*EL LINCE.
/ Por: César A. Vázquez Lince
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En un país que presume de democracia, resulta alarmante ver cómo una jueza en Campeche ha decidido convertirse en censor de la prensa. La reciente resolución que ordena a Tribuna Campeche entregar los datos personales de su community manager y suspende el ejercicio periodístico de Jorge Luis González no es un acto aislado; es la punta de un peligroso iceberg que amenaza con ahogar la voz crítica en México.
El expediente judicial que sustenta esta medida es endeble y se basa en una interpretación errónea de la ley para justificar lo injustificable: una censura previa que viola los artículos 6 y 7 de la Constitución, así como tratados internacionales ratificados por nuestro país. Prohibir que un periodista se refiera a un funcionario público, bajo el argumento de proteger su dignidad, es no entender que en democracia los gobernantes deben estar expuestos al escrutinio público, más aún cuando se trata de figuras elegidas por la ciudadanía.
Lo más grave no es solo la suspensión temporal del ejercicio periodístico, sino que se imponga un interventor judicial para revisar cada publicación que involucre a la gobernadora Layda Sansores. Esto significa poner al poder político en control directo de la información y la crítica, lo que solo puede calificarse como un atropello a la libertad y la independencia de los medios.
El precedente que se sienta en Campeche debe alertarnos a todos. Si esta censura se consolida, cualquier funcionario podrá solicitar la mordaza judicial contra voces incómodas, eliminando el derecho de los ciudadanos a estar informados y a cuestionar a quienes detentan el poder. Esto no es solo un retroceso legal, es un golpe a la esencia misma de la democracia.
Por eso, hoy más que nunca, es imperativo defender la libertad de expresión sin condiciones ni restricciones arbitrarias. Los jueces deben garantizar los derechos constitucionales, no convertirse en instrumentos para silenciar a la prensa. Y los periodistas debemos mantenernos firmes, porque callar ante la injusticia es ser cómplices de la opresión.
En palabras recientes de la presidenta Claudia Sheinbaum, “La libertad de expresión es uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia, y cualquier acto que intente silenciar voces críticas debe ser rechazado con firmeza. El respeto a la prensa libre es indispensable para el avance de México”. Esta opinión refuerza la urgencia de revertir medidas que atentan contra el derecho a informar y ser informados.
La historia recordará cómo respondamos a esta amenaza. ¿Seremos guardianes de la libertad o facilitadores del silencio impuesto?
El Lince vigila. Y caza la noticia.