La mesa por el fuero (y otras cositas)

Alhajero.

Martha Anaya.

Con una “operación de Estado” manejada desde Segob, el PRI logró asumir la Presidencia de Diputados; no fue gratis.

La derrota de Gerardo Fernández Noroña estaba cantada desde el momento en que López Obrador tiró línea desde la Mañanera en favor de los priistas.

Lo extraño realmente ocurrió el lunes pasado, durante la primera votación, cuando a punto de lograr la mayoría calificada la planilla encabezada por Dulce María Sauri (le faltaban tres-cuatro votos), el líder de la bancada morena, Mario Delgado, emitió un voto de abstención.

En ese instante se cruzaron las señales. Más de una docena de diputados de Morena se apresuraron a cambiar su voto emitido en verde y se sumaron a la abstención.
Así frustraron que el PRI lograra encabezar la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en el primer intento.

La pregunta en ese momento fue por qué Delgado no sostuvo su palabra frente a los priistas y por qué contuvo la votación.

El líder morenista evitó dar la cara y rehuyó las explicaciones. Salió velozmente de San Lázaro y no dio declaración alguna en las siguientes horas.

Desde la oposición se recordaba que ésta no era la primera vez que Mario Delgado salía con una jugarreta de estas. Y ahora que su principal interés estaba en ganar la dirigencia nacional de su partido, lo primero era quedar bien con los morenistas, los radicales y todos aquellos posibles compañeros que votarán en la encuesta.
En el PRI acusaron traición a los compromisos pactados (el voto a favor en la Comisión Permanente de parte de Sauri para lograr el periodo extraordinario en que se sacó adelante la Ley de Adquisiciones fue uno de ellos). Su presidente nacional reclamó.
Por órdenes de Palacio Nacional entró entonces al quite la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero para “recomponer el entuerto”. Mario Delgado y el jefe de la bancada tricolor, René Juárez Cisneros, se apersonaron en el Palacio de Cobián. Un primer compromiso se puso sobre el mantel a cambio del voto a favor: No actuar como los panistas en la presidencia de la Mesa Directiva; concretamente, no interponer controversias constitucionales contra el gobierno federal.
Y algo más…por ahora: Llevar a discusión de inmediato, el proyecto de reforma a los artículos 108 y 111 de la Constitución para retirar el fuero presidencial.
Tal cual ocurrió cruzando el medio día de ayer.

De nada valieron los pataleos del PT en la tribuna, ni las pancartas de protesta, ni las acusaciones de Noroña de una “operación de Estado”.

Para las tres de la tarde, Dulce María Sauri rendía ya protesta como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y echaba a andar el debate sobre el fuero constitucional, sustentado por la diputada morena Aleida Alavez.

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