorecedores. En otros países latinoamericanos los implicados están enfrentando cargos de la justicia, en México todo había quedado en escándalos y publicaciones, hasta que en febrero del presente año se arrestó en Málaga, España a uno de los colaboradores más cercanos del anterior presidente. Aquí es donde comienzan las dudas y negociaciones, pues las declaraciones llegan con evidentes privilegios y la disminución de condena de quien también estuvo implicado.
Además de detallar sumas millonarias de sobornos, mencionar nombres de quiénes los recibieron, hablar de regalos de exgobernadores, contratos, estrategias políticas y todo lo que hay detrás de la corrupción como sistema. Lozoya sólo confirmó hechos que los mexicanos vivimos durante todo el sexenio y que llevaron a la mayoría de la población a un punto de hartazgo. El dinero recibido de Odebrecht no dista de los favores de grupo Higa, constructora detrás del escándalo de la casa blanca que supuestamente se compró con el trabajo de Angélica Rivera.
Lo anterior se vuelve lastimoso para los mexicanos porque mientras sus dirigentes se enriquecían a costa de entregar el dinero público en supuestas obras, el número de pobres se incrementaba. A la par que las portadas en las revistas de élite, se duplicaban los titulares de injusticia social, los favores a criminales o el número de desaparecidos. A los mexicanos les hartó la frivolidad de un gobierno mientras las calles se llenaban con el dolor de su pueblo.
Ahora en contraste llega un gobierno de dirigente austero, que promete justicia y el sometimiento de quienes hayan sido responsables. Tenemos un dirigente cuyo emblema es acabar con la corrupción, pero para lograrlo ha desencadenado una persecución política, olvidándose de que lo verdaderamente urgente sería erradicar los hechos en el presente. Con las declaraciones de Lozoya aparecen videos que comprueban parte de lo ya mencionado, pero también surgieron otros a manera de respuesta en donde el hermano del presidente recibe dinero de igual forma para financiamiento político, a lo que AMLO respondió que se investigará pero que eso sólo fue cooperación.
Si bien en ambos casos hay una diferencia millonaria, las cosas hay que llamarlas por su nombre y este hecho también es un ejemplo de prácticas antiguas de corrupción, pues, aunque el dinero haya sido una donación del pueblo no hay forma de rastrear su origen. El presidente habrá de considerar que es necesario perseguir a los delincuentes del pasado para lograr la justicia prometida, sin embargo, es urgente evitar que quienes reproducen estas prácticas en el presente sigan siendo parte de sus colaboradores. El ejemplo comienza desde la casa.