/ Yamiri Rodríguez Madrid /
El litoral veracruzano cuenta, en su riqueza, con dos grandes sistemas coralinos: el Sistema Arrecifal Veracruzano (SAV), frente a Veracruz, Boca del Río y Antón Lizardo (con al menos 28 arrecifes), y el Sistema Arrecifal Lobos–Tuxpan (SALT), frente a Tamiahua y Tuxpan (y con seis arrecifes emergentes). En conjunto, al menos 34 arrecifes oficialmente reconocidos que amortiguan marejadas, resguardan pesquerías y sostienen el turismo de naturaleza. No son paisaje: son infraestructura viva.
Desafortunadamente, esa barrera natural vive -o sobrevive-, amenazada. La escollera de más de 3 kilómetros que se pretende construir para ampliar el puerto de Veracruz, se vende como una apuesta logística y de inversión; pero organizaciones, investigadores y comunidades costeras advierten impactos severos sobre nuestros arrecifes.
La Suprema Corte ya había ordenado que el proyecto se analizara con una Evaluación de Impacto Ambiental integral, seria y con la mejor ciencia disponible, invalidando autorizaciones previas y prohibiendo fragmentar los impactos. Pese a ello, colectivos ambientalistas documentan que las nuevas autorizaciones volvieron a “trocear” la evaluación, omitiendo sinergias y efectos acumulativos. En otras palabras: se estaría desacatando el sentido de la sentencia.
Pero la reacción social llegó rápido. Miles de personas han firmado en Change.org para detener la escollera y defender el arrecife conocido La Gallega dentro del SAV, exigiendo que se cumpla a cabalidad el fallo de la Corte y se proteja el parque nacional para las generaciones presentes y futuras. La petición superó las 7 mil firmas el fin de semana, y sigue sumando apoyos.
No es una alerta exagerada. Estos arrecifes disipan energía de huracanes, evitan erosión, albergan alta biodiversidad y dan de comer a familias enteras vía pesca y servicios turísticos como el buceo y el esnórquel. Perderlos sería encarecer la protección costera (con obras grises) y empobrecer comunidades que hoy dependen de un capital natural que no podemos reponer con cemento.
La decisión ahora es política y técnica a la vez. Veracruz puede ampliar su capacidad portuaria sin contradecir a la Corte ni comprometer los ecosistemas que lo protegen. Eso exige hacer bien las cosas: ciencia primero, planeación con visión de cuenca y costa, y transparencia total. Como resume la petición ciudadana: “Esto no es solo un tema ambiental: es una lucha por la justicia, la vida y el futuro”. Y ese futuro no se construye sobre arrecifes rotos. En aras del progreso ya hemos destruido demasiado.
@YamiriRodriguez