**Astrolabio Político.
/ Por: Luis Ramírez Baqueiro /
“Toda desgracia es una lección.” – Proverbio turco.
Como bomba cayó la noticia en la oficina que da al Parque Juárez y la esquina de Revolución, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), reconocía el triunfo de la fórmula conformada por Federico Salomón e Indira Rosales San Román por la dirigencia estatal del PAN.
Con ello, el máximo tribunal echaba por tierra las resoluciones maiceras del Tribunal Electoral de Veracruz y de la misma Sala Regional del propio TEPJF, quienes habían en todo momento manifestado una clara proclividad a aprobar lo que desde la referida oficina enviaban.
La intención fue siempre bloquear la posibilidad de que el Panismo identificado con el ala Yunista –La del Estero- retomará el control del partido y con ello, poner en jaque, la posible continuidad del proyecto transformador en Veracruz.
La tarea la asumió el mismo secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, quien, enfundado en su papel de gran jefe de la mafia política, aseguró que controlaría y mantendría a raya a toda la oposición veracruzana, incluida esa, que emanaba del PAN, a la que burlonamente aseguraba estaban moralmente derrotados.
Y es que en su absurda evaluación, tras los apabullantes resultados obtenidos en 2018 bajo el efecto AMLO, que hizo ganar incluso hasta a los mismos muertos –poliíticos- presumió que sería sencillo mantener a raya a la oposición.
Jamás comprendió que para hacerlo se requería de ser en principio de cuenta un político de carrera, nato, que supura política día y noche, que en el ejercicio mismo se muestre como todo un animal político, cosa que nunca fue, y asumió su papel peliculesco del malo.
Para ello, requería tener también un compañero que la hiciera del feo, y por supuesto que en sus mediciones, volteo a ver al panismo traidor de siempre, ese que por años dividió a Acción Nacional, provocando que no pudieran consolidar con antelación la alternancia política estatal.
Para el trabajito, el papel se le dio a un viejo conocido, Joaquín Rosendo Guzmán Avíles, ese pequeño monstruo creado en los tiempos del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, en donde la oposición aparente se vio ampliamente beneficiada, en donde los negocios y canonjías corrieron por carretadas.
Además, el personaje debía aceptar, porque lo tenían agarrado de las talegas con amplios expedientes por corrupción tras su paso por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedarpa) Estatal, a su salida y diferendo por no ser considerado el sucesor del entonces Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Así, unidos por la maldad, y por hacer de la democracia un circo pernicioso a su favor, comenzaron a obstaculizar cuanto proceso interno se llevará a cabo, inclusive, pusieron en jaque la posible realización de la Coalición que a la postre participo en la elección intermedia, en donde cabe señalar, Morena, ya no fue lo mismo.
Ahora que el TEPJF les dio el balde de realidad, al fallar a favor de Federico Salomón y su planilla, los tremores comienzan a ser un tema de preocupación extrema, pues los días de ambos pájaros de cuenta, están contados.
Se afirma con mayor persistencia, que desde el Palacio Nacional se prepara ya un operativo que permita dar un vuelco de realidad que pretendió volver un negocio eterno el presunto segundo de a bordo del Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.
La desgracia de estos dos pájaros de cuenta será legendaria, pues bien dice el refrán popular, la Justicia llega, tarde, pero llega, eso que ni qué.
Al tiempo.
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