Astrolabio Político.
Por: Luis Ramírez Baqueiro.
“El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera.
Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.” – Oscar Wilde.
Una nueva caravana migrante vuelve a provocar una crisis para el Gobierno Federal.
La presión que habrá de ejercer la administración de Donald Trump no se habrá de hacer esperar.
Coincidentemente llega en el momento ideal para convertirnos en cortina de humo para el republicano, que encontró en el presidente Andrés Manuel López Obrador al mejor aliado estratégico para su campaña de reelección.
El ingreso de miles de migrantes que literalmente se lanzaron al río Suchiate para cruzar la frontera de Guatemala y México en búsqueda del sueño americano, confirma que la política de contención empleada por la 4T es falaz y a conveniencia.
Como es posible que tras casi seis meses de contención de buenas a primeras se le vuelvan a colar miles de centroamericanos al Gobierno Federal.
¡Algo simplemente no cuadra en la ecuación!
Y es que fue precisamente en Minatitlán, Veracruz el pasado 27 de julio de 2019 que el presidente López Obrador anunció y formalizó un Plan para apuntalar el desarrollo de programas sociales en Honduras con el cual afirmó enfrentarían las causas que motivan la elevada migración hondureña -la más alta de la región-.
Ahí el Ejecutivo Nacional se comprometió a aportar 30 millones de dólares, como medida de contención y prevención del fenómeno, que evitará profundizar la colaboración regional para enfrentar el rezago social que motiva la migración hacia los Estados Unidos.
En el acto al que asistió el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández se contó con el aval del mismo gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Durante esa gira el secretario de relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón señaló que este encuentro revelaba la voluntad de ambos países por buscar una alternativa de cooperación y desarrollo para enfrentar el fenómeno. Es una prueba en la que México, Honduras, El Salvador y Guatemala de que sí se puede, ahora hay que convencer a Estados Unidos de que aporte recursos para el desarrollo.
El mismo Ebrard confirmó que de la carta de intención se desprende la aportación de 30 millones de dólares provenientes del Fondo Yucatán. Financiar programas similares a Sembrando Vida -reforestación- y Jóvenes Construyendo el Futuro, en las modalidades que Honduras disponga. En su momento, acotó, cuando transcurra el proceso electoral en Guatemala se concretará el apoyo con ese país, afirmó.
Ahora bien, ante la nueva llegada de migrantes provenientes de esa nación centroamericana los cuestionamientos son muchos.
¿Qué dejó de hacer el Gobierno de México para evitar está nueva oleada migratoria?, ¿Fallaron los Programas?, ¿Qué desatendió el Gobierno de Honduras?, ¿En que se empleó el fondo de 30 millones de dólares?, ¿Habrá que tolerar que migrantes agredan a nuestras fuerzas armadas por el simple hecho de negarles el ingreso ilegal a territorio nacional?
Las dudas están ahí, sin que al momento se tengan respuestas concretas y específicas al tema.
El gran cuestionamiento flota en el aire.
¿Hasta cuándo señor presidente habrá de seguir su gobierno atendiendo ocurrencias, para desatender temas coyunturales como la seguridad, la salud, el empleo, etc.?
Al tiempo.
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