La Corte dijo no

Sin tacto.

Por Sergio González Levet.

En el torbellino de la política colmillo, que se ha vuelto el modus vivendi del Gobierno del Estado actual, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hizo un pronunciamiento que echó para atrás la pretendida reforma política estatal que habían impulsado desde el ala noroeste de Palacio y que había echado para adelante a la fuerza la mayoría morrenista de la Legislatura.
Habían pretendido -y llegaron a pensar que lo habían logrado- que desaparecieran los consejos electorales municipales del OPLE, que se redujeran las prerrogativas para los partidos nacionales con registro en el estado, que el Gobernador no fuera objeto de una consulta popular que planteara la revocación de su mandato y que las alcaldías próximas fueran de tres años y no de cuatro.
Las tres primeras reformas echadas para abajo por la SCJN eran motivo de preocupación para los partidos de oposición, para los sectores progresistas y para una inmensa mayoría de los ciudadanos, porque se veía venir una elección de Estado en la que la administración del Góber Cuitla echaría mano de todos los recursos legales e ilegales, justos e injustos, éticos e inmorales, para imponerse en el relevo de las 212 presidencias municipales, de las 30 diputaciones uninominales y de las 20 plurinominales el año entrante.
La cuarta reforma era más o menos bien vistas porque se trataba de que los alcaldes de Veracruz regresaran a mandar tres años y no cuatro, y eso implicaba que, de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (que sin embargo nos rige) pudiera reelegirse por un periodo más. Pero no.
Como es la divisa de la casa, los colaboradores de Cuitla hicieron mal las cosas, y lo que pudieron pasar a nivel estatal no aguantó la prueba del añejo en la Corte Suprema, hasta donde llegaron las quejas legales de varios partidos, y los magistrados le dieron para atrás.
Esto quiere decir que el OPLE volverá a tener consejos municipales, con lo que las elecciones ganarán en eficiencia, seguridad y control.
Eso quiere decir también que los partidos nacionales tendrán más dinerito para promover a sus candidatos en 2021 (y también, por analogía, los recientes partidos estatales seguramente rescatarán los recortes que les hicieron en sus prerrogativas de los últimos tres meses).
Y eso quiere decir que el Cuitla tendrá que ponerse las pilas y empezar a gobernar mejor, si eso fuera posible, para que la ciudadanía no le vaya a pedir que se retire de plano del puesto, si se termina por hacer la consulta sobre la revocación del mandato del joven ingeniero mecánico electricista que se metió de Gobernador sin saber el oficio y sin vocación.
Todo lo hacen mal. Todo les sale mal.
La SCJN ha dado un pasito en la recuperación de su prestigio, al revocar una reforma que a todas luces había sido hecha a la medida para que los morrenos se sirvieran con la cuchara grande.
Y ahora ya no van a poder…

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