Como en la fábula de Esopo, reescrita por Samaniego, que critica a la arrogancia, “despacio se llega lejos”, el que gana es la tortuga
/ Guadalupe Loaeza /
Hoy, justo hace un año, se fue para
siempre mi alma gemela, Antonia,
mi hermana favorita.
“La Favorita”, no, nos referimos a la ópera de Gaetano Donizetti con ese título, tampoco a la peluca entalcada con la que solían adornar sus cabezas las aristócratas francesas de 1700, ni mucho menos a “la favorita” de la corte de un rey o un príncipe, no, en realidad queremos hablar de “la favorita” de Andrés Manuel López Obrador. Curiosamente, Claudia Sheinbaum también resultó la “favorita” para el diario español El País, el cual de una forma muy excepcional decidió ponerla en la portada número 47 de El País Semanal, tomando en cuenta que en ninguna de las portadas anteriores de lo que va de este año aparece un personaje político (salvo Kamala Harris). Habría que preguntarse el porqué de esta concesión: ¿para enmendar la distancia que ha marcado AMLO con España?, ¿se tratará de un tipo de trueque?, ¿o bien, para iniciar una relación más tersa con la futura candidata a la Presidencia? Sea cual fuera la razón, la portada resulta una muy extraña elección.
La entrevista hecha por Javier Lafuente resulta floja y hueca, por decirlo suavemente. En ningún momento la entrevistada se compromete con sus declaraciones, incluso cuando habla del feminismo. Pero sí, menciona al Presidente alrededor de ocho veces, eso sí no le da “hueva”, expresión que utilizó durante la entrevista como para aparecer jovial y cercana a los jóvenes, refiriéndose a que le dan “hueva” las estructuras partidistas. No le queda. No me pareció muy creíble lo que le cuenta al periodista español, acerca de cuando estaba la pandemia en su peor momento en la capital. “También recuerda cómo el 24 de diciembre… se desplazó al centro de control de la ciudad ante el colapso y la falta de ambulancias y sin decir quién era pidió hablar con todas las personas que estaban esperando una”. ¿En serio no la reconocieron? Su imagen es inconfundible, su esbeltez y su cola de caballo. Cuando habla de la tragedia del Metro, lamenté que no demostrara la mínima autocrítica y tampoco empatía.
Las fotografías de Ana Hop son buenas, especialmente aquella en la que “La Favorita” vestida de blanco, color que le favorece mucho, está mirando hacia el Zócalo. Algunas cosas del perfil del periodista me parecieron inexactas. No hay que olvidar que antes de Sheinbaum, hubo otra mujer también de izquierda que se convirtió en jefa de Gobierno, después de que renunciara el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, iniciadora de la Ley Robles, es decir de la despenalización del aborto en México, bajo ciertas condiciones: aborto por malformaciones del producto, grave riesgo a la salud de la mujer, e invalidez de un embarazo y la invalidez de un embarazo por inseminación artificial no consentido.
No hay duda de que con esta entrevista, la cual seguramente llegará a millones de lectores de muchos países de habla hispana, Claudia quería darle gusto a su Presidente, a su protector y a su mentor. ¿Y Marcelo Ebrard? Él está muy tranquilo e involucrado en las relaciones internacionales de la 4T. Imagino que cree que todavía no es el momento para dar entrevistas “a modo”. Tiene razón el Templo Mayor de nuestro periódico: “En los pasillos de la Cancillería corrió como ratón el PDF de la entrevista que Claudia Sheinbaum le dio a El País Semanal, que más bien parecía el ¡Hola! Tras leerla, los colaboradores de Marcelo Ebrard sonrieron socarrones, pues dicen que no es lo mismo posar para la foto mirando hacia Palacio Nacional, que hablar ante el G-20 o llevar a buen término una cumbre con Joe Biden y Justin Trudeau”.
Como en la fábula de Esopo, reescrita por La Fontaine y también por Samaniego, español por cierto, cuya moraleja critica a la arrogancia, “despacio se llega lejos”, el que gana es la tortuga.
Dicho lo anterior, pudiera ser que además de una Favorita, haya dos Favoritos…
