LA DIPLOMACIA SE TRANSFORMA.

“DE FRENTE Y DE PERFIL.

/RAMÓN ZURITA SAHAGÚN/

Para la cuarta transformación la diplomacia debe sacudirse e incorporar a ella a personajes que sin carrera en ese rubro puedan dar a conocer lo espléndido que es la vida en México.

Y aunque no es nuevo que los Ejecutivos mexicanos designan a personajes sin carreras ni conocimientos, los gobiernos de MORENA se empeñan en hacerlo notorio.

La designación de Genaro Lozano vino a inquietar a los diplomáticos de carrera que se pasan décadas sin llegar a alcanzar representaciones de primer nivel en países con los que México mantiene una mayor cercanía.

Exgobernadores priistas que dieron su aval a la cuarta transformación fueron premiados con embajadas o consulados.

El nombramiento de los embajadores y cónsules corresponde al Presidente de la República en turno y al Senado de la República el ratificarlos.

Sin embargo, existen representantes diplomáticos que carecen de conocimiento para la labor que habrán de desempeñar ya que las embajadas son oficinas que representan al gobierno de un país en territorio extranjero.

En primer lugar, las embajadas son oficinas que representan diplomáticamente al gobierno de un país en el territorio de otro; en el caso de México, están adscritas a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

La diferencia entre embajadas y consulados es que por cada país solo existe una embajada, mientras que en un país pueden existir varios consulados.

En las embajadas de México en el extranjero la tarea del personal es atender, reforzar y mantener buenas relaciones diplomáticas entre ambos países, promover el diálogo, así como la colaboración comercial, turística, científica y cultural. Al ser representantes de un país, es su tarea velar por los intereses de su país de origen en el que es embajador, todo dentro de los límites del derecho internacional.

De igual forma, el embajador tiene como responsabilidad informar a su gobierno la situación económica, política y social del país anfitrión, a fin de que este haga un posicionamiento y sirva de enlace para transmitir los mensajes oficiales. En este sentido, también debe ser un vínculo para que ambas partes intercambien información.

Por último, el embajador también cumple con la función de participar en los acuerdos, negociaciones y tratados que se celebran entre el país acreditante y el receptor, y posteriormente, está obligado a dar seguimiento para asegurarse de que estos se cumplan de acuerdo con lo establecido.

Todo lo anterior viene al caso por la forma en que los gobiernos de MORENA seleccionan al personal que es enviado con la representación del país al extranjero.

Se aprovecha las vacantes o incluso donde no las hay para pagar deudas contraídas con políticos, intelectuales y personajes afines al gobierno.

No es privativo de MORENA el actuar así, ya que en el pasado los gobiernos priistas y panistas lo hicieron también, aunque guardaron las formas.

Intelectuales de la talla de Octavio Paz y Carlos Fuentes fueron acreditados como embajadores, pero también lo fue el periodista Agustín Barrios Gómez, dedicado a relatar eventos de sociales.

Políticos como Gonzalo Martínez Corbalá han sido reconocidos por los países en que fueron embajadores por su acertada participación para conceder asilo en tiempos de revuelta y sostener la posición de México.

Sin duda, la diplomacia mexicana está transformándose y los ejemplos están a la vista.

 

Email: ramonzurita44@hotmail.com

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