¿La igualdad sustantiva garantizará justicia para las mujeres?

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/ Michel Olguín Lacunza /

En la primera mitad del siglo XX, las mujeres no podían votar, aunque no existía una prohibición explícita en la Constitución mexicana. Sin embargo, no fue hasta 1953 cuando se reformó la ley para reconocer a las mujeres como ciudadanas plenas, y solo entonces pudieron ejercer su derecho al voto.

Lo mismo ocurre con la Constitución actual: si no se establecen de manera clara los derechos de las mujeres, no serán respetados. Por eso, la reforma reciente en materia de igualdad sustantiva de género y derechos humanos es un logro muy importante para las mujeres, explicó en entrevista María Patricia Lira Alonso, académica de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM.

“Las palabras sí tienen importancia, y más aún cuando están en el rango constitucional, porque parece que es así como se reconocen los derechos humanos de las personas”, agregó la experta en derechos humanos.

De hecho, “es la primera vez que encontramos el concepto de igualdad sustantiva a nivel constitucional para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres”, resaltó la académica.

Esta reforma se establece en los artículos 4o., 21, 41, 73, 116, 122 y 123 del marco constitucional, para garantizar que el Estado mexicano respete los derechos humanos y el ejercicio del derecho a la igualdad sustantiva de las mujeres.

Son siete artículos de la Constitución que se han reformado para generar políticas públicas que, además, son fundamentales para cumplir con la no violencia y la igualdad para mujeres y hombres en todos los niveles. Es fundamental que estas reformas se cumplan.

Es fundamental que se cumpla

En 2011, con la reforma en materia de derechos humanos, surgieron los temas de no violencia contra las mujeres y se adoptó un convenio de igualdad salarial. A pesar de que ya está establecido jurídicamente, no siempre se lleva a la práctica.

No basta con celebrar que la igualdad sustantiva se haya incorporado a nivel constitucional; es fundamental que realmente se cumpla, enfatizó Patricia Lira.

Por eso, falta trasladar esas reformas a la cultura, brindar oportunidades reales a las mujeres, sobre todo en lo relacionado con el tema de violencia de género. Reconocer desde la igualdad en sueldos, no violencia contra la mujer, acceso a niveles educativos, hasta el respeto y la dignidad, sin tomar en cuenta el sexo, género o nacionalidad.

Hace unos años

Hace 20 años no se contaba con el andamiaje jurídico que tenemos hoy, por lo que no se sabía con exactitud las cifras sobre violencia. A pesar de las herramientas actuales para proteger a las mujeres, los índices de violencia siguen siendo altos. ¿Por qué? cuestionó la abogada.

Antes, no se documentaban los casos, y probablemente los índices eran los mismos, pero hoy contamos con otras herramientas como internet, redes sociales, videoconferencias, entre otras.

Los retos

Después de 200 años de tener un México independiente, tenemos a la primera presidenta, justo cuando surge la reforma de igualdad sustantiva en materia de género y derechos, que es un instrumento adicional de protección para las mujeres. Esto les permite exigir justicia y garantizar sus derechos.

Sin embargo, lo importante es lograr un cambio cultural: que las mujeres reciban un salario igual al de los hombres por realizar el mismo trabajo, que tengan libertad para decidir sobre su cuerpo, especialmente en lo relacionado con la interrupción del embarazo.

Además, es crucial dar a conocer estos derechos para que las personas no sigan vulnerando los derechos de las mujeres. Se trata de aprovechar y exigir a las autoridades la implementación de estos derechos plasmados en la Constitución Mexicana, agregó la especialista en el tema.

La violencia sigue presente en áreas como la educación, la salud y el trabajo, y este es el reclamo de la sociedad. Por ejemplo, en algunas comunidades indígenas, no se permite que las mujeres estudien, no se les da el derecho a votar e incluso, en algunos casos, todavía se les vende debido a costumbres ancestrales.

Sin embargo, una cosa es respetar la costumbre y otra es que esta se convierta en una violación a los derechos humanos. “No podemos permitir que, en muchas comunidades y municipios, las mujeres sigan sin voz”, señaló la experta.

Además, las mujeres trabajan y tienen a su cargo las labores del hogar que no son remuneradas, expresó la especialista en derechos humanos.

A futuro

El objetivo es reducir las estadísticas de violencia, para que las mujeres no tengan miedo de salir a las calles, porque pueden ser desde asaltadas, violadas hasta perder su propia vida.

Por eso, las autoridades tienen la obligación de garantizar que el Estado mexicano active todos los mecanismos necesarios para crear espacios libres de violencia y fomentar la educación en materia de derechos humanos, desde la perspectiva tanto de mujeres como de hombres.

Finalmente, los ciudadanos deben estar siempre informados, pues solo así podrán exigir sus derechos, concluyó la académica universitaria.

Ideas destacadas:

  • En 1953, las mujeres mexicanas obtuvieron el derecho al voto tras una reforma legal.
  • La reciente reforma constitucional incluye el concepto de igualdad sustantiva por primera vez.
  • Siete artículos de la Constitución fueron reformados para garantizar la igualdad y no violencia.
  • Es fundamental trasladar las reformas legales a un cambio cultural efectivo.
  • La violencia contra las mujeres persiste en áreas como la educación, salud y trabajo.
  • Es crucial garantizar igualdad salarial, derechos reproductivos y respeto por la dignidad de las mujeres.
  • Las autoridades deben crear espacios libres de violencia y fomentar la educación en derechos humanos.