/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Año con año, carreras como Comunicación y Turismo, egresan a cientos de jóvenes en el Estado de Veracruz que van con un solo fin: encontrar acomodo en un espacio. Algunos lo logran y, un gran número, tiene que dedicarse a otra cosa. Difícilmente se les enseña a emprender. Pero centrémonos en turismo.
Somos un estado con una enorme riqueza natural, histórica y cultural a lo largo y ancho de nuestro territorio que, difícilmente, es aprovechada para hacer productos turísticos. Más allá de las playas, no hay rutas turísticas que inviten a nacionales y extranjeros a recorrer el estado.
En Bogotá, las facultades de Turismo colombianas piden a los alumnos que están por graduarse el diseño de una nueva ruta turística, cien por ciento original. Lo anterior les permite renovar constantemente su oferta turística, pero también al alumno hacer experiencia para su curriculum y hasta tener su propio negocio. Algunas, por supuesto, resultan sumamente exitosas; otras solo dan para graduarse, pero el esfuerzo de hace cada año multiplicado, lo que le suma al turismo de ese país. Algo similar podría hacerse en Veracruz.
Así, encuentra usted una infinidad de recorridos no solo en la capital, sino en las diversas regiones colombianas: la ruta de la Leyenda del Dorado a una reserva natural custodiada por indígenas, la ruta de la catedral de la sal, la ruta de las esmeraldas, la ruta de las fincas del café, recorridos por su centro histórico, por inmuebles de gran historia; es decir, que hay tantas que al turista le resulta difícil elegir, genera gasto y de eso dependen la vida de miles de familias.
Lo tenemos todo; solo falta voluntad y creatividad; que los rectores de universidades no les tengan aversión a las cámaras empresariales y platiquen sobre proyectos que pueden hacer juntos, con una silla para el gobierno, como la triple hélice que exitosamente realizan desde hace años en Querétaro en su industria. A ver si alguno de los tres da el primer paso.
@YamiriRodriguez