*Actor Político emergente en Nepal.
10.09.2025 Katmandú,Ne.— Nepal atraviesa una de las crisis sociales más intensas de su historia reciente, y en el centro del estallido está la Generación Z. Jóvenes nacidos entre mediados de los años 90 y principios de los 2010 han tomado las calles en una movilización masiva que ha dejado al menos 25 muertos, cientos de heridos y la renuncia del primer ministro K.P. Sharma Oli.
Orígenes: una generación conectada y marginada
La Generación Z nepalí creció en medio de la transición democrática tras la abolición de la monarquía en 2008, pero también en un contexto de inestabilidad política crónica, corrupción institucional y desigualdad económica. Con acceso a redes sociales y plataformas digitales, estos jóvenes se han convertido en observadores críticos de una élite política que, según denuncian, ha privilegiado a sus propios hijos —los llamados “Hijos del Nepotismo”— mientras el desempleo juvenil supera el 20%.
Más de 2,000 jóvenes abandonan Nepal cada día en busca de empleo en países del Golfo o el sudeste asiático. Esta diáspora forzada ha generado una profunda sensación de abandono y desarraigo.
Causas del estallido
El detonante inmediato fue la decisión del gobierno de bloquear 26 redes sociales, incluyendo Facebook, X y YouTube, bajo el argumento de que no estaban registradas ante el Ministerio de Tecnologías de la Información. Para la juventud urbana, esta medida fue vista como un intento de censura y control autoritario.
La indignación se intensificó con la represión policial: el uso de balas reales, gases lacrimógenos y cañones de agua contra manifestantes dejó 19 muertos en una sola jornada. La violencia estatal catalizó una protesta que ya acumulaba años de frustración.
Exigencias: transparencia, empleo y libertad
Los jóvenes exigen:
– Rendición de cuentas por parte de los líderes políticos
– Garantías para la libertad de expresión y acceso a redes
– Políticas públicas para generar empleo digno
– Fin del nepotismo y privilegios para las élites
– Reformas estructurales que aseguren representación juvenil
Consecuencias al momento
La renuncia del primer ministro no ha calmado las calles. El presidente Ram Chandra Poudel ha nombrado un gobierno interino, pero su poder es limitado y su ubicación actual es desconocida. Helicópteros del ejército han evacuado a varios ministros, mientras edificios gubernamentales han sido incendiados y líderes políticos agredidos.
La protesta ha mutado en una revuelta generacional que exige un nuevo pacto social. El ejército ha pedido diálogo, pero la desconfianza es profunda.
Nepal está ante una encrucijada: o escucha a su juventud y transforma sus instituciones, o enfrenta una ruptura política que podría redefinir su democracia. La Generación Z ya no es solo un grupo demográfico: es una fuerza histórica.