Astrolabio Político
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“Son de más valor la honradez y el talento que la riqueza.” – John Dryden.
Que pronto fue enviada al pozo de la ignominia aquella frase tan socorrida por el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador: “No mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México”.
Y es que aun cuando la misma se repitió hasta el hastío, los hoy integrantes de los gobiernos emanados de la Cuarta Transformación simplemente la borraron a conveniencia de su memoria.
La reciente declaración de Delia González Cobos, actual auditora General del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (Orfis) evidencia un comportamiento que no es acorde al verdadero manejo de quien sabe y conoce el mundo de la revisión de las cuentas públicas, las auditorias y los temas de la contabilidad gubernamental.
Las acusaciones en el sentido de que fue a través de los despachos contables mediante los cuales se maquillaron infinidad de malos manejos en la cuenta publica y que solo sirvieron para fomentar la corrupción, resultó una afirmación muy subida de tono, pues descalifica a priori a “profesionales” de la contaduría y la auditoría gubernamental sin mayor sustento.
Este reportero entrevistó al presidente del Colegio de Contadores Públicos de Xalapa (CCPX), Luis Javier Velasco Ramírez, uno de los tres presidentes de Colegios de Contadores Públicos pertenecientes al Instituto Mexicano de Contadores Públicos adscritos en el estado de Veracruz, tras hacer pública su inconformidad mediante un desplegado. https://eldemocrata.com/garantiza-ccpx-certificacion-de-calidad-de-contadores-publicos/
Velasco Ramírez destacó que la agrupación que representa tiene la obligación de observar la normatividad con ética, aunado a una serie de requisitos muy puntuales para poder obtener siquiera la certificación. https://eldemocrata.com/aclara-trabajo-impecable-de-contadores-en-veracruz/
Y es que los requisitos para poder ostentarse como contadores y auditores públicos certificados requieren de entrada, de un mínimo de experiencia comprobable de cinco años, sumado a una serie de evaluaciones que aplica no el ente colegiado, sino el mismo Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (CENEVAL).
Es por ello, que ni las declaraciones vertidas por las funcionarias estatales, así como las del propio titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Rogelio Colmenares, recientemente en Veracruz carecen de sustento.
Cabe recordar que el mismo Colmenares en su pasada visita a Xalapa el martes 25 de febrero de este 2020 “advirtió que no trabajaría -ASF- con organismos estatales que decidieran contratar despachos para la realización de las auditorías.”
Y remató, pues la contratación de despachos externos para revisar las Cuentas Públicas de los entes fiscalizables en ocasiones es “echar a perder las auditorías”. https://www.diariodexalapa.com.mx/local/organismos-auditores-no-deben-contratar-despachos-asf-ceuntas-publicas-vercaruz-universidades-4886304.html
En los hechos la forma en como se han venido gestando las diversas declaraciones parecieran obedecer a un plan más entramado, en donde la opacidad sería el común denominador.
Y es que resulta imposible que se pueda transparentar el gasto público y se pueda supervisar la obra pública, simplemente con la buena voluntad y el escaso capital humano con que cuentan los entes fiscalizadores.
¿Será acaso que una mente muy perversa construye ya en Veracruz su plan ranchero para con ello seguir manejando a su antojo el recurso de los veracruzanos?
Hay quien afirma que las determinaciones y posturas asumidas por estos funcionarios estatales responden a los intereses de conocido primo del Gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, quien como subsecretario de la Sefiplan, hace y deshace a su antojo en todas las Unidades Administrativas de las dependencias estatales.
Al rato los seguidores de la 4T no se vayan a sorprender ante la proclividad de algunos de sus funcionarios por amar y poseer indebidamente lo que no es de ellos, pues se afirma ya, que las transas están al por mayor.
¡Ni en los tiempos de bonanza de Javier Duarte se había visto tal voracidad por sustraer el dinero público!
Al tiempo.
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