La estrategia de callar a las mujeres en el universo digital

*Los crecientes ataques de odio en las redes sociales impactan negativamente a toda la sociedad.

* La violencia ejercida va desde censurarlas, invisibilizarlas hasta las amenazas machistas.

/Mariana Iglesias /

“Mientras presumen que son todas las voces silencian a  las mujeres que les resultan inapropiadas por levantar la voz y exhibir sus violencias machistas”, activistas.

“Métanse la misoginia y el feminismo en el orto. Ambas x igual, y sin vaselina”. “Gracias a las boluditas como esta es que nos tratan como idiotas a las mujeres”. “Decadente son las feministas como la que escribe #FeminazisNO”, “Que imbecilidad esta nota, típica del tribunal inquisidor de género… Pero buscate un empleo honesto, ladri!!!”, “Alperovich violo reiteradas veces a su sobrina y todos, incluida vos, se callaron la boca. HIPOCRITAS”. (Algunos comentarios en Twitter de la columna de opinión que escribí sobre la misoginia de los diputados Fernando Iglesias y Waldo Wolff: “Los auténticos decadentes”).

Ahora que los reclamos de los movimientos feministas son masivos, la resistencia a un mundo igualitario es feroz y se combate desde la violencia más rancia. Silenciar a las mujeres es la estrategia.

En el ámbito privado es a los golpes: en lo que va del año hubo 160 femicidios, además de miles de denuncias de violencias y abusos. En el ámbito público es con insultos y descalificaciones. “En este momento bisagra, en el que mujeres de todo el mundo usan su poder colectivo para expresarse y amplificar su mensaje a través de redes sociales, la falta de acción de Twitter para garantizar el respeto por los derechos humanos y hacer frente a la violencia y el abuso no contribuye a que las mujeres usen su voz para generar un cambio sino que las empuja hacia una cultura del silencio”, decía en 2018 un informe de Amnistía. Y se puso peor.

“Petera, pendeja, gorda, falopera, boluda, grasa, chorra, trola, yegua, idiota, hueca, ladrona, mogólica, pelotuda, negra, frígida, feminazi”. En 2019, más del 85% de las candidatas sufrió violencia machista en redes sociales según un monitoreo sobre violencia política de Fundeco, Copppal, Anap y ELA.

“Merecés ser violada en manada y después descuartizada”, le escribieron a Ofelia Fernández. Cansada de los ataques, la joven legisladora cerró su cuenta de Twitter. No fue la única que eligió protegerse. Alzar la voz tiene un costo enorme para las mujeres.

La primera nota sobre la denuncia contra Alperovich salió en este diario el 22 de noviembre de 2019. Lleva mi firma: “Al monstruo hay que ponerle nombre y apellido”. Hubo muchas más. No vale la pena responder insultos, sí resaltar mentiras. Un informe de UNESCO advierte que los ataques en redes a mujeres periodistas “están indisolublemente vinculados con la desinformación”, y que “las consecuencias son devastadoras”. En 2019 la ONU lanzó el Plan de Acción contra los Discursos de Odio: “Tienen un efecto negativo sobre la democracia porque acallan voces”.

Publicada originalmente en el Clarín