La justicia que prometen los candidatos de la elección judicial.

* Por Julissa González Rojas.

En estos días de campaña para la elección de diversos cargos del Poder Judicial de la Federación, los candidatos a jueces, magistrados y ministros han inundado las redes sociales de discursos sobre la justicia cercana y social. Entre ellos, llaman la atención quienes ya ejercen alguno de esos cargos, pues ellos tienen la oportunidad de demostrar, a través de su trabajo, si en verdad son juzgadores cercanos y si en verdad la justicia que imparten es social.

Aunque hay quienes tienen claro el discurso, porque es algo que practican cotidianamente, lamentablemente, no todos están en el mismo supuesto.

Estos conceptos de cercanía y justicia social, ampliamente divulgados en las campañas, van más allá de lucir ropa sencilla y pretender ser amigables con las personas de a pie a quienes se les reparte un volante. Se trata de una práctica cotidiana en la que, cualquier persona que requiera los servicios del juzgado, tribunal o la Corte, sepa que puede ingresar al edificio donde están ubicados, cuando lo requiera, que puede preguntar y platicar sobre el tema que le aqueja, con el juez, magistrado o ministro; además, que tenga la certeza de que ese funcionario analizará el caso con una visión integral, atendiendo, además de, a las formalidades propias de la ley, al contexto de los hechos, las circunstancias personales de las partes y a la interpretación de las normas conforme a los derechos humanos, permitiendo un trato equitativo entre las partes. Que cuando observe que una de las partes se encuentra en desventaja frente a otra, esas herramientas jurídicas, sepa y quiera usarlas para lograr la equidad y la verdadera justicia social.

De esto se trata el pretendido nuevo Poder Judicial, de eso se trata la cercanía a la gente.

Cierto es, que el acudir a las calles, mercados, plazas y transporte público, permite tener una visión tangible de los problemas que aquejan a la sociedad, pero eso no debe quedarse en promesas de justicia vacías, sino que, debe servir de motivación para regresar a los juzgados y tribunales a aplicar la ley más allá de la rigidez de la letra.

Por eso es importante que quienes ya ejercen algún cargo judicial, demuestren que han podido ejecutar estos conceptos en el día a día, y no solamente para seducir en las campañas.

Si bien, es un dato relevante saber que quienes se postulan cuentan con varios años de experiencia; lo cierto es que vale aún más saber cuál ha sido el comportamiento de los candidatos en el ejercicio de la función. Conocer si en verdad han sido receptivos a la gente, si el trato hacia las personas que solicitan justicia ha sido digno, amable y cercano; si el análisis de los casos ha sido bajo una visión integral, utilizando herramientas jurídicas de interpretación y argumentación para lograr equidad y con ello, justicia social.