La Navidad feminista y el kin-keeping: romper estereotipos y reconocer el trabajo invisible

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BPNoticias.- La celebración navideña suele presentarse como un tiempo de unión, alegría y magia familiar. Sin embargo, detrás de esa imagen festiva se encuentra un entramado de trabajo no remunerado que recae mayoritariamente en las mujeres. La organización de reuniones, la preparación de alimentos, la compra de regalos, la decoración y el cuidado de niñas, niños y personas mayores son tareas que sostienen la fiesta, pero que rara vez son reconocidas como parte de la carga desigual de género.

Una Navidad feminista implica visibilizar ese esfuerzo y cuestionar los estereotipos que asignan a las mujeres la responsabilidad de mantener la armonía familiar. El concepto de kin-keeping, acuñado en estudios de género, describe precisamente esa labor de sostener vínculos, coordinar encuentros y garantizar que las relaciones familiares se mantengan activas. En las fiestas decembrinas, el kin-keeping se intensifica: llamadas para organizar cenas, recordatorios de regalos, gestiones para que nadie quede fuera de la celebración.

Romper con el machismo en Navidad significa redistribuir las tareas de cuidado y organización. Los hombres deben asumir responsabilidades en la cocina, en la limpieza, en la planificación de actividades y en el acompañamiento emocional. Una celebración feminista no se limita a incluir a las mujeres en la mesa, sino a reconocer que la magia de la Navidad se construye con trabajo que debe ser compartido y valorado.

La Navidad feminista también cuestiona los estereotipos de consumo y roles tradicionales. No se trata de que las mujeres sean las encargadas de comprar y envolver regalos, ni de que se les exija mantener la sonrisa mientras cargan con la logística. Se trata de generar espacios donde todas las personas participen en igualdad, donde el cuidado sea colectivo y donde se reconozca que la fiesta no es posible sin ese trabajo invisible.

Visibilizar el kin-keeping es un paso fundamental para transformar las celebraciones en prácticas más justas. Reconocer que la magia navideña la hacen las mujeres con su esfuerzo no remunerado es el inicio; redistribuir esas tareas y darles valor social es el camino hacia una Navidad que rompa estereotipos y dignifique el trabajo de cuidado.

Una Navidad feminista, en suma, es aquella que celebra la unión familiar sin perpetuar desigualdades, que reconoce el aporte de las mujeres y que convierte el cuidado en una responsabilidad compartida. Solo así la magia de diciembre dejará de ser una carga invisible y se transformará en un acto de justicia cotidiana.

Guía práctica para deconstruir el machismo

Una lista de las acciones concretas para deconstruir estereotipos y machismo pueden plantearse en distintos niveles: familiar, comunitario y cultural.

Acciones concretas para una Navidad feminista

  1. Redistribución de tareas en el hogar
    • Elaborar un calendario de responsabilidades donde hombres y mujeres participen por igual en cocina, limpieza, compras y organización.
    • Rotar funciones: que los hombres asuman la preparación de platillos principales o la coordinación de invitados, mientras las mujeres descansan o disfrutan de la convivencia.
  2. Visibilización del trabajo de cuidado
    • Reconocer públicamente, durante la reunión, quién organizó, cocinó o sostuvo la logística. Nombrar y agradecer ese esfuerzo.
    • Incluir a niñas y niños en tareas sencillas para que comprendan que el cuidado es responsabilidad compartida, no asignada por género.
  3. Cuestionar estereotipos de consumo y roles tradicionales
    • Evitar que las mujeres sean las únicas encargadas de comprar y envolver regalos. Establecer equipos mixtos para estas tareas.
    • Promover regalos simbólicos o colectivos que valoren el tiempo compartido y no solo el consumo material.
  4. Reparto equitativo del kin-keeping
    • Que los hombres también hagan llamadas, organicen horarios y coordinen traslados.
    • Crear grupos familiares donde la logística se distribuya entre varias personas, evitando que recaiga en una sola mujer.
  5. Espacios de reflexión durante la celebración
    • Dedicar un momento de la cena o reunión para hablar sobre cómo se organizó la fiesta y qué aprendizajes deja la redistribución de tareas.
    • Incorporar dinámicas que reconozcan el valor del cuidado, como compartir anécdotas de quién sostuvo la convivencia en años anteriores.
  6. Transformación cultural y comunitaria
    • Promover en escuelas, colectivos y medios locales mensajes que cuestionen la idea de que “la magia de la Navidad la hacen las mujeres” y que subrayen que la magia se construye colectivamente.
    • Organizar celebraciones comunitarias donde las tareas se repartan de manera equitativa y se visibilice el aporte de todas las personas.

En síntesis, una Navidad feminista no se limita a reconocer el trabajo invisible, sino a redistribuirlo, nombrarlo y valorarlo. Solo así se rompe el ciclo de estereotipos y se dignifica el cuidado como responsabilidad compartida.


Calendario de tareas navideñas con reparto equitativo

20 de diciembre – Preparativos iniciales

  • Mujeres: Definir menú junto con todos los miembros de la familia.
  • Hombres: Hacer lista de compras y coordinar transporte para adquirir insumos.
  • Niñas y niños: Elaborar tarjetas o pequeños adornos caseros.

21 de diciembre – Compras y organización

  • Hombres: Ir al supermercado y mercado con lista definida.
  • Mujeres: Supervisar que se cumpla la lista y organizar espacio de almacenamiento.
  • Jóvenes: Revisar que haya suficientes platos, vasos y utensilios; lavar y ordenar.

22 de diciembre – Decoración y logística

  • Mujeres: Coordinar horarios de llegada de invitados y confirmar asistencia.
  • Hombres: Colocar luces y adornos principales en casa.
  • Niñas y niños: Armar el árbol y colocar decoraciones pequeñas.

23 de diciembre – Cocina y preparación de alimentos

  • Hombres: Preparar platillos principales (pavo, carnes, guisos).
  • Mujeres: Preparar ensaladas, postres y bebidas.
  • Jóvenes: Apoyar en cortar, picar y servir.
  • Niñas y niños: Ayudar a poner la mesa y doblar servilletas.

24 de diciembre – Cena y celebración

  • Hombres: Servir los platillos y encargarse de bebidas.
  • Mujeres: Supervisar que todo esté listo y acompañar a niñas y niños.
  • Jóvenes: Documentar la celebración (fotos, videos) y ayudar en la dinámica de juegos.
  • Niñas y niños: Entregar tarjetas y participar en actividades familiares.

25 de diciembre – Limpieza y cierre

  • Hombres: Lavar platos y recoger basura.
  • Mujeres: Guardar alimentos sobrantes y organizar refrigerador.
  • Jóvenes: Ordenar sala y comedor.
  • Niñas y niños: Ayudar a recoger adornos pequeños y juguetes.