La Fundación para las letras mexicanas y la Universidad Veracruzana: falta de transparencia y violación del derecho a un trato equitativo.

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/ Por Juan José Barrientos /

Desde hace dieciséis años se realiza en la Universidad Veracruzana (UV) el curso de “Creación literaria para jóvenes” de la Fundación para las Letras Mexicanas que preside el ex Secretario de Educación Miguel Limón Rojas y cuyo Director general es Eduardo Langagne.

De acuerdo con el convenio establecido el 16 de junio del año pasado,
“Las partes convienen en que toda la información técnica y financiera que se maneje con motivo de la ejecución del presente convenio será estrictamente confidencial y no podrá ser difundida a terceras personas…”

No les interesa la transparencia (Glasnost, diría Gorbachov).

Sin embargo, la UV está obligada a proporcionar los datos que se le pidan sobre recursos públicos, solicitados por medio del INAI, y en este caso informó que, con motivo del curso, en 2023 erogó un total de ·$125, 720.00; en 2022, $121,360.00; en el 2021 y 2020 no se realizó el curso por la pandemia; los datos anteriores son de 116,384.00 en 2019 y de 83,116.30 en 2018. La información sobre los años anteriores se archivó. En fin, la UV ha desembolsado, con motivo del curso, la cantidad de $446,580.30 en los cuatro años de que tiene los datos a la mano.

Se trata de una fundación apoyada supuestamente por algunos de los hombres más ricos del país, entre ellos SLIM, LARREA y ROBERTO HERNANDEZ, y por eso no se entiende por qué requiere, para el curso, apoyo de una universidad pública.

Por otra parte,
“La FLM es un foro abierto a todas las corrientes y estilos; ofrece un sitio propicio a la reflexión y la discusión literaria; brinda un espacio de diálogo, convivencia y cooperación entre distintas generaciones en un ambiente de continuo aprendizaje y realización que proporciona alternativas genuinas al desarrollo de las personas jóvenes (http://flm.mx/La_institucion.html)”.

La realidad es muy distinta, pues el director de la Facultad de Letras, Maestro Pablo Rojas, y la directora del Instituto de Investigaciones Lingüístico Literarias, Dra. Esther Castillo, son los que designan a los docentes con el Director de la fundación, Eduardo Langagne, y lo hacen de manera completamente arbitraria, pues nunca han emitido una convocatoria para que los interesados se puedan postular.

En esa forma, se viola uno de los derechos humanos, el derecho a un trato equitativo, es decir “el derecho a participar sobre bases iguales en cualquier área de la vida económica, social, política, cultural o civil”.

Los patrocinadores de la Fundación para las Letras Mexicanas deberían pedirle cuentas a Limón Rojas, pues al parecer la selección de los docentes no le preocupa y deja que la Universidad Veracruzana le de gato por liebre, ya que cuenta en su personal con escritores reconocidos, a los que nunca se ha invitado a colaborar.
Y así están las cosas.