La nueva Ley General de Comunicación Audiovisual, oportunidad perdida para la defensa de la igualdad

/ Por Sonia Hortal Hurtado /

El 26 de mayo tuvo lugar la aprobación de la Ley General de Comunicación Audiovisual en el Congreso de los Diputados con 126 votos a favor y 83 en contra. Una ley que con la animadversión del cine independiente, suma, además, el descontento absoluto de las organizaciones del cine hecho por mujeres, como CIMA, que afirman “es un retroceso para la igualdad”

 

Madrid, 5 junio. 22. AmecoPress. – El anteproyecto de la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual avivó las esperanzas de las creadoras, pues estaba en juego la protección legal de su visibilización en televisiones y plataformas. Ante las propuestas emitidas durante la fase de enmiendas en febrero, el resultado deja ahora al descubierto las carencias de unos resultados legales que olvidan la realidad de las mujeres.

El proyecto de ley audiovisual vio la luz por primera vez el 30 de noviembre cuando fue aprobada su remisión al Congreso de los Diputados. Un proyecto que, tras aprobarse en el Congreso a principios de febrero, pasó a la fase de enmiendas y alegaciones antes de su aprobación final en el Parlamento. Ahora, con la abstención de Unidas Podemos, PP y Ciudadanos y el voto en contra de CUP, Bildu o ERC, la aprobación de esta ley supone un “despropósito absoluto” y “una sentencia a muerte”, no solo del cine independiente, del cual se ha manifestado a voces su repercusión, sino del cine hecho por mujeres, quienes ahora ven su apoyo reducido y en la sombra.

Ya durante la fase de enmiendas en febrero, diversas asociaciones, como CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales), habían manifestado su disconformidad con esta ley, por no tener en cuenta el principio de igualdad. Con la presentación de alegaciones durante las dos audiencias públicas, manifestaron ante el Ministerio de Economía y Cultura las primeras alegaciones que hacían referencia a 21 artículos del anteproyecto. Algunas sugerencias fueron incorporadas al proyecto de ley, pero la parte fundamental de las alegaciones, la referida a los actuales artículos del 113 al 117, con propuestas de medidas concretas y eficaces, ha sido totalmente ignorada.

Estos artículos son los que establecen las cuotas, o sea, los porcentajes de obra audiovisual europea que deben incluir todos los prestadores del servicio de comunicación audiovisual televisivo en sus emisiones, sus catálogos o en la financiación de obras audiovisuales. Una única petición, que demandaba CIMA, para obligar, que no recomendar, contenidos que reflejen las miradas de las mujeres y su realidad en plataformas y televisiones. “Nosotras sabemos perfectamente que las cuotas funcionan, porque así lo hemos visto en la Dirección General de Cine y que no tengamos cuotas en lo audiovisual, como las series, las plataformas, la televisión…va a contribuir a que la percepción de la mujer siga siendo sesgada, estereotipada y patriarcal”, afirma Cristina Andreu, presidenta de CIMA.

¿Qué va a pasar ahora?

Y es que esta nueva Ley, que se lleva el palmarés del descontento público general, supone la invisibilización del trabajo de las mujeres, pese a la aprobación de un pequeño porcentaje de esas cuotas reclamadas. “Antes no teníamos nada. Ahora existe esa cuota pero es como darte una calderilla. Estamos ahí y al existir una cuota esperamos que se pueda aumentar, pero nosotras no nos contentamos con eso”, alega Cristina Andreu sobre su petición, que sin el apoyo suficiente queda a expensas de una sociedad andrógina que no conoce la realidad de las mujeres.

Una aprobación que llega bajo la sorpresa absoluta de estas organizaciones, quienes “esperaban conseguir mucho más”, y que deja al sector del cine realizado por mujeres a expensas de una televisión que perpetúa violencias que impiden una relación sana y democrática de las mujeres con la sociedad.

Sin haber logrado el objetivo de la cuota al 50% en los catálogos y las emisiones anuales, ni en el dinero destinado a la producción por parte de los prestadores de servicio de comunicación audiovisual televisivo, ahora, dicen desde las organizaciones, la incertidumbre es enorme. “No sé cómo lo vamos a conseguir, no lo sé ahora mismo la verdad, pero vamos a exigir de una manera rotunda a partir de ahora en todos los ámbitos nuestros derechos. Nosotras queríamos modificar las políticas y ya que hemos visto que eso no funciona, tendremos que ver qué podemos hacer, pero esto es inaceptable”, afirma la presidenta de CIMA.

Y es que, en el resto de países de la Unión Europea estas cuotas como medida de igualdad, argumentaba el Gobierno, no existen en la transposición de sus leyes. Sin embargo, no existen porque, como muy bien mencionaba Cristina Andreu, en estos países cuentan con lo que se denomina un Consejo Audiovisual, el cual incluye dichas medidas de igualdad y se encarga de regular dichas leyes. España, como San Marino y Mónaco, constituyen la excepción europea, lo que deja el cine femenino a la intemperie de una protección legal.

Pero la creación de este Consejo Audiovisual no parece ser la solución a los resultados de esta nueva ley aprobada, pues su creación podría suponer varios años de espera, ya que se trata de un proceso complicado y tenue. “No vamos a esperar 15 años a que se cree el Consejo Audiovisual, tenemos que hacer algo antes. No es tan fácil crear el consejo del audiovisual, no queremos esperar a eso”, afirma Cristina ante la idea de crear el consejo como solución a la tan reducida e inesperada cuota concedida. “Nosotras decíamos que en el año 20-25 el 50% en lo audiovisual, no sé cómo lo haremos pero lo vamos a conseguir. Sin igualdad no hay democracia”.

Foto: Portada del Anteproyecto de Ley General de Comunicación Audiovisual.