La Indignación no tiene generación .

*A Juicio de Amparo.

/María Amparo Casar /

El expresidente Ernesto Zedillo ha vuelto a hablar y lo ha hecho con seriedad, evidencia y contundencia.

Lo había hecho con anterioridad a raíz de la reforma al poder judicial y el método de elección popular de los jueces en 2024. Entonces condenó la reforma y dijo que se estaban sentando las bases para construir una tiranía. Ahora, tan sólo un año después, va más allá. En su entrevista para El Mundo y en el Foro de Toja, España, declara que la democracia en México está muerta.

Lo que hacemos los investigadores y analistas es, con la mayor cantidad y calidad de información disponible, pintar la realidad. Por ejemplo, no sé la proporción de jóvenes que asistieron, ni la cantidad de hombres y mujeres. Ni cuántos estaban ahí para protestar por la falta de oportunidades, el desabasto de medicamentos, la extorsión, la ausencia de seguridad, la desatención a las mujeres, el desdeño hacia las familias de los desaparecidos, la corrupción o el esclarecimiento del asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan. Tampoco sé cuántos estaban ahí para exigir la revocación de mandato o la salida de Sheinbaum o, también, el rechazo a Morena y al resto de los partidos.

De lo que sí se puede hablar es de otros datos duros, muy preocupantes, que están detrás de las demandas: salud, educación, empleo, crecimiento, desaparecidos, ilegalidad, corrupción, impunidad. Los hemos expuesto de manera sistemática.

También hay otros datos duros interesantes sobre la obsesión con la edad como el tema predilecto de la descalificación de la marcha.

Corresponde a los jóvenes la convocatoria y hay que felicitarlos por ello. Nadie buscó quitarles el protagonismo salvo el famoso bloque negro del que lo único que sabemos es que está integrado por profesionales de la infiltración y la violencia. El resto de los ciudadanos que los acompañaron merecen el reconocimiento de no conformarse, de no rendirse y de ejercer su derecho a manifestarse pacíficamente.

¿Tendrán que ver los problemas de los ciudadanos con la edad? Yo me pregunto si en opinión de la presidenta la inseguridad sólo afecta a los jóvenes, si los adultos mayores no sufren por la falta de medicamentos. Si son sólo los empresarios jóvenes o los aguacateros de menor edad los que están sujetos a la extorsión. Si sólo los jóvenes son víctimas de la corrupción, de la impunidad o de la injusticia. Me pregunto si los asesinatos de los alcaldes no son materia de indignación porque superaban, como Carlos Manzo, los 32 años.

En la obsesión de la narrativa presidencial me pregunto también si se ha reparado en que el líder moral de Morena y a quien apenas el sábado la presidenta volvió a calificar de “el mejor presidente de México”, acaba de cumplir 72 años y comenzó su mandato a los 65, el segundo presidente de más edad desde Victoriano Huerta. O que el promedio de edad de su gabinete fuera de 59 años.

No sé si la propia presidenta se acuerde de que ella misma tiene 63 años y el promedio de edad de su gabinete es de 57.

Tendrán que explicarnos por qué entonces la obsesión con los adultos jóvenes o mayores.

Pero voy con más datos. No los míos, los oficiales. La presidenta ha expresado una y otra vez que los jóvenes están con la 4T.

Se olvida en esta narrativa, absolutamente desapegada de la realidad, de que la mayor abstención en las urnas en 2024 fue de los jóvenes. En ese año el padrón rondaba los 98 millones de personas. De ellos, aproximadamente 25 millones tenían entre 18 y 29 años. Sólo la mitad de ellos acudió a las urnas. En 2012 participó un 56%, en 2018 un 55% y en 2024 un 50%.

En contraste, los adultos mayores (60 a 74 años) alcanzaron una participación de 71%.

El apoyo en las urnas a Morena y Sheinbaum fue transversal y con una base social muy amplia (por género, estratos socioeconómico y edad). Aunque mayoritario, entre el segmento de jóvenes de entre 18 a 29 años (insisto con menos del 50% de participación) obtuvo su peor resultado.

Según Alejandro Moreno (El Financiero) la Generación Z en México es más crítica con Claudia Sheinbaum. Por ejemplo, el 69% reprueba los resultados en el combate contra la inseguridad. Lo mismo ocurre con la corrupción.

En todo caso, bienvenidos los jóvenes a la política en todas sus expresiones y gracias por su movilización. Yo tengo 70 años y me siento orgullosa de su capacidad de convocatoria a causas con las que comulgo.

De lo que no me siento orgullosa es de que tengamos un gobierno que no entienda que en las manifestaciones como la del sábado los ciudadanos, muchos ciudadanos dicen cosas, muchas cosas.