La historia de la alerta AMBER .

*

/ Víctor Hal Díaz /

Amber Rene Hagerman tenía solo 9 años cuando fue arrebatada del mundo. Vivía en Arlington, Texas, con su madre, su hermano pequeño y sus abuelos. Era una niña llena de energía, con una gran sonrisa y un espíritu curioso. Le encantaba andar en bicicleta, jugar al aire libre y soñaba con ser maestra algún día. La vida, para ella, aún era un espacio seguro.

Pero todo cambió el 13 de enero de 1996, una tarde templada que parecía como cualquier otra. Amber había salido con su hermano Rickey a dar un paseo en bicicleta. En un momento, decidieron detenerse en el estacionamiento de una tienda abandonada. Rickey, al verla desviarse, decidió regresar a casa. Pero Amber se quedó unos minutos más.

Fue en ese lapso —escasos minutos— que un hombre en una camioneta negra la raptó. Una vecina lo vio. Escuchó a Amber gritar. Llamó de inmediato a la policía. Sin embargo, a pesar de la rápida respuesta, la niña ya había desaparecido sin dejar rastro.

Comenzó entonces una búsqueda frenética. Se emitieron comunicados. Se formaron grupos voluntarios. Medios locales transmitieron su imagen una y otra vez. Pero no fue suficiente. Cuatro días después, el cuerpo de Amber fue hallado en un arroyo, a pocos kilómetros del lugar donde había sido vista por última vez. Había sido asesinada brutalmente. El asesino nunca fue capturado.

La noticia sacudió no solo a la comunidad de Arlington, sino a todo Estados Unidos. ¿Cómo era posible que una niña desapareciera a plena luz del día, frente a testigos, y no pudiera ser salvada?

En medio del dolor, la madre de Amber, Donna Williams, se convirtió en una voz incansable. Su rabia, su impotencia y su profundo amor por su hija se canalizaron en una causa: evitar que otros niños corrieran la misma suerte.

Junto con autoridades locales, organizaciones civiles y la comunidad, impulsó la creación de un sistema de alerta temprana para casos de secuestro infantil. Así nació el AMBER Alert, cuyo nombre no solo alude a la víctima, sino que también forma el acrónimo: America’s Missing: Broadcast Emergency Response.

Desde su implementación, el AMBER Alert ha salvado la vida de más de mil niños en Estados Unidos y ha sido adoptado en otros países, incluidos Canadá, México y varias naciones europeas. Es un sistema que moviliza a la prensa, la policía y la sociedad entera en cuanto un niño desaparece bajo sospechas de secuestro.

Amber no tuvo la oportunidad de crecer, de volver a casa, de cumplir sus sueños. Pero su nombre vive en cada mensaje de alerta, en cada niño rescatado a tiempo, en cada familia que vuelve a abrazar a su hijo gracias a un sistema que nació del amor de una madre y del recuerdo de una niña.