*Es un mal que se ha incrementado en las últimas décadas al aumentar la esperanza de vida, aunque no es normal adquirirla solamente por envejecer: José Luna Muñoz, fundador y director del Biobanco Nacional de Demencias y profesor de la FES Cuautitlán.
Se comienza a intuir su presencia cuando son frecuentes los olvidos, los problemas para comunicarse y el impedimento para resolver cosas simples que antes se hacían con naturalidad.
Es la enfermedad de Alzheimer, un mal que se ha incrementado en las últimas décadas al aumentar la esperanza de vida, aunque no es normal adquirirla solamente por envejecer, advirtió José Luna Muñoz, fundador y director del Biobanco Nacional de Demencias y profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.
El doctor en Ciencias Médicas y de la Salud comentó que, cuando los síntomas aparecen, dentro del cerebro de la persona afectada hay por lo menos 15 y quizá hasta 20 años de daño cerebral a nivel molecular, por lo que generalmente se aplican tratamientos en etapas avanzadas que no curan la enfermedad, pero pueden retrasar su evolución.
Luna Muñoz ofreció la conferencia “Emociones y olvido” como parte de la Semana del Cerebro que se celebró en Universum, el museo de las ciencias de la UNAM.
En el Foro de Química, explicó que el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, que se caracteriza por la pérdida de memoria y el deterioro de las funciones cognitivas tales como el lenguaje, el juicio y la conducta.
Explicó que la Asociación de Alzheimer reconoce 10 síntomas principales, que son:
Cambios en la memoria, dificultad para planear y resolver problemas, complicación para desarrollar actividades cotidianas, desorientación espacio-tiempo y dificultad para comprender imágenes visuales.
También, problemas para comunicarse, colocación de objetos fuera de lugar, disminución o falta del buen juicio, pérdida de iniciativa y cambios de humor y personalidad.
Dijo que el Alzheimer afecta varias regiones del cerebro, como el lóbulo frontal (responsable del razonamiento, conducta, planeación, parte del lenguaje, emociones, movimientos voluntarios y resolución de problemas); el temporal (cuyas funciones son la audición, el lenguaje y la memoria); y el occipital (donde ocurren la visión y la percepción visual).
“Sin embargo, podemos apoyar a nuestros pacientes con gimnasia mental, actividad física y siendo repetitivos en las respuestas como ellos lo son en las preguntas, que pueden hacer muchas veces. “Es importante como cuidadores ser pacientes y mantenerlos cercanos a la familia, no aislados”, recomendó.
El especialista dijo que existen dos tipos de Alzheimer: el esporádico (del que no se conoce sus causas) y el genético.
“El esporádico ocurre en el 95 por ciento de los casos, el 10 por ciento de las veces en mayores de 65 años y el 47 por ciento en personas de 85 años”, informó.
En tanto, el de origen genético ocurre en el 5 por ciento de los casos, pero puede presentarse en personas jóvenes, de 35 a 50 años, pues tiene daños en cromosomas específicos, como la Presenilina 1 en el cromosoma 14 (en el 50 por ciento de los casos) y en la Presinilina 2 en el cromosoma 1 (en menos del 1 por ciento de los casos).
Respecto a los factores de riesgo no modificables son la edad y la genética, mientras que en los modificables está el ejercicio físico, alimentación adecuada (baja en azúcares y grasas) y la gimnasia cerebral.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno que empeora con el tiempo. Se caracteriza por cambios en el cerebro que derivan en depósitos de ciertas proteínas y en el desarrollo de marañas que van envolviendo y aislando a las neuronas, impidiendo su conexión.
“La enfermedad de Alzheimer hace que el cerebro se encoja y que las neuronas cerebrales, a la larga, mueran”, explicó el especialista..
Otro efecto grave de este mal son los cambios en la personalidad y en la conducta, que pueden ser muy variados entre cada persona, alertó el experto.
Los cambios que la enfermedad de Alzheimer produce en el cerebro pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento. Los problemas pueden incluir lo siguiente:
Depresión, pérdida de interés por actividades, aislamiento social, cambios del estado de ánimo, desconfianza de otras personas, ira o agresividad, cambios en los hábitos de sueño, desorientación, desinhibición y delirios, como creer que le han robado algo.
Luna Muñoz recomendó ser muy pacientes si tenemos cerca una persona con Alzheimer y no aislarla del núcleo familiar.
Para continuar con los estudios de este mal a nivel básico, dijo que es fundamental la donación de cerebros humanos post mortem, pues se busca indagar indicadores más tempranos para ayudar a las personas afectadasAlzheimer