*Zona de Reflexión.
/ Escrito por Lucía Lagunes Huerta /
Llegamos al 8 de marzo en México con la primera mujer presidenta que ha decidido mantener la política de la muralla, para “proteger monumentos, policías y la puerta del Palacio Nacional” ante la manifestación pacífica de las mujeres que saldremos a marchar para exigir condiciones para seguir vivas y libres.
Me parece que, en la ecuación política, la presidenta Sheinbaum se equivoca, si la premisa es que debe de haber una muralla para proteger algo tendría que ser a las manifestantes, pues los datos nos muestran que es la autoridad policial la que comete los abusos e incluso la tortura, en callejones e instalaciones policiales, incluso están dispuestas a disparar contra ellas.
Todo a la luz de la población y con la garantía de la impunidad.
Ningún policía ha sido encarcelado por ello, ni en Quintana Roo, tras el 9N en 2020 ni en Zacatecas tras el 8 de marzo de 2024, a ellos les dan cursos de capacitación y a las manifestantes gases y murallas de acero.
En la Ciudad de México, aparecieron las murallas de acero en 2019, para proteger los monumentos históricos, y con ello se instaló la narrativa de las feministas violentas de las cuales hay que protegerse, el estigma instalado desde la jerarquía más alta del poder tuvo consecuencias, porque dio la autorización para “aquietar a las revoltosas” para que “las pinches viejas valieran madre” como anunciaron los policías de Cancún al momento de irse encima de las manifestantes y periodistas, el recuento de la represión lo hizo Cimacnoticias. (https://cimacnoticias.com.mx/2020/12/15/2020-la-represion-del-estado-contra-las-marchas-feministas/)
Y la política de la muralla, permanece desde entonces, desgraciadamente.
¿Qué hubiera dicho la dirigenta estudiantil del Consejo Estudiantil Universitario, si a Miguel de la Madrid, entonces presidente de México, se le hubiera ocurrido amurallar el zócalo? Estoy segura que lo tomaría como una provocación, para desatar la ira y el enojo y poder decir, ven como son violentas, por eso hay que amurallar.
Porque las murallas simbólica y físicamente son la barrera protectora del reino, pero aquí no estamos en la edad media, estamos en la democracia que debería privilegiar el diálogo antes que las murallas.
El movimiento feminista nunca ha estado de acuerdo en las murallas, ni físicas, ni ideológicas, ni simbólicas ni de ningún tipo.
Desde su nacimiento como expresión política ha sido la razón y la argumentación la que se ha privilegiado y ha hablado con todas y todos, porque más allá de los tintes partidarios, el ser mujeres ha sido el común denominador de todas las discriminaciones que se cometen a partir del sexo.
Nada sin nosotras ha sido una consigna que se ha mantenido porque si algo se va a construir en la cual se involucre nuestros derechos y nuestras vidas, queremos ser partícipes, todas las expresiones políticas del movimiento feminista y amplio de mujeres.
Y a las mujeres quién nos defenderá de las murallas, de las físicas, simbólicas e ideológicas que se han ido construyendo para hacer políticas selectivas y excluyente.
Así llegamos este #8M2025, para las nuevas generaciones las murallas serán sus referentes, los espacios para pintar, pegar las denuncias de los violadores, feminicidas y acosadores con los que viven cada día.
Para las que nacieron en la movilización social con la brillantada morada, sus recuerdos serán los encapsulamientos policiales, las golpizas, las simulaciones de violación, las agresiones sexuales de los policías y las murallas que en el tiempo de mujeres aún se mantienen.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC.