La guerra entre Rusia y Ucrania: más que un conflicto entre dos países o un suceso geopolítico.

*• Estamos cansados, pero no rotos: Oksana Dramaretska.

• Embajadores de Ucrania, Suecia y Alemania ofrecieron una conferencia en la UNAM donde explicaron el origen, la situación actual y los posibles escenarios futuros de esta situación.
25.02.2025 Ciudad de México.- La guerra entre Rusia y Ucrania va más allá de ser un conflicto entre dos países o un suceso geopolítico. Es también un llamado urgente para interceder por aquellos valores que consideramos irrenunciables: libertad, democracia, respeto a los derechos humanos, y un orden internacional basado en reglas, señalaron embajadores en la UNAM.

En la conferencia “A tres años de la guerra de Rusia contra Ucrania”, organizada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Oksana Dramaretska, embajadora de Ucrania en México, habló de la situación actual de su país.

Entramos en el cuarto año de la agresión rusa a gran escala contra Ucrania, guerra que no comenzó en 2022, sino en 2014 con la anexión ilegal por fuerzas armadas rusas de Crimea y su entrada a las regiones de Donetsk y Lugansk.

Señaló que 28 por ciento de su país está ocupado temporalmente por Rusia desde hace once años; 174 mil kilómetros cuadrados del territorio están minados y más de seis millones de personas, en su mayoría mujeres con niñas y niños, así como adultos mayores, se vieron obligadas a salir. Es el equivalente a todos los habitantes de El Salvador o Nicaragua.

El final de 2024, recalcó Oksana Dramaretska, estuvo marcado por dos movimientos de escalada realizados por Rusia: la participación de tropas norcoreanas que llevó a la internacionalización de esta guerra y su expansión más allá de las fronteras de dos estados, y el primer precedente de uso de un misil balístico de alcance intermedio contra Ucrania, en noviembre pasado.

Hoy, relató, la situación en el frente sigue siendo difícil. “En nuestro territorio actualmente hay alrededor de 608 mil soldados rusos, tres veces más que los que lucharon a principios de 2022”. No obstante, las fuerzas de defensa ucranianas mantienen el control sobre posiciones clave.

Aunque las pérdidas del enemigo son significativamente mayores (“en 2024 Rusia perdió más tropas que durante los años anteriores de su guerra de agresión”), sigue intimidando y aterrorizando a los civiles, atacando infraestructura crítica y zonas residenciales, lo que ha provocado víctimas y destrucción.

Cada mes lanzan cuatro mil bombas aéreas guiadas, la mayoría contra la población civil e infraestructura. “Ello confirma el carácter terrorista de la guerra de Putin”, afirmó la diplomática.

Según los registros de las autoridades, el número de infraestructuras civiles dañadas o destruidas ha superado 203 mil. Y para ello el país agresor cuenta con el apoyo de sus aliados; por ejemplo, ha tomado la munición de Bielorrusia, utiliza drones iraníes y municiones y soldados de Corea del Norte. “Estamos cansados, pero no rotos”, manifestó la embajadora.

Gunnar Aldén, embajador de Suecia en México, comentó que se cumplen tres años con pérdidas de vidas, de miles de muertos, más de 12 millones con necesidad de asistencia humanitaria y 3.5 millones de personas desplazadas en Ucrania.

En la sala Fernando Benítez de la FCPyS, destacó el valor y heroísmo de ese pueblo, que ha podido resistir un enorme poder agresivo que no ha podido aceptar la voluntad de un país soberano para elegir su camino.

Este conflicto, dijo, va más lejos de ser sólo entre dos países; aquí hablamos del sistema multilateral, basado en el derecho internacional, que tiene efectos globales, por ejemplo, en el incremento del precio de los cereales, provocando inflación en diversas naciones. “A todos nos afecta esa violación flagrante del derecho internacional por parte de Rusia”.

A decir del diplomático, para su país el respaldo a Ucrania es una prioridad de la política exterior. “Hemos tratado de apoyar en todas las maneras posibles”: finanzas, ayuda humanitaria y armamento. Y eso se realiza con la mayoría de la población sueca, “porque entendemos que lo que hacen los ucranianos no es sólo defender su país, sino el sistema de política de seguridad en Europa”.

Hasta ahora, hemos aportado más de siete billones de dólares y no vamos a parar. Trabajamos también a partir del punto de vista político para que haya cooperación dentro de la ONU y la Unión Europea para Ucrania, clave para una solución de largo plazo, puntualizó.

Hay que seguir con la presión, porque es la única manera de hacer entender al gobierno ruso que es tiempo de detener esta agresión. Los suecos se han dado cuenta de que, sin garantías formales de seguridad, hubieran podido tener esta misma situación un día. “En el mediano y largo plazo Rusia representa una amenaza, por su política agresiva”.

En estos días, refirió, se habla de una solución diplomática, política, para el conflicto, pero el ministerio de Relaciones Exteriores sueco ha dicho que no puede haber paz sin la participación de la nación agredida. “No podemos dejar ganar a un país como Rusia, porque tendrá consecuencias muy graves para el derecho internacional por mucho tiempo”.

Para Cristina Zametzer, embajadora Adjunta de Alemania en México, este conflicto es un suceso geopolítico y también un llamado urgente para interceder por los valores de la libertad, la democracia y un orden internacional basado en reglas.

Alemania es el que más respaldo presta a Ucrania, solo después de Estados Unidos en términos financieros, económicos y militares. Al día de hoy, recordó, se han suministrado materiales y servicios militares, además de ayuda humanitaria, remoción de minas, respuesta internacional en caso de desastre, etcétera.

Además, se trata de la nación de acogida de personas que han tenido que abandonar sus hogares: más de 1.2 millones de ucranianos, en su mayoría mujeres, niñas y niños. “Apoyamos porque el ataque a Ucrania representa una amenaza no solo para Europa, sino para el orden internacional basado en reglas, y para nuestra seguridad colectiva”.

El soporte que brindamos al valiente pueblo ucraniano es una obligación moral y una clara adhesión a los principios del derecho internacional. Defender a Ucrania significa también defender nuestra propia libertad y justicia, sostuvo.

En la sesión moderada por Jeanette Moreno Casas, coordinadora del Centro de Estudios Europeos de la Facultad, la diplomática sentenció que solo podrá haber una paz verdadera cuando los estados más grandes y poderosos no puedan oprimir a sus vecinos más pequeños a su antojo, cambiar los mapas según su voluntad y decidir por encima de otros pueblos. “Se trata de respetar la soberanía e integridad territorial, de defender el derecho de todas las naciones a determinar su propio futuro”.

Respecto a los resultados electorales de ayer en su país, mencionó que la extrema derecha ha ganado 20.5 por ciento de los votos y eso no había pasado, sobre todo en el este, después de la guerra. “Pero tenemos una democracia fuerte y podremos tener un gobierno estable, que continúe el amparo a Ucrania hasta que lo necesite” y para la reconstrucción del país.

Gaceta UNAM